lunes, marzo 18, 2024

Cruzadas (36): La caída de Jerusalén

Decidiendo una corona
La difícil labor de Godofredo de Bouillon
Jerusalén será para quien la tenga más larga

La cruzada 2.0
Hat trick del sultán selyúcida y el rey danisménida
Bohemondo pilla la condicional
Las últimas jornadas del gran cruzado
La muerte de Raimondo y el regreso del otro Balduino
Relevo generacional
La muerte de Balduino I de Jerusalén
Peligro y consolidación
Bohemondo II, el chavalote sanguíneo que se hizo un James Dean
El rey ha muerto, viva el rey
Turismundo, toca las campanas, que comenzó el sermón del Patriarca
The bitch is back
Las ambiciones incumplidas de Juan Commeno
La pérdida de Edesa
Antioquía (casi) perdida
Reinaldo el cachoburro
Bailando con griegos
Amalrico en Egipto
El rey leproso
La desgraciada muerte de Guillermo Espada Larga
Un senescal y un condestable enfrentados, dos mujeres que se odian y un patriarca de la Iglesia que no para de follar y robar
La reina coronada a pelo puta por un vividor follador
Hattin
La caída de Jerusalén
De Federico Barbarroja a Conrado de Montferrat
Game over
El repugnante episodio constantinopolitano 

  



Para Saladino, encontrarse Jerusalén más o menos organizada para una resistencia militar le supuso una desagradable e inesperada sorpresa. Él esperaba entrar por la ciudad como Pedro Sánchez por las librerías que visita él solo. Tres semanas antes, había enviado un email a gobiernodejerusalen@DiosesmasqueAla.com ofreciendo una rendición honrosa en la que vidas y haciendas serían respetadas. La respuesta recibida en elputoamokurdo@Alaesgrande.com fue que y una leche. Saladino había escrito a Sibila invitándola a reunirse con su marido, prisionero en Nablús; oferta que Sibila, quien como ya sabemos en Jerusalén era menos popular que un ministro de Hacienda, aceptó. En su intento de lubricar una rendición tranquila, Saladino también le permitió salir de la ciudad a Maria Commena, acompañada de casi toda la familia Ibelín menor de edad. Claramente, para Saladino había pasado el tiempo de ser un guerrero violento y sediento de sangre. El tiempo era para la piedad y el buen rollo.

viernes, marzo 15, 2024

Cruzadas (35) : Hattin

Decidiendo una corona
La difícil labor de Godofredo de Bouillon
Jerusalén será para quien la tenga más larga

La cruzada 2.0
Hat trick del sultán selyúcida y el rey danisménida
Bohemondo pilla la condicional
Las últimas jornadas del gran cruzado
La muerte de Raimondo y el regreso del otro Balduino
Relevo generacional
La muerte de Balduino I de Jerusalén
Peligro y consolidación
Bohemondo II, el chavalote sanguíneo que se hizo un James Dean
El rey ha muerto, viva el rey
Turismundo, toca las campanas, que comenzó el sermón del Patriarca
The bitch is back
Las ambiciones incumplidas de Juan Commeno
La pérdida de Edesa
Antioquía (casi) perdida
Reinaldo el cachoburro
Bailando con griegos
Amalrico en Egipto
El rey leproso
La desgraciada muerte de Guillermo Espada Larga
Un senescal y un condestable enfrentados, dos mujeres que se odian y un patriarca de la Iglesia que no para de follar y robar
La reina coronada a pelo puta por un vividor follador
Hattin
La caída de Jerusalén
De Federico Barbarroja a Conrado de Montferrat
Game over
El repugnante episodio constantinopolitano 

  



En llegando a los tiempos que relatamos, todo el mundo en los dos bandos teóricos de Oriente Medio sabía que las cosas estaban alcanzando el boiling point. Y esto suponía que todos los gobernadores franj, cada uno en su territorio y con sus posibilidades, empezaron a acopiar cuantas más tropas, mejor. En Trípoli, Raimondo III militarizó, por así decirlo, las órdenes militares, integrándolas completamente en sus fuerzas armadas. El Temple, sin embargo, no pudo reforzar a los tripolitanos todo lo que hubiera querido, ya que acababa de perder aproximadamente a un tercio de sus elementos en Galilea. Gerardo de Ridfort se dejó de mamonadas y comenzó a reclutar mercenarios sin demasiados escrúpulos ni morales; su orden religioso-militar comenzaba a parecerse a una legión extranjera o, en referencias más presentes, un grupo Wagner.

jueves, marzo 14, 2024

Cruzadas (34): La reina coronada a pelo puta por un vividor follador

Decidiendo una corona
La difícil labor de Godofredo de Bouillon
Jerusalén será para quien la tenga más larga

