Han pasado a la Historia las palabras de Julio, tu quoque, fili; como las de Marco Bruto, sic semper tyrannis, que serían repatidas, mucho, mucho tiempo después, por John Wilkes Booth, en el acto de asesinar a Abraham Lincoln.
Para celebrar este día, y para terminar de joderos en fin de semana, aquí os dejo un cuento que escribí hace años que, como comprobaréis caso de leerlo, no es del todo ajeno a los hechos hoy recordados.