A ver, Francisco...
Está bien que le escribas una carta a toda tu grey y que en esa carta digas que estás contrito en modo Dios (nunca mejor dicho) por las apretadas falanges de porculeros que has criado en tu seno y lo poco que has hecho para controlarlos e impedir sus desmanes. Pero eso, tú lo sabes, no es nada. Hay tres cosas que podrías hacer y que me da a mí que no vas a hacer.