Los súbditos de Seleuco
Tirídates y Artabano
Los partos vieron cómo Antíoco se hacía con su capital sin
siquiera presentarle batalla seria. Pero en eso no hicieron otra
cosa que demostrar que eran un pueblo de las montañas. En efecto,
las gentes que viven en lugares de complicada orografía suelen tener
siempre la misma táctica cuando son atacados por un enemigo
numeroso. Le dejan hacer, le dejan avanzar, buscando dos cosas:
primera, que se aleje de sus recursos, esto es que se implique en una
guerra que lógísticamente sea cada vez más complicada; y, segundo,
que se deba adentrar en el complicado perfil del terreno, lugares
donde las emboscadas son fáciles, donde con relativamente pocos
efectivos se puede tener la perspectiva de obtener victorias contra
ejércitos bien dotados.