Para la Semana Santa, os dejo esta lectura amplia, que es el megapost que reúne todos los que fui publicando sobre la historia del metro. Espero que lo disfrutéis.
Hace ahora casi cuarenta años yo era un adolescente y pisaba un laboratorio de química casi por primera vez. Era mi profesor uno de los miembros del claustro de mi colegio, Moncho Núñez, quien con los años acabaría siendo uno de los más eficaces divulgadores de la ciencia en España. Recuerdo vagamente aquella clase: éramos grupos de cuatro alumnos que trabajábamos juntos. Teníamos que hacer un experimento que no recuerdo en su formulación, pero que consistía en que teníamos un líquido en un matraz al que teníamos que añadir, nos dijo Moncho, «una gota» de otro. Nosotros cogimos el matraz donde estaba el segundo líquido y vertimos un chorrito pequeño en el primer matraz.
Hace ahora casi cuarenta años yo era un adolescente y pisaba un laboratorio de química casi por primera vez. Era mi profesor uno de los miembros del claustro de mi colegio, Moncho Núñez, quien con los años acabaría siendo uno de los más eficaces divulgadores de la ciencia en España. Recuerdo vagamente aquella clase: éramos grupos de cuatro alumnos que trabajábamos juntos. Teníamos que hacer un experimento que no recuerdo en su formulación, pero que consistía en que teníamos un líquido en un matraz al que teníamos que añadir, nos dijo Moncho, «una gota» de otro. Nosotros cogimos el matraz donde estaba el segundo líquido y vertimos un chorrito pequeño en el primer matraz.