Un rey con dos coronas, y su pastelera señora
La puerta que abrió Jack Cade para Ricardo de York
El yorkismo se quita poco a poco la careta
Los Percy y los Neville
Ricardo llega a la cima, pero se da una hostia
St. Albans brawl
El nuevo orden
Si vis pax, para bellum
Zasca lancastriano
La Larga Marcha de los York/Neville
Northhampton
Auge y caída del duque de York
El momento de Eduardo de las Marcas
El desastre de Towton y los reyes PNV
El sudoku septentrional
El eterno problema del Norte
El fin de la causa lancastriana
La paz efímera
A walk on the wild side
El campo de la cota abandonada
Los viejos enemigos se mandan emoticonos con besitos
El regreso del Emérito, y el del neo-Emérito
Rey versus Rey
The Bloody Meadow y la Larga Marcha Kentish
El rey que vació Inglaterra
Iznogud logró ser califa en lugar del califa
La suerte está echada. O no.
Las últimas boqueadas
Con el rey Enrique en condiciones de ponerse al frente del país, las cosas cambiaron muy rápidamente. El 4 de febrero de 1455, Somerset salió por la puerta de la Torre de Londres. Un mes después Salisbury, el Lord Canciller, dimitió de su cargo. Para él, su labor se había convertido en misión imposible teniendo en cuenta que en el Consejo Privado el recién liberado se había apresurado a aliarse con los Percy. De hecho, Salisbury hubo de pasar por la humillación de anunciar su dimisión delante del conde de Northumberland, el obispo de Carlisle, hijo de éste, y Lord Clifford. No le debió de resultar fácil.