viernes, junio 26, 2020

La Baader-Meinhof (19: Kaiserlautern)

Éstas son todas las tomas de esta serie. Los enlaces irán apareciendo conforme se publiquen.

La escalada
Las bombas de Heidelberg
La caída
Sabihondos y suicidas
Sartre echa un vistazo
Estocolmo
El juicio
Mogadiscio
Epílogo: queridos siperos

En septiembre de 1970, a pesar de que el acuerdo inicial entre Huber y la Universidad de Heidelberg había llegado a su punto de expiración,  el dinero siguió llegando para el extraño experimento de aquel antisiquiatra revolucionario. Sin embargo, lo que sí hizo la Uni fue quitarle los cuatro despachos que les había facilitado. Lo cual no es de extrañar, porque para entonces el IZRU estaba lanzando “terapias” consistentes en cosas como ponerle una bomba al tren en el que iba a ir el presidente de la RFA (sic); terapia que, al parecer, no fue posible sólo porque Carmen Roll llegó tarde con la bomba.

jueves, junio 25, 2020

Normalidad

Esta entrada es para comunicaros que la semana que viene volveré a la normalidad. Mi perfil de salud aconseja que sea una vuelta por fases, pero comenzaré a experimentar más o menos la vida que tenía antes, con sus desplazamientos y sus obligaciones.

Me comprometí a publicar una entrada diaria para tratar de aliviar, levemente, las consecuencias de un confinamiento que ahora, en todo caso, ya no se produce. Así las cosas, debería volver al ritmo habitual de publicaciones los lunes y los miércoles; aunque estudiaré la posibilidad de introducir una nueva entrada los viernes, que parece que es lo lógico. En todo caso, el julio el tráfico del blog suele bajar por la gente lo lee en el curro (ejem...) y se va de vacaciones.

Tras la serie de la Baader-Meinhof, comenzaremos otra que se titula Franco y Dios. Choque de trenes. Tal vez os vayáis imaginando el tema... 

Ha sido un placer aparecer todos los días por esta ventana. En realidad, ha sido tan placentero que si las circunstancias me permitiesen seguir así, no me lo pensaría. Pero tengo la mala costumbre de comer tres veces al día, qué le vamos a hacer.

Aquí la seguimos, pues.

La Baader-Meinhof (18: el rescate)

Éstas son todas las tomas de esta serie. Los enlaces irán apareciendo conforme se publiquen.

La escalada
Kaiserlautern
Las bombas de Heidelberg
La caída
Sabihondos y suicidas
Sartre echa un vistazo
Estocolmo
El juicio
Mogadiscio
Epílogo: queridos siperos

A Röhl le dijeron de todo. En una comuna de Frankfurt le juraron que las niñas estaban en Escandinavia. En Sylt le dijeron que si en Frankfurt. Pasado un tiempo de investigaciones, finalmente logró saber que las habían enviado a Bremen. Wolfgang, su hermano, y un amigo de éste fueron allí, buscando dulcificar las cosas si las niñas estaban allí para que, al menos, no fuesen directamente entregadas a su padre. Allí averiguaron que las niñas habían sido vistas en el domicilio de un tal Jürgen Holtkamp; pero las perdieron por un cortacabeza, porque un par de horas antes de que Wolfgang llegase, dos personas vinculadas a la Baader se las habían llevado.

miércoles, junio 24, 2020

La Baader-Meinhof (17: bajo minimos)


El 19 de diciembre, toda la banda se reunió para esparragar un rato. Ruhland habría que recordar que él e Isle Stachowiack fueron los únicos que llevaron algo (una botella grande de Coca-cola y otra de coñá), pero que la mercancía fue rápidamente mutualizada, lo cual quiere decir que, como suele ocurrir, los que no habían llevado una mierda fueron los que más libaron. En esa reunión, Andreas les dijo que la banda tenía que consolidarse; tenía que ser capaz de tener más pisos francos, más medios. Más pasta. El discurso era optimista, porque estaba convencido de que iban a poder conseguirla a base de palos a bancos. Gudrun Ensslin, de hecho, dijo que, si se ponían a ello, el botín no bajaría de medio millón de marcos (para poder contextualizar el objetivo, cabe recordar que, poco tiempo antes, el matrimonio Röhl-Meinhof se había endeudado en 150.000 marcos para comprarse una casa pituca en un barrio pijo).

martes, junio 23, 2020

La Baader-Meinhof (16: el traslado al Oeste)

Éstas son todas las tomas de esta serie. Los enlaces irán apareciendo conforme se publiquen.

Bajo mínimos
El rescate
La escalada
Kaiserlautern
Las bombas de Heidelberg
La caída
Sabihondos y suicidas
Sartre echa un vistazo
Estocolmo
El juicio
Mogadiscio
Epílogo: queridos siperos


Andreas Baader hizo sus primeros pinitos como jefe de la banda, que ya por entonces llevaba su nombre y el de Ulrike Meinhof en la Prensa, como los debe realizar un auténtico revolucionario: con una buena purga o, cuando menos, intento de ella. Andreas estaba convencido, y no era el único, de que alguien había traicionado a Mahler. El grupo allí reunido decidió que las sospechas recaían claramente en Arpa, nombre en clave de Hans Jürgen Bäcker. Los síntomas eran claros: él también tenía que haber ido al apartamento de Ingrid Schubert la tarde-noche cuando fue Mahler, pero se quitó de en medio (en realidad, eso no demuestra nada; los más listos de entre los infiltrados siempre quieren que la policía los trinque delante de sus correligionarios; siempre hay tiempo para una huida). Estaba en ésas, cuando el propio Bäcker apareció; todos comenzaron a hacerle preguntas, y él, claro, se rebotó y se abrió. Baader ordenó a todos que cambiaran de domicilio.

lunes, junio 22, 2020

La Baader-Meinhof (15: hagamos que el capitalismo financie su propia destruccción)


Éstas son todas las tomas de esta serie. Los enlaces irán apareciendo conforme se publiquen.

El traslado al Oeste
Bajo mínimos
El rescate
La escalada
Kaiserlautern
Las bombas de Heidelberg
La caída
Sabihondos y suicidas
Sartre echa un vistazo
Estocolmo
El juicio
Mogadiscio
Epílogo: queridos siperos

El 8 de junio de 1970, Horst Mahler y Hans Jürgen Bäcker, que se encontraban en el radar de la policía después de la huida de Andreas Baader, huyeron con pasaportes falsos a Berlín Este y, desde allí, a Beirut. No fueron solos. Con ellos se fue la inseparable asistente de Mahler, Monika Berberich; una estudiante de la Libre llamada Brigitte Asdonk; así como otro activista, Manfred Grashof, y una peluquera de diecinueve años que era su novia, Petra Schelm.