jueves, febrero 11, 2016

El acorazado Potemkin (9)

Recuerda que ya te hemos contado cómo se montó la movida y cómo los marineros tomaron el control del acorazado. 


Después, hemos contado lo caliente que estaba Odessa antes de la llegada del Potemkin, y el movidón que se montó cuando ya habían llegado, y que inmortalizó Einsenstein. Después comenzó el toma y daca entre los marineros y los revolucionarios, y algún que otro susto. Finalmente, los marineros del Potemkin logran enterrar al marinero Vakulinchuk, aunque con incidentes. Y, finalmente, hemos pasado al bombardeo de Odessa por el acorazado y, posteriormente, sus consecuencias y los movimientos de la Flota del Mar Negro.

En efecto, en la noche del 29 al 30 de junio, con la excitación del bombardeo y las novedades, poca gente pudo dormir en el acorazado amotinado. Mucho menos los miembros del Comité Popular, los cuales, tras el regreso de la delegación con el niet del general Korkhanov, estuvieron reunidos hasta más allá de la medianoche. Pero durante toda la madrugada hubo asambleíllas improvisadas en cualquier rincón del barco.

lunes, febrero 08, 2016

El acorazado Potemkin (8)

Recuerda que ya te hemos contado cómo se montó la movida y cómo los marineros tomaron el control del acorazado. 

Después, hemos contado lo caliente que estaba Odessa antes de la llegada del Potemkin, y el movidón que se montó cuando ya habían llegado, y que inmortalizó Einsenstein. Después comenzó el toma y daca entre los marineros y los revolucionarios, y algún que otro susto. Finalmente, los marineros del Potemkin logran enterrar al marinero Vakulinchuk, aunque con incidentes. Y, finalmente, hemos pasado al bombardeo de Odessa por el acorazado.


Tras la cagada del bombardeo interruptus, las prioridades en el Potemkin, y en su Comité Popular, eran dos: por un lado, procurarse ese mapa de la ciudad que demandaba Bedermeyer para así poder disparar con precisión; y, en segundo lugar, elaborar un nuevo ultimátum para Korkhanov. El Comité, que andaba un poco nerviosillo, tardó más de una hora en elaborar el nuevo ultimátum. En un notable ejercicio de transparencia, los líderes del acorazado, que en realidad eran los únicos que sabían que la habían cagado, le contaron a sus compañeros que se habían limitado a realizar dos disparos de intimidación.