La cruzada 2.0
Hat trick del sultán selyúcida y el rey danisménida
Bohemondo pilla la condicional
Las últimas jornadas del gran cruzado
La muerte de Raimondo y el regreso del otro Balduino
Relevo generacional
La muerte de Balduino I de Jerusalén
Peligro y consolidación
Bohemondo II, el chavalote sanguíneo que se hizo un James Dean
El rey ha muerto, viva el rey
Turismundo, toca las campanas, que comenzó el sermón del Patriarca
The bitch is back
Las ambiciones incumplidas de Juan Commeno
La pérdida de Edesa
Antioquía (casi) perdida
Reinaldo el cachoburro
Bailando con griegos
Amalrico en Egipto
El rey leproso
La desgraciada muerte de Guillermo Espada Larga
Un senescal y un condestable enfrentados, dos mujeres que se odian y un patriarca de la Iglesia que no para de follar y robar
La reina coronada a pelo puta por un vividor follador
Hattin
La caída de Jerusalén
De Federico Barbarroja a Conrado de Montferrat
Game over
El repugnante episodio constantinopolitano 

 

Efectivamente, en Alepo su atabeg Abú al-Fatih Amad ad-Din al-Malik al-Adil Zanki ben Mawdud, normalmente conocido como Imad ad-Din Zengi II (lo de II, para distinguirlo de su abuelo, Imad ad-Din Atabeg Zengi), estaba rebelado contra Saladino, y por lo tanto tanto Balduino como Raimondo III de Trípoli resolvieron ayudarlo. Sin embargo, finalmente el atabeg encontró mejor solución llegar a un acuerdo con Saladino; momento a partir del cual la situación geopolítica de los reinos cristianos de Oriente Medio pasó a ser desesperada. Para entonces, además, el rey leproso estaba en una condición deplorable, sin poder hacer uso normal de sus manos ni de sus pies, y parcialmente ciego.

miércoles, marzo 13, 2024

Cruzadas (33): Un senescal y un condestable enfrentados, dos mujeres que se odian y un patriarca de la Iglesia que no para de follar y robar

Decidiendo una corona
La difícil labor de Godofredo de Bouillon
Jerusalén será para quien la tenga más larga

La cruzada 2.0
Hat trick del sultán selyúcida y el rey danisménida
Bohemondo pilla la condicional
Las últimas jornadas del gran cruzado
La muerte de Raimondo y el regreso del otro Balduino
Relevo generacional
La muerte de Balduino I de Jerusalén
Peligro y consolidación
Bohemondo II, el chavalote sanguíneo que se hizo un James Dean
El rey ha muerto, viva el rey
Turismundo, toca las campanas, que comenzó el sermón del Patriarca
The bitch is back
Las ambiciones incumplidas de Juan Commeno
La pérdida de Edesa
Antioquía (casi) perdida
Reinaldo el cachoburro
Bailando con griegos
Amalrico en Egipto
El rey leproso
La desgraciada muerte de Guillermo Espada Larga
Un senescal y un condestable enfrentados, dos mujeres que se odian y un patriarca de la Iglesia que no para de follar y robar
La reina coronada a pelo puta por un vividor follador
Hattin
La caída de Jerusalén
De Federico Barbarroja a Conrado de Montferrat
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El repugnante episodio constantinopolitano 

 



El mismo año que Espada Larga la roscó, otro importante noble europeo, esta vez francés, anduvo por las tierras santas. Hablamos de Felipe, conde de Flandes, quien, por parte de madre, era nieto de Fulco, lo que lo convertía en primo de Balduino IV. Felipe no vino solo, ya que lo acompañaba una importante tropa de cruzados.

martes, marzo 12, 2024

Cruzadas (32): La desgraciada muerte de Guillermo Espada Larga

Decidiendo una corona
La difícil labor de Godofredo de Bouillon
Jerusalén será para quien la tenga más larga

La cruzada 2.0
Hat trick del sultán selyúcida y el rey danisménida
Bohemondo pilla la condicional
Las últimas jornadas del gran cruzado
La muerte de Raimondo y el regreso del otro Balduino
Relevo generacional
La muerte de Balduino I de Jerusalén
Peligro y consolidación
Bohemondo II, el chavalote sanguíneo que se hizo un James Dean
El rey ha muerto, viva el rey
Turismundo, toca las campanas, que comenzó el sermón del Patriarca
The bitch is back
Las ambiciones incumplidas de Juan Commeno
La pérdida de Edesa
Antioquía (casi) perdida
Reinaldo el cachoburro
Bailando con griegos
Amalrico en Egipto
El rey leproso
La desgraciada muerte de Guillermo Espada Larga
Un senescal y un condestable enfrentados, dos mujeres que se odian y un patriarca de la Iglesia que no para de follar y robar
La reina coronada a pelo puta por un vividor follador
Hattin
La caída de Jerusalén
De Federico Barbarroja a Conrado de Montferrat
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El repugnante episodio constantinopolitano 



