viernes, diciembre 05, 2025

Ceaucescu (33): Yo no soy ellos




Rumania, ese chollo
A la sombra de los soviéticos en flor
Quiero rendirme
El largo camino hacia el armisticio
Conspirando a toda velocidad
El golpe
Elecciones libres; o no
En contra de mi propio gobierno
Elecciones libres (como en la URSS)
El último obstáculo, el rey
Con la Iglesia hemos topado
El calvario uniate
Securitate
Yo quiero ser un colectivizador como mi papá
Stefan Foris
Patrascanu y Pauker
La caída en desgracia de Lucretiu Patrascanu
La sombra del titoísmo
Gheorghiu-Dej se queda solo
Ana Pauker, salvada por un ictus
La apoteosis del primer comunista de Rumania
Hungría
Donde dije digo…
El mejor amigo del primo de Zumosol
Pitesti
Pío, pío, que yo no he sido
Trabajador forzado por la gracia de Lenin
Los comienzos de la diferenciación
Pues yo me voy a La Mutua (china)
Hasta nunca Gheorghe
El nuevo mando
Yo no fui
Yo no soy ellos
Enemigo de sus amigos
Grandeza y miseria
De mal en peor
Esos putos húngaros
El puteo húngaro
El maldito libro transilvano
El sudoku moldavo
La fumada de Artiom Lazarev
Viva Besarabia libre (y rumana)
Primeras disidencias
Goma
Los protestantes protestan
Al líder obrero no lo quieren los obreros
Brasov
No toques a Tokes
Arde Timisoara
El derrumbador de iglesias y monasterios
Qué mal va esto
Epílogo: el comunista que quiso sorber y soplar a la vez


En los países que no se preocupan de ventilar adecuadamente sus ventanas democráticas, ocurre que las fuerzas de seguridad acaban por convertirse en un Estado dentro del Estado; y, por esta razón, cuando el Estado se preocupa de tratar de controlarlas, nunca puede considerar que lo haya conseguido. Si tanto éxito ha tenido en España cierto discurso tendente a defender la idea de que el poder de la policía franquista permaneció incólume tras la muerte de Franco, a pesar de que España se convirtió en una democracia plena, en el caso de un país comunista el efecto fue mucho más material. El propio Ceaucescu pudo comprobar hasta qué punto es cierto esto cuando se produjo uno de los episodios más oscuros de la Historia de la Rumania comunista: la muerte de Abraham Schachter, el médico personal de Ceaucescu. Schachter se arreó un hostión del cuarenta y dos desde un balcón del hospital Floreasca de Bucarest el 14 de marzo de 1973. El propio Ceaucescu reaccionó a aquella muerte volviéndose contra la Securitate. Según su interpretación, Schachter se había suicidado tras haber sido presionado a fondo por la policía para que se convirtiese en un informador a base de, dijo, “métodos inaceptables”. Ion Stanescu, que recordemos que era un hombre de la máxima confianza del dictador, fue fulminantemente cesado.

jueves, diciembre 04, 2025

Ceaucescu (32): Yo no fui




Rumania, ese chollo
A la sombra de los soviéticos en flor
Quiero rendirme
El largo camino hacia el armisticio
Conspirando a toda velocidad
El golpe
Elecciones libres; o no
En contra de mi propio gobierno
Elecciones libres (como en la URSS)
El último obstáculo, el rey
Con la Iglesia hemos topado
El calvario uniate
Securitate
Yo quiero ser un colectivizador como mi papá
Stefan Foris
Patrascanu y Pauker
La caída en desgracia de Lucretiu Patrascanu
La sombra del titoísmo
Gheorghiu-Dej se queda solo
Ana Pauker, salvada por un ictus
La apoteosis del primer comunista de Rumania
Hungría
Donde dije digo…
El mejor amigo del primo de Zumosol
Pitesti
Pío, pío, que yo no he sido
Trabajador forzado por la gracia de Lenin
Los comienzos de la diferenciación
Pues yo me voy a La Mutua (china)
Hasta nunca Gheorghe
El nuevo mando
Yo no fui
Yo no soy ellos
Enemigo de sus amigos
Grandeza y miseria
De mal en peor
Esos putos húngaros
El puteo húngaro
El maldito libro transilvano
El sudoku moldavo
La fumada de Artiom Lazarev
Viva Besarabia libre (y rumana)
Primeras disidencias
Goma
Los protestantes protestan
Al líder obrero no lo quieren los obreros
Brasov
No toques a Tokes
Arde Timisoara
El derrumbador de iglesias y monasterios
Qué mal va esto
Epílogo: el comunista que quiso sorber y soplar a la vez

