viernes, junio 06, 2025

Viet Nam antes de Viet Nam (28): No nos queremos entender




Las primeras relaciones
Reyes y revoluciones
Nunca te fíes de un francés
Nguyen Ai Doc
Tambores de guerra
El tsunami japonés
Grandeza y miseria de la Kempeitai
El Viet Minh
Los franceses hacen lo que mejor saben hacer (no definirse)
Dang vi qui, o sea, naniyori mo hitobito
El palo y la zanahoria comunistas
Puchimones contra podemitas
Aliados a pelo puta
Franceses y comunistas chapotean para no ahogarse
Vietnamitas listos + británicos estúpidos + periodistas gilipollas = muertos a decenas
Si tu ne voulais pas de bouillon, voici deux tasses
Francés busca indochino razonable
Los problemas del comunismo que se muestra demasiado comunista
Echa el freno, Madaleno
El factor chino
El factor USA
El problema de las tres mareas
Orchestal manoeuvres in the dark
O pacto, o guerra
El acuerdo de 6 de marzo
Buen rollito por cojones
El Plan Cédiletxe
No nos queremos entender
Dalat
Las inquietudes y las prisas del almirante D’Argenlieu
Calma tensa
La amenaza nacionalista
Fontainebleau bien vale unos chinos
Francia está a otras cosas
Memorial de desencuentros
Maniobras orquestales en la oscuridad (sí, otra vez)
El punto más bajo de la carrera de Ho Chi Minh
Marchemos todos, yo el primero, por la senda dictatorial
El doctor Trinh, ese pringao
Allez les bleus des boules!
D’Argenlieu recibe una patada en el culo de De Gaulle
París no se entera
Si los Charlies quieren pelea, la tendrán
Give the people what they want
Todas las manos todas, amigo vietnamita
No hay mus
El comunista le come la tostada al emperador
El momento del general Xuan
Conditio sine qua non con un francés: cobra siempre por adelantado
La ocasión perdida
El elefante chino entró en la cacharrería 



El día 8, la Prensa de Hanoi anunció a bombo y platillo el viaje de Hoang Quoc Viet y Huyn Van Tieng al sur. Horas antes, en un discurso, Giap había dejado claro que su misión era retomar el control de la resistencia en el sur para el Viet Minh. Estas intenciones, sin embargo, se toparon con Leclerc. El francés aceptó que había un pacto y que ese pacto suponía el cese de hostilidades. Pero más allá, explicó, que los problemas derivados del cese, en el sur, se resolverían de forma propia. Esto suponía, por lo tanto, que los hombres armados procedentes del Tonkin serían repatriados con sus armas; y que, consiguientemente, los vietnamitas armados que habrían de colaborar con los franceses deberían ser gente del sur. Las bandas armadas, ajenas pues a las tropas vietnamitas legales, serían perseguidas como lo que eran para los franceses, es decir, puros y simples delincuentes. Y, remachó, en el ámbito político, sí, habría un referendo en la Conchinchina; pero Hanoi no tocaba pito en él.

jueves, junio 05, 2025

Viet Nam antes de Viet Nam (27): El Plan Cédiletxe




Las primeras relaciones
Reyes y revoluciones
Nunca te fíes de un francés
Nguyen Ai Doc
Tambores de guerra
El tsunami japonés
Grandeza y miseria de la Kempeitai
El Viet Minh
Los franceses hacen lo que mejor saben hacer (no definirse)
Dang vi qui, o sea, naniyori mo hitobito
El palo y la zanahoria comunistas
Puchimones contra podemitas
Aliados a pelo puta
Franceses y comunistas chapotean para no ahogarse
Vietnamitas listos + británicos estúpidos + periodistas gilipollas = muertos a decenas
Si tu ne voulais pas de bouillon, voici deux tasses
Francés busca indochino razonable
Los problemas del comunismo que se muestra demasiado comunista
Echa el freno, Madaleno
El factor chino
El factor USA
El problema de las tres mareas
Orchestal manoeuvres in the dark
O pacto, o guerra
El acuerdo de 6 de marzo
Buen rollito por cojones
El Plan Cédiletxe
No nos queremos entender
Dalat
Las inquietudes y las prisas del almirante D’Argenlieu
Calma tensa
La amenaza nacionalista
Fontainebleau bien vale unos chinos
Francia está a otras cosas
Memorial de desencuentros
Maniobras orquestales en la oscuridad (sí, otra vez)
El punto más bajo de la carrera de Ho Chi Minh
Marchemos todos, yo el primero, por la senda dictatorial
El doctor Trinh, ese pringao
Allez les bleus des boules!
D’Argenlieu recibe una patada en el culo de De Gaulle
París no se entera
Si los Charlies quieren pelea, la tendrán
Give the people what they want
Todas las manos todas, amigo vietnamita
No hay mus
El comunista le come la tostada al emperador
El momento del general Xuan
Conditio sine qua non con un francés: cobra siempre por adelantado
La ocasión perdida
El elefante chino entró en la cacharrería 




