Hola, buenas.
Vosotros no los sabéis, pero el blog está de sequía. Mi ordenador particular tiene problemas bipolares y ha entrado en una fase de autolesión grave, que me ha aconsejado llevarlo al siquiatra. Estoy esperando que me diga cuándo lo da de alta, si es que lo da.
La cosa es que como apenas puedo escribir unas líneas, me asomo para plantearos una cosa, sobre la que podéis opinar en el capítulo de comentarios.
La cosa es que a veces (la verdad es que ocurre bastante a menudo) uno se encuentra con episodios históricos que no pueden calificarse sino de novelescos. Son historias intrincadas que parecen inventadas por un buen guionista de la HBO. Últimamente me ha pasado, por ejemplo, revisando material sobre lo que podíamos denominar «el affaire Hitler-Röhm», que fue reclamado por semiaclamación popular recientemente, y donde hay mucha tela que cortar.
Cuando un episodio es rico en detalles y acciones se plantean dos maneras de contarlo. Una es la profesional, que es la que usamos en este blog para casi todo. La otra es la novelada, esto es convirtiendo la historia en un relato con su acción, su reacción, su nudo, su desenlace, y esas movidas.
La pregunta es: ¿apetece, de cuando en cuando, este segundo modelo?
Hay que pensarse un poco la respuesta; los textos novelados son más trabajosos de elaborar, así pues abordar uno tendería a ralentizar el blog, aunque también es verdad que, como suelo combinar series distintas, siempre puedo acudir a otros temas para ir alimentando el blog. Pero es obvio que una serie novelada iría más lenta que otras.
La otra duda que me asalta es el nivel de purismo de mis lectores. La mayoría de los historiofriquis que conozco aborrecen la literatura histórica; y yo, desde luego, no les afeo el sentimiento, porque buena parte de ella es bastante mala. Pero aparte de todo, hay un sentimiento entre la gente que gusta de la Historia, en el sentido de que no es bueno mezclar cosas; la Historia es Historia y el relato, relato.
Bueno, ahí lo dejo. Leeré las opiniones con fruición e interés.