 

Nicolae Ceaucescu tenía un mensaje fundamental para los rumanos, y para el exterior, tras su llegada al poder en el comunismo rumano: aquello consistía en una nueva era de legalidad. Y decidió tener el gesto que sabía trabajaría mejor en torno a esa idea, fundando una oficina para la gestión de las quejas sobre pasadas actuaciones de la Securitate, al frente de la cual colocó al teniente coronel Constantin Apóstol. Asimismo, sacó un decreto rápido que limitaba las causas por las cuales el domicilio particular podía ser violado sin existencia de una orden judicial. En abril, se publicó un borrador de nuevo código penal. El mensaje fundamental: “la principal responsabilidad de garantizar el cumplimiento de la ley regresa al Partido”.

miércoles, diciembre 03, 2025

Ceaucescu (31): El nuevo mando




Rumania, ese chollo
A la sombra de los soviéticos en flor
Quiero rendirme
El largo camino hacia el armisticio
Conspirando a toda velocidad
El golpe
Elecciones libres; o no
En contra de mi propio gobierno
Elecciones libres (como en la URSS)
El último obstáculo, el rey
Con la Iglesia hemos topado
El calvario uniate
Securitate
Yo quiero ser un colectivizador como mi papá
Stefan Foris
Patrascanu y Pauker
La caída en desgracia de Lucretiu Patrascanu
La sombra del titoísmo
Gheorghiu-Dej se queda solo
Ana Pauker, salvada por un ictus
La apoteosis del primer comunista de Rumania
Hungría
Donde dije digo…
El mejor amigo del primo de Zumosol
Pitesti
Pío, pío, que yo no he sido
Trabajador forzado por la gracia de Lenin
Los comienzos de la diferenciación
Pues yo me voy a La Mutua (china)
Hasta nunca Gheorghe
El nuevo mando
Yo no fui
Yo no soy ellos
Enemigo de sus amigos
Grandeza y miseria
De mal en peor
Esos putos húngaros
El puteo húngaro
El maldito libro transilvano
El sudoku moldavo
La fumada de Artiom Lazarev
Viva Besarabia libre (y rumana)
Primeras disidencias
Goma
Los protestantes protestan
Al líder obrero no lo quieren los obreros
Brasov
No toques a Tokes
Arde Timisoara
El derrumbador de iglesias y monasterios
Qué mal va esto
Epílogo: el comunista que quiso sorber y soplar a la vez

 


La competición por ser el nuevo hombre fuerte de Rumania estaba más restringida de lo que inicialmente podría parecer. Aunque los candidatos teóricos podían ser muchos, en realidad todo se reducía a cuatro: Ceaucescu, Draghici, Chivu Stoica y Gheorghe Apóstol. Éstos eran los únicos candidatos del Politburo que eran, asimismo, étnicamente rumanos. Coliu era búlgaro, Bodnaras ucraniano y Maurer, alemán de origen.