Saladino había recibido una educación muy noble. De niño y joven, había pasado varios años en un monasterio, a cargo de hombres muy religiosos que hicieron de él la persona profundamente islámica que luego fue, y que sentaron las bases de su convencimiento sobre la necesidad y utilidad de la guerra santa. En el año 1168, ya convertido en un hombre, acompañó a su tío en la expedición que fue a Cairo para defender Egipto de los cristianos.

lunes, marzo 11, 2024

Cruzadas (31): El rey leproso

Decidiendo una corona
La difícil labor de Godofredo de Bouillon
Jerusalén será para quien la tenga más larga

La cruzada 2.0
Hat trick del sultán selyúcida y el rey danisménida
Bohemondo pilla la condicional
Las últimas jornadas del gran cruzado
La muerte de Raimondo y el regreso del otro Balduino
Relevo generacional
La muerte de Balduino I de Jerusalén
Peligro y consolidación
Bohemondo II, el chavalote sanguíneo que se hizo un James Dean
El rey ha muerto, viva el rey
Turismundo, toca las campanas, que comenzó el sermón del Patriarca
The bitch is back
Las ambiciones incumplidas de Juan Commeno
La pérdida de Edesa
Antioquía (casi) perdida
Reinaldo el cachoburro
Bailando con griegos
Amalrico en Egipto
El rey leproso
La desgraciada muerte de Guillermo Espada Larga
Un senescal y un condestable enfrentados, dos mujeres que se odian y un patriarca de la Iglesia que no para de follar y robar
La reina coronada a pelo puta por un vividor follador
Hattin
La caída de Jerusalén
De Federico Barbarroja a Conrado de Montferrat
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El repugnante episodio constantinopolitano 




Amalrico había dejado claro que no iba a aprovechar situaciones moralmente criticables para hacerse con un territorio. Pero eso no quiere decir que hubiese abandonado el proyecto de hacerse con Egipto. Ahora que ejercía un protectorado de facto sobre el territorio, había llegado el momento de llevar a cabo su gran idea, que era crear una alianza cristiana que le diese la vuelta a la tortilla en la nación. Para eso, llegó a una alianza con Manuel Commeno.

viernes, marzo 08, 2024

Cruzadas (30): Amalrico en Egipto

Decidiendo una corona
La difícil labor de Godofredo de Bouillon
Jerusalén será para quien la tenga más larga

La cruzada 2.0
Hat trick del sultán selyúcida y el rey danisménida
Bohemondo pilla la condicional
Las últimas jornadas del gran cruzado
La muerte de Raimondo y el regreso del otro Balduino
Relevo generacional
La muerte de Balduino I de Jerusalén
Peligro y consolidación
Bohemondo II, el chavalote sanguíneo que se hizo un James Dean
El rey ha muerto, viva el rey
Turismundo, toca las campanas, que comenzó el sermón del Patriarca
The bitch is back
Las ambiciones incumplidas de Juan Commeno
La pérdida de Edesa
Antioquía (casi) perdida
Reinaldo el cachoburro
Bailando con griegos
Amalrico en Egipto
El rey leproso
La desgraciada muerte de Guillermo Espada Larga
Un senescal y un condestable enfrentados, dos mujeres que se odian y un patriarca de la Iglesia que no para de follar y robar
La reina coronada a pelo puta por un vividor follador
Hattin
La caída de Jerusalén
De Federico Barbarroja a Conrado de Montferrat
Game over
El repugnante episodio constantinopolitano 



Todos estos oropeles, en los que también participó Balduino (al fin y al cabo, primo de la pretendiente), tenían como objetivo presentarle al emperador un fait accompli ante el que no pudiese dar marcha atrás. Manuel, sin embargo, tenía convicciones muy claras, y anunció que había optado por pedir la mano de María. Los francos se cabrearon tanto que Raimondo ordenó que los barcos engalanados fuesen armados como buques de guerra, y con ellos la tomó con la isla de Chipre. Melisenda de Trípoli, por su parte, nunca se recuperó del disgusto. No cabe reprochárselo. Ser emperatriz de Bizancio era, en sus tiempos, uno de los principales, sino el mayor, de los braguetazos que se podía dar en la vida. Garantizaba una existencia de lujo y de comepollismo en modo experto practicado por absolutamente todo el mundo a tu alrededor; por no hablar de que suponía que tus deseos pasaran a ser órdenes para una nación entera. Melisenda era joven y probablemente habría podido casar con nobles de alcurnia sin problema; pero cayó en la depresión, se metió en un convento y moriría poco tiempo después, todavía muy joven.