Los súbditos de Seleuco
Tirídates y Artabano
Fraates y su hermano
Mitrídates
El ocaso de la Siria seléucida
Y los escitas dijeron: you will not give, I'll take
Roma entra en la ecuación
El vuelo indiferente de Sanatroeces
Craso
La altivez de Craso, la inteligencia de Orodes, la doblez de Abgaro y Publio el tonto'l'culo
... y Craso tuvo, por fin, su cabeza llena de oro
Pacoro el chavalote
Roma, expulsada de Asia durante un rato
Antonio se enfanga en Asia
Fraataces el chulito
Vonones el pijo
Artabano
Asinai, Anilai y su señora esposa
Los prusés de Seleucia y Armenia
La operación que iniciaba el emperador Claudio es bien fácil de
entender. Meherdates era un miembro de la familia real parta que, sin
embargo, había estudiado, como se dice ahora, en las mejores
universidades del mundo, lo cual había hecho que conociese y
adoptase formas de pensar que no eran propias del país que iba a
gobernar y sí, más bien, de la metrópoli más avanzada del mundo,
que no era otra que Roma. Era, pues, como enviar en el siglo XIX a un
indio educado en Eton para que fuese marajá.