Un proyecto acabado
El rey de España
Un imperio por 850.000 florines
La coalición que paró el Espíritu Santo
El rey francés como problema
El éxtasis boloñés
El avispero milanés
El largo camino hacia Crépy-en-Lannois
La movida trentina
El avispero alemán
Las condiciones del obispo Stadion
En busca de un acuerdo
La oportunidad ratisbonense
Si esto no se apaña, caña, caña, caña
Mühlberg
Horas bajas
El turco
Turcos y franceses, franceses y turcos
Los franceses, como siempre, macroneando
Las vicisitudes de una alianza contra natura
La sucesión imperial
El divorcio del rey inglés
El rey quiere un heredero, el Papa es gilipollas y el emperador, a lo suyo
De cómo los ingleses demostraron, por primera vez, que con un grano de arena levantan una pirámide
El largo camino hacia el altar
Papá, yo no me quiero casar
Yuste
En efecto, nada más salir Carlos de España, o casi nada más, se produjeron los primeros actos de lo que conocemos como rebelión de los comuneros. Los comuneros, como Juana la Loca, como tantas otras cosas de nuestro pasado y del pasado de cualquiera, suelen ser pasto de las visiones presentistas de aquéllos para los cuales el pasado no es más que un instrumento para discutir el presente; por no mencionar aquéllos que, obsesionados con obtener un acercamiento de sus alumnos hacia la materia histórica, se refieren a la Historia como algo regido por las mismas fuerzas telúricas que gobiernan el presente.