El modesto mequí que tenía the eye of the tiger
Los otros sólo están equivocados
¡Vente p’a Medina, tío!
El Profeta desmiente las apuestas en Badr
Ohod
El Foso
La consolidación
Abu Bakr y los musulmanes catalanes
Osmán, el candidato del establishment
Al fin y a la postre, perro no come perro
¿Es que los hombres pueden arbitrar las decisiones de Dios?
La monarquía omeya
El martirio de Husein bin Alí
Los abásidas
De cómo el poder bagdadí se fue yendo a la mierda
Yo por aquí, tú por Alí
Suníes
Shiíes
Un califato y dos creencias bien diferenciadas
Las tribulaciones de ser un shií duodecimano
Los otros shiíes
Drusos y assasin
La mañana que Hulegu cambió la Historia; o no
El shiismo y la ijtihad
Sha Abbas, la cumbre safavid; y Nadir, el torpe mediador
Otomanos y mughales
Wahabismo
Musulmanes, pero no de la misma manera
La Gran Guerra deja el sudoku musulmán hecho unos zorros
Ibn Saud, el primo de Zumosol islámico
A los beatos se les ponen las cosas de cara
Iraq, Siria, Arabia
Jomeini y el jomeinismo
La guerra Irán-Iraq
Las aureolas de una revolución
El factor talibán
Iraq, ese caos
Presente, y futuro
Una de las tribus judías de Medina, los banu qainuqa, fue finalmente el objetivo principal del Profeta. Mahoma, en efecto, planificó y llevó a efecto una operación en el curso de la cual los asedió durante quince días en su judería, hasta que los judíos decidieron rendirse sin plantar batalla. Los banu qainuqa, sin embargo, eran tradicionales aliados de los jazrach, esto es una de las dos tribus árabes del Yatrib; así, pues, aunque Mahoma al parecer había pensado en realizar una matanza, fue disuadido de ello por Abdalá ben Ubay, sayid de los jazrach. Y resultaría un tanto sarcástico que precisamente nosotros, los españoles, fuésemos a pensar que las intenciones de Mahoma demuestran su pretendida brutalidad; nosotros que nueve siglos después de estos hechos (abril del 624), nos estábamos portando tan cojonudamente con los hebreos hispanos... En fin, los qainuqa acabaron marchándose, en muchos casos, a Siria; y los mahometanos obtuvieron un más que jugoso botín.