La República como problema
La división de 1931
¿Necesitamos más jerarquía?
El trentismo
El Alto Llobregat
Barcelona, 8 de enero de 1933
8 de diciembre, 1933
La alianza obrera asturiana
La polémica de las alianzas obreras
El golpe de Estado del PSOE y la Esquerra
Trauma y (posible) reconciliación
Tú me debes tu victoria
Hacia la Guerra Civil
¡Viva la revolución, carajo!
Las colectivizaciones
Donde dije digo...
En el gobierno
El cerco se estrecha
El caos de mayo
Bueno, y después de haber repasado Barcelona y Madrid, llegamos a ese punto en el que, supuestamente, todo pasó: Asturias. El único lugar donde la revolución social y la huelga revolucionaria triunfaron de verdad; y, por eso mismo, el único lugar en el que la historiografía rampante actual quiere entender que pasó algo o se quiso que pasara algo. Vincular octubre del 34 con Asturias es una operación ideológica cuidadosamente diseñada, cuyo objetivo es que no veas dos cosas: una, que el movimiento fracasó; otra, que el movimiento no fue tal, sino que fue un golpe de Estado que buscaba subvertir un orden político democráticamente definido en las urnas. A la Esquerra, cada día, la importa menos que la imputen de golpista, porque, cuando menos en el momento de redactar estas notas, está ya a lo que está: lo volveremos a hacer y todo eso. En realidad, yo creo que incluso les da un poco de brillo recordar el 34; si no lo hacen más es por la personalidad de Dencàs y el asquito que da. En todo caso, a quien no le interesa nada que se diga que, en sus ciento y pico años de honradez y eficacia, cuenta un golpe de Estado contra el gobierno legalmente constituido, es al PSOE. Por eso lo llamamos revolución de Asturias; porque quieren que pienses que sólo pasó en Asturias.