Izquierda, izquierda, derecha, derecha, adelante, detrás, ¡un, dos, tres!
La gran explosión
Gorvachev reinventa las leyes de Franco
Los estonios se ponen Puchimones
El hombre de paz
El problema armenio, versión soviética
Lo de Karabaj
Lo de Georgia
La masacre de Tibilisi
La dolorosa traición moldava
Ucrania y el Telón se ponen de canto
El sudoku checoslovaco
The Wall
El Congreso de Diputados del Pueblo
Sajarov vence a Gorvachev después de muerto
La supuesta apoteosis de Gorvachev
El hijo pródigo nos salió rana
La bipolaridad se define
El annus horribilis del presidente
Los últimos adarmes de carisma
El referendo
La apoteosis de Boris Yeltsin
El golpe
¿Borrón y cuenta nueva? Una leche
Beloveje
Réquiem por millones de almas
El reto de ser distinto
El trauma de 1993
Los problemas centrífugos
El regreso del león de color rosa que se hace cargo de las cosas
El factor oligarca
Boris Yeltsin muta a Adolfo Suárez
Putin, el inesperado
Ciudadanos, he fracasado; dadle una oportunidad a Vladimiro
La guerra de Chechenia, además, incluye un matiz inesperado: su extensión a la región de Kuban y, sobre todo, Moscú. De repente, los moscovitas tienen miedo de salir de casa. Es un momento para personas fuertes y decididas. Y Putin lo es. Acusa a Basayev y Khattab de ser meros agentes de Maskhadov; no son, dice, terroristas, sino generales de un ejército en guerra contra Rusia. Esto lo hizo porque era la retórica que le permitía archivar por la B de Varios los términos de Khassaviurt. El 1 de octubre, Putin declara que Rusia está en guerra con Chechenia. Bombardea los santuarios de las tropas rebeldes y se apresta a tomar Grozny. Es lo que normalmente conocemos como segunda guerra de Chechenia pero, ojo, no tiene nada que ver con la primera. Porque si la primera se desarrolló en medio del escepticismo y el miedo de los rusos a un nuevo Afganistán, ésta se produjo con una prensa y una sociedad absolutamente a favor; con un país dispuesto a hacer cuantos sacrificios fuesen necesarios para ganar. Por lo demás, puesto que la toma de Grozny fue relativamente rápida, las opiniones opuestas a la guerra pronto perdieron pie.