Tiberio Graco
Definición de un enfrentamiento
Malos tiempos para la lírica senatorial
Roma no paga traidores
La búsqueda de un justo medio
Ese hombre (hoy casi desconocido) llamado Publio Sulpicio Rufo
La hora de Cinna
El nuevo hombre fuerte
La dictadura del rencor
Lépido
Pompeyo
Éxito en oriente
Catilina
A Catilina muerto, Pompeyo puesto
El escándalo Clodio (y una reflexión final)
En ese ambiente de relativa euforia para los tatarabuelos de los actuales socialdemócratas y podemitas es como hay que entender el juicio contra el senador Cayo Rabirio, antiguo colaborador de Sila, que fue imputado por haber, presuntamente, participado en el asesinato de Saturnino. Aquello, en realidad, era un conflicto constitucional. Los optimates que habían labrado la desgracia de Saturnino, un tribuno inviolable según la ley, lo habían hecho mediando un senatus consultum ultimum, es decir, básicamente haciendo uso de la prerrogativa senatorial a la hora de declarar el estado de excepción. En el fondo de aquella acusación, pues, estaba la cuestión, fundamental para los populares, de si el Senado tenía o no tenía poder para agarrar el canasto de las chufas constitucionales y ponerlo todo patas arriba.