Después, hemos contado lo caliente que estaba Odessa antes de la llegada del Potemkin, y el movidón que se montó cuando ya habían llegado, y que inmortalizó Einsenstein.
Nada
más llegar la delegación de tierra que informó a la tripulación
del Potemkin
de los gravísimos hechos que se habían producido en Odessa, el
Comité Popular fue convocado de nuevo, con la asistencia tanto de
Feldmann como de los otros dos compañeros suyos socialdemócratas.
Estos tres representantes civiles intervinieron, por supuesto, para
exigir que los marineros desembarcasen en tierra y le diesen lo suyo
a los cosacos. Sin embargo, se encontraron con la revolucionaria
sorpresa de que los marineros pasaban de ellos.