Otros escalones de esta escalera:
Enrique, el que a todos contentaba
El órdago de Pacheco/Mendoza
Nunca te fíes de un francés
El follón del matrimonio de Enrique y Juana
¿De qué murió Pedro Girón?
La última trucha de Alfonso
Guisando
Lo de Fernando se va definiendo
Isabel se quita la careta
Fernando, en Castilla
Una boda en pecado, un legado papal corrupto, y el momento más bajo para los esposos
Guerra de bebés
Una carta encendida y varios golpes de suerte
El Borgia entra en juego
Reuniones y conciliábulos sin solución
El órdago de Pacheco/Mendoza
Nunca te fíes de un francés
El follón del matrimonio de Enrique y Juana
¿De qué murió Pedro Girón?
La última trucha de Alfonso
Guisando
Lo de Fernando se va definiendo
Isabel se quita la careta
Fernando, en Castilla
Una boda en pecado, un legado papal corrupto, y el momento más bajo para los esposos
Guerra de bebés
Una carta encendida y varios golpes de suerte
El Borgia entra en juego
Reuniones y conciliábulos sin solución
Aunque Enrique de Trastámara
abandonó todo proyecto de apañar el asunto de Trujillo, Pacheco decidió no
hacerlo. El cortesano sabía tener paciencia y porfiar, y eso fue lo que hizo
hasta que, a finales de septiembre, acordó con Stúñiga cambiar Trujillo por
Saelices. El destino, sin embargo, le reservaba a Pacheco, como a Chacón, la
putada de quedarse a las puertas de su gran momento. En esos días, se le
produjo un absceso en la garganta que, pronto, le provocó fiebre y vomitonas
sanguiñolientas. Estando así, en una situación tan jodida que incluso
permanecía atado a una silla dentro de una habitación a oscuras para que nadie
pudiera verlo, apañó las últimas negociaciones para recibir Trujillo. Al día
siguiente de conseguirlo, entró en coma y, poco después, murió. Los criados del
cortesano le quitaron todo lo que tenía y, para ocultar sus sevicias,
escondieron el cadáver en una cuba de vino; no fue descubierto hasta días más
tarde.