miércoles, noviembre 20, 2019

Partos (10: la altivez de Craso, la inteligencia de Orodes, la doblez de Abgaro y Publio el tonto'l'culo)

Otras partes sobre los partos

Los súbditos de Seleuco
Tirídates y Artabano
Fraates y su hermano
Mitrídates
El ocaso de la Siria seléucida
Y los escitas dijeron: you will not give, I'll take
Roma entra en la ecuación
El vuelo indiferente de Sanatroeces
Craso

Cuando Craso comenzó a planificar su segunda campaña contra los partos, se encontró con que su margen de actuación era menor del que había sido en el año anterior. Algo que afectaba, fundamentalmente, a la cuestión crucial que ya he descrito de por dónde avanzar. Artavasdes, el rey armenio, le había invitado a realizar su avance por Armenia, e incluso le había prometido que, de hacerlo así, el propio rey añadiría tropas a las romanas que incrementarían la acometividad del ejército invasor. Craso, sin embargo, ya no podía olvidar que, en el primer año de acciones militares, había realizado acciones y conquistas en la Mesopotamia occidental, acciones en las cuales había tomado poblaciones en las que había dejado destacamentos romanos (algunos de los cuales fueron atacados por Orodes, y cabe cuestionarse si lo hizo precisamente para hacerle pensar como pensó); y, consecuentemente, ahora tenía la obligación de apoyarlos. En corto, eso quería decir que tendría que avanzar por Mesopotamia y no por Armenia.

lunes, noviembre 18, 2019

Isabel al poder (11: Fernando, en Castilla)

Otros escalones de esta escalera:

Mientras Isabel escuchaba a Alfonso de Coca ponderar las muchas virtudes del joven príncipe aragonés (que en realidad ya era rey, si bien de Sicilia), el arzobispo Carrillo andaba preocupado. Al jefe del partido isabelista no le había gustado ni un pelo que Enrique no se hubiese molestado ni siquiera en contestar la misiva de su medio hermana. Buen conocedor de las sutilezas del poder castellano, Carrillo temía que la combinación del desprecio de Enrique hacia los postulados de Isabel, combinado con las noticias que de seguro estaban llegando a todas partes de que sus tropas se dirigían al norte, provocaría una serie de movimientos orquestales en la oscuridad. Y no se equivocó. Varios de los parciales de la infanta, de formas más o menos taimadas, cambiaron de bando. En opinión del prelado, esta repentina pérdida de fuerza del bando isabelista sólo se podría contestar si recuperaba la iniciativa haciendo patente la ayuda de Aragón.