Éstas son todas las tomas de esta serie. Los enlaces irán apareciendo conforme se publiquen.
Hagamos que el capitalismo financie su propia destrucción
El traslado al Oeste
Bajo mínimos
El rescate
La escalada
Kaiserlautern
Las bombas de Heidelberg
La caída
Sabihondos y suicidas
Sartre echa un vistazo
Estocolmo
El juicio
Mogadiscio
Epílogo: queridos siperos
Una vez que pasó el juicio,
Ulrike se fue a visitar a Renate Riemeck. A su madre putativa le confesaría que
no sabía muy bien qué escribir de aquel juicio, porque a ninguno de los acusados
se lo podía tomar en serio desde un punto de vista político. A pesar de eso, la
cronista finalmente escribió una cerrada defensa de los acusados, lo cual
refleja que, o bien cambió de opinión, o bien le dijeron que esa opinión era la
más coherente con la política de la revista. De hecho, llegó más lejos, puesto
que intervino en un coloquio en Hamburgo sobre el derecho a la desobediencia,
en el que hizo una cerrada defensa de los incendiarios. Al público aquello no
le pareció muy bien. Como el vasco que fue a misa en el chiste, no eran partidarios.