 

Ho Chi Minh, consciente de que un radical siempre puede ser superado en su radicalismo por otros que sepan aprovechar las situaciones de debilidad, se aplicó en aquellas horas, apoyándose en el reciente comienzo de la vida política normal, por así decirlo, del gobierno de unión nacional, para arrancarle a todos los partidos un compromiso de tregua que, de paso, pavimentase la puesta en marcha del acuerdo. Lo que no pudo evitar, sin embargo, fue que Leclerc se dejase llevar por una impresión de fuerza, en parte cierta, en parte falsa. El general francés, efectivamente, era consciente de que había evitado una situación potencialmente muy peligrosa. Había logrado finalmente desembarcar en Hai Phong de forma pacífica; había logrado el acuerdo con los chinos; y, consecuentemente, ahora se quedaba el poder francés enfrente del gobierno de unión nacional.

miércoles, junio 04, 2025

Viet Nam antes de Viet Nam (26): Buen rollito por cojones




Las primeras relaciones
Reyes y revoluciones
Nunca te fíes de un francés
Nguyen Ai Doc
Tambores de guerra
El tsunami japonés
Grandeza y miseria de la Kempeitai
El Viet Minh
Los franceses hacen lo que mejor saben hacer (no definirse)
Dang vi qui, o sea, naniyori mo hitobito
El palo y la zanahoria comunistas
Puchimones contra podemitas
Aliados a pelo puta
Franceses y comunistas chapotean para no ahogarse
Vietnamitas listos + británicos estúpidos + periodistas gilipollas = muertos a decenas
Si tu ne voulais pas de bouillon, voici deux tasses
Francés busca indochino razonable
Los problemas del comunismo que se muestra demasiado comunista
Echa el freno, Madaleno
El factor chino
El factor USA
El problema de las tres mareas
Orchestal manoeuvres in the dark
O pacto, o guerra
El acuerdo de 6 de marzo
Buen rollito por cojones
El Plan Cédiletxe
No nos queremos entender
Dalat
Las inquietudes y las prisas del almirante D’Argenlieu
Calma tensa
La amenaza nacionalista
Fontainebleau bien vale unos chinos
Francia está a otras cosas
Memorial de desencuentros
Maniobras orquestales en la oscuridad (sí, otra vez)
El punto más bajo de la carrera de Ho Chi Minh
Marchemos todos, yo el primero, por la senda dictatorial
El doctor Trinh, ese pringao
Allez les bleus des boules!
D’Argenlieu recibe una patada en el culo de De Gaulle
París no se entera
Si los Charlies quieren pelea, la tendrán
Give the people what they want
Todas las manos todas, amigo vietnamita
No hay mus
El comunista le come la tostada al emperador
El momento del general Xuan
Conditio sine qua non con un francés: cobra siempre por adelantado
La ocasión perdida
El elefante chino entró en la cacharrería 



 



A Giap lo sucedió en la tribuna Vu Hong Khanh, el líder del VNQDD y cosignatario del acuerdo. Hizo un discurso sin grandes novedades, básicamente los puntos que ya había tocado su antecesor en el uso de la palabra, y en general torpón y atropellado. Se diría que el líder nacionalista no quería estar ahí y, además, sabía bien que la audiencia no le iba a aplaudir. Después, en un golpe de efecto, apareció Ho Chi Minh, que fue aclamado por las masas.

martes, junio 03, 2025

Viet Nam antes de Vier Nam (25): El acuerdo de 6 de marzo

 




