Según estos datos, el ministro más popular de todos los que ha usado Zapatero es José Bono, quien se retiró, después de dos octubres, con una nota promedio de 5,46. No sé si este dato le gustará a Zapatero. A Bono seguro que sí (de hecho es probable que ya lo sepa). Eso sí, Bono fue un ministro relativamente efímero. Mucho más mérito tiene María Teresa Fernández de la Vega, que lleva en el tajo desde el primer día y aún así tiene un promedio ligeramente por encima del aprobado.
En el capítulo de nefastos se encuentran dos mujeres que hoy son ministras: Bibiana Aído tiene un promedio de 3,52, después de dos exámenes; y lo abracadabrante es lo de nuestra ministra seminal, Ángeles González-Sinde, que sólo ha pasado una preevaluación como quien dice y ya le han puesto, así, de salida, un 3,46. Para comprobar la crueldad de la nota baste que comprobéis en la tabla que Magdalena Álvarez, ministra polémica donde las haya a la que se le cayeron túneles y la de dios es su hijo, dejó el machito ministerial con una nota de 3,69. No parece que haya sido muy buena idea nombrar a la señora Querubines.
Otra cosa que veo es que hay una diferencia notable, amén de lógica, entre haber sido ministro en la primera legislatura de la ceja o serlo/haberlo sido en la segunda. Los que llevan ya dos años o así siendo ex-ministros pueden exhibir, por lo general, carreras muy aseaditas, con promedios por encima de 4, que para un político es como para hacer fuegos artificiales, y alguno (véase Pedro Solbes, sin ir más lejos) con notas que ya las querrían para sí sus sucesores.
La columna de desviación típica nos da una idea de con qué ministros ha sido la opinión más variable. Si no me he liado con las líneas, esta reflexión nos lleva a darnos cuenta de que los tres ministros en los que la opinión ha variado más bruscamente son ministras: Magdalena Álvarez, María Antonia Trujillo y Carme Chacón. Yo que tú, Carmen, me quitaba de ahí, que, no es por nada, pero en menuda foto estás posando...
En el capítulo de los más estables hay que tener cuidado porque hay algunos que tienen poca desviación porque tienen pocas calificaciones, pues fueron ministros durante pocos octubres. Es el caso de los catalanes Clos y Montilla, por ejemplo. O del propio Bono, Bernat Soria, César Antonio Molina... Personalmente, creo que el la desviación típica más meritoria es la de Alfredo Pérez Rubalcaba, muy baja, lo cual denota opinión estable, a pesar de que lleva ya bastante tiempo siendo ministro.
Por último, otro cálculo que he hecho, columna de la derecha, se refiere a la distancia existente entre la última calificación recibida por cada ministro (o bien octubre del 2009, o bien el último octubre en que fue ministro) y su mejor registro de la serie. Esta columna, pues, podría considerarse la columna de análisis sobre quién ha caído más bajo.
Esta vez, tenemos a un hombre al frente de la lista Quién te ha visto y quién te ve: Pedro Solbes, que subió bastante arriba (su promedio lo denota) pero también bajó lo suyo antes de irse, quizá por aquello de negar la crisis y tal. Eso sí, el ticket Álvarez/Trujillo le anduvieron cerca.
Por fin, he hecho un último cálculo: hallar los promedios de calificación por sexos. El resultado está en el gráfico que os copio aquí y que demuestra que, históricamente hablando, los ministros han tendido a tener una imagen media mejor que la de las ministras. En octubre del 2004, primer barómetro considerado, la imagen de los hombres del gobierno era en torno a un 5% superior a la de las mujeres, ratio que trepó más allá del 8% en el 2005, descendiendo bruscamente por debajo de la mitad al año siguiente y volviendo a ascender en el 2007. En el 2008 es el primer barómetro en el que la imagen colectiva de las ministras supera a la de los ministros, pero en este último barómetro ellas vuelven a estar por debajo, aunque en un leve 1,3%. La cuesta abajo parece que iguala bastante las cosas, quizá porque hay mucha menos buena imagen que repartir.
Te ha faltado un ANOVA para ver si las diferencias entre hombres y mujeres son significativas ;)
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