martes, diciembre 02, 2025

Ceaucescu (30): Hasta nunca, Gheorghe




Rumania, ese chollo
A la sombra de los soviéticos en flor
Quiero rendirme
El largo camino hacia el armisticio
Conspirando a toda velocidad
El golpe
Elecciones libres; o no
En contra de mi propio gobierno
Elecciones libres (como en la URSS)
El último obstáculo, el rey
Con la Iglesia hemos topado
El calvario uniate
Securitate
Yo quiero ser un colectivizador como mi papá
Stefan Foris
Patrascanu y Pauker
La caída en desgracia de Lucretiu Patrascanu
La sombra del titoísmo
Gheorghiu-Dej se queda solo
Ana Pauker, salvada por un ictus
La apoteosis del primer comunista de Rumania
Hungría
Donde dije digo…
El mejor amigo del primo de Zumosol
Pitesti
Pío, pío, que yo no he sido
Trabajador forzado por la gracia de Lenin
Los comienzos de la diferenciación
Pues yo me voy a La Mutua (china)
Hasta nunca Gheorghe
El nuevo mando
Yo no fui
Yo no soy ellos
Enemigo de sus amigos
Grandeza y miseria
De mal en peor
Esos putos húngaros
El puteo húngaro
El maldito libro transilvano
El sudoku moldavo
La fumada de Artiom Lazarev
Viva Besarabia libre (y rumana)
Primeras disidencias
Goma
Los protestantes protestan
Al líder obrero no lo quieren los obreros
Brasov
No toques a Tokes
Arde Timisoara
El derrumbador de iglesias y monasterios
Qué mal va esto
Epílogo: el comunista que quiso sorber y soplar a la vez

 

En este punto procesal, el comunismo rumano fue consciente de encontrarse en una situación bastante comprometida. Khruschev lanzaba señales muy claras de pretender integrar a Rumania en proyectos económicos supranacionales en los que no contaba con otorgarle grandes dosis de soberanía; pero, al mismo tiempo, las ilusiones de su alianza con China se desinflaban, pues pronto se dieron cuenta los rumanos de que China era un gigante con pies de barro, un país profundamente ineficiente que, por lo tanto, en realidad no podía ayudarlos a construir una economía sólida y en crecimiento, pues eso mismo era lo que los chinos necesitaban, no tenían, y seguirían sin tener hasta que se decidió por aplicar la NEP de Lenin bien hecha.

lunes, diciembre 01, 2025

Ceaucescu (29): Pues yo me voy a La Mutua (china)




Rumania, ese chollo
A la sombra de los soviéticos en flor
Quiero rendirme
El largo camino hacia el armisticio
Conspirando a toda velocidad
El golpe
Elecciones libres; o no
En contra de mi propio gobierno
Elecciones libres (como en la URSS)
El último obstáculo, el rey
Con la Iglesia hemos topado
El calvario uniate
Securitate
Yo quiero ser un colectivizador como mi papá
Stefan Foris
Patrascanu y Pauker
La caída en desgracia de Lucretiu Patrascanu
La sombra del titoísmo
Gheorghiu-Dej se queda solo
Ana Pauker, salvada por un ictus
La apoteosis del primer comunista de Rumania
Hungría
Donde dije digo…
El mejor amigo del primo de Zumosol
Pitesti
Pío, pío, que yo no he sido
Trabajador forzado por la gracia de Lenin
Los comienzos de la diferenciación
Pues yo me voy a La Mutua (china)
Hasta nunca Gheorghe
El nuevo mando
Yo no fui
Yo no soy ellos
Enemigo de sus amigos
Grandeza y miseria
De mal en peor
Esos putos húngaros
El puteo húngaro
El maldito libro transilvano
El sudoku moldavo
La fumada de Artiom Lazarev
Viva Besarabia libre (y rumana)
Primeras disidencias
Goma
Los protestantes protestan
Al líder obrero no lo quieren los obreros
Brasov
No toques a Tokes
Arde Timisoara
El derrumbador de iglesias y monasterios
Qué mal va esto
Epílogo: el comunista que quiso sorber y soplar a la vez

 


La salida de los soviéticos de Rumania tuvo la consecuencia inmediata de que la violencia política practicada por el Estado escalase. Gheorghiu-Dej, por así decirlo, era consciente de que ahora estaba solo en la tarea de mantener a los rumanitos asoballados, y actuó en consecuencia.