Las primerasrelaciones
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Nunca te fíes de un francés
Nguyen Ai Doc
Tambores de guerra
El tsunami japonés
Grandeza y miseria de la Kempeitai
El Viet Minh
Los franceses hacen lo que mejor saben hacer (no definirse)
Dang vi qui, o sea, naniyori mo hitobito
El palo y la zanahoria comunistas
Puchimones contra podemitas
Aliados a pelo puta
Franceses y comunistas chapotean para no ahogarse
Vietnamitas listos + británicos estúpidos + periodistas gilipollas = muertos a decenas
Si tu ne voulais pas de bouillon, voici deux tasses
Francés busca indochino razonable
Los problemas del comunismo que se muestra demasiado comunista
Echa el freno, Madaleno
El factor chino
El factor USA
El problema de las tres mareas
Orchestal manoeuvres in the dark
O pacto, o guerra
El acuerdo de 6 de marzo
Buen rollito por cojones
El Plan Cédiletxe
No nos queremos entender
Dalat
Las inquietudes y las prisas del almirante D’Argenlieu
Calma tensa
La amenaza nacionalista
Fontainebleau bien vale unos chinos
Francia está a otras cosas
Memorial de desencuentros
Maniobras orquestales en la oscuridad (sí, otra vez)
El punto más bajo de la carrera de Ho Chi Minh
Marchemos todos, yo el primero, por la senda dictatorial
El doctor Trinh, ese pringao
Allez les bleus des boules!
D’Argenlieu recibe una patada en el culo de De Gaulle
París no se entera
Si los Charlies quieren pelea, la tendrán
Give the people what they want
Todas las manos todas, amigo vietnamita
No hay mus
El comunista le come la tostada al emperador
El momento del general Xuan
Conditio sine qua non con un francés: cobra siempre por adelantado
La ocasión perdida
El elefante chino entró en la cacharrería 



En las mismas horas en las que el Viet Minh propiciaba el movimiento estratégico de adelantar la reunión de la Asamblea vietnamita y dejarlo todo pues perfectamente apañado para poder proceder a un acuerdo que ya no sería sólo suyo, las negociaciones propiamente dichas avanzaban; pero avanzaban a paso de tortuga, para desesperación de Sainteny y Pignon. Ho Chi Minh, claramente, se sentía cada vez más fuerte, una vez que tenía el respaldo chino que, en realidad, era repugnancia china hacia la posibilidad de que los franceses saliesen especialmente reforzados de aquellas negociaciones.

lunes, junio 02, 2025

Viet Nam antes de Viet Nam (24): O pacto, o guerra




Las primerasrelaciones
Reyes y revoluciones
Nunca te fíes de un francés
Nguyen Ai Doc
Tambores de guerra
El tsunami japonés
Grandeza y miseria de la Kempeitai
El Viet Minh
Los franceses hacen lo que mejor saben hacer (no definirse)
Dang vi qui, o sea, naniyori mo hitobito
El palo y la zanahoria comunistas
Puchimones contra podemitas
Aliados a pelo puta
Franceses y comunistas chapotean para no ahogarse
Vietnamitas listos + británicos estúpidos + periodistas gilipollas = muertos a decenas
Si tu ne voulais pas de bouillon, voici deux tasses
Francés busca indochino razonable
Los problemas del comunismo que se muestra demasiado comunista
Echa el freno, Madaleno
El factor chino
El factor USA
El problema de las tres mareas
Orchestal manoeuvres in the dark
O pacto, o guerra
Buen rollito por cojones
El acuerdo de 6 de marzo
El Plan Cédiletxe
No nos queremos entender
Dalat
Las inquietudes y las prisas del almirante D’Argenlieu
Calma tensa
La amenaza nacionalista
Fontainebleau bien vale unos chinos
Francia está a otras cosas
Memorial de desencuentros
Maniobras orquestales en la oscuridad (sí, otra vez)
El punto más bajo de la carrera de Ho Chi Minh
Marchemos todos, yo el primero, por la senda dictatorial
El doctor Trinh, ese pringao
Allez les bleus des boules!
D’Argenlieu recibe una patada en el culo de De Gaulle
París no se entera
Si los Charlies quieren pelea, la tendrán
Give the people what they want
Todas las manos todas, amigo vietnamita
No hay mus
El comunista le come la tostada al emperador
El momento del general Xuan
Conditio sine qua non con un francés: cobra siempre por adelantado
La ocasión perdida
El elefante chino entró en la cacharrería 



Los