miércoles, marzo 27, 2019

Perdón

Si exceptuamos las guerras, ningún otro proceso antes del siglo XVIII ha hecho más por la movilidad de las personas que la Inquisición. Una parte muy significativa de quienes acababan encausados por el Santo Oficio, si podía, cambiaba de residencia. Y esto es así porque ser condenado por la Inquisición no era una pena que el sujeto de que se tratase debiera de asumir en solitario. Los hijos de quien había portado el sambenito también eran señalados por ello, y aun los nietos. En una España como aquella, en la que todos los pueblos y ciudades eran abarcables sin que tu reloj de actividad te felicitase por el ejercicio realizado, permanecer en el mismo lugar en las puertas de cuya iglesia se había clavado la sentencia con el nombre de tu padre, de tu madre, o de tu hermano, equivalía a designarte candidato a la burla, el vacío, cuando no la agresión. Mi abuelo, un segoviano recio de una pedanía del camino de Sepúlveda, solía contar, entre risas, que en su pueblo siempre se hablaba de una familia de herejes a la que el resto del pueblo corría a pedradas por diversión. Hasta que se fueron, claro, decía. Y se reía otra vez.

Después de Hitler (15: un incómodo scoop)

Batallas anteriores:

El hundimiento
De Krebs a Demnin
El Brezal de Luneburgo
Patton
Ike resiste la tentación



Tras comunicar su rechazo a los acuerdos de Reims, los soviéticos decidieron preparar un compromiso nuevo con sus aliados occidentales. La firma producida en Reims, de la que sus medios de comunicación ni siquiera se hicieron eco, sería concebida como una especie de acto preliminar del definitivo, todavía no producido, que debería tener como sede la ciudad de Berlín. Eisenhower, cuando recibió la comunicación de Moscú, decidió aceptarla en aras de mantener un buen rollito entre aliados. En tal sentido, cablegrafió a Moscú su acuerdo con la propuesta; su propia disponibilidad de estar en Berlín en menos de 24 horas; y la inmediata comunicación al Alto Mando alemán de que debía designar representantes para la firma en la capital del Reich.

lunes, marzo 25, 2019

El cisma (6: la vuelta al redil)

Sermones ya pasados

La declaración de Salamanca
El tablero ibérico
Castilla cambia de rey, y el Papado de papas
Via cessionis, via iustitiae y sustracción de obediencia
La embajada de los tres reyes

Todo en esta vida tiene pros y contras. Desde 1399 hasta el año 1403, cuatro años por lo tanto, Pedro de Luna fue un preso de lujo en su palacio de Aviñón y gran parte de la cristiandad se quedó sin Papa. Esto tuvo sus cosas buenas, pero también las tuvo malas. La principal consecuencia de la sustracción de obediencia fue un regalismo descarado y, cuando menos en mi opinión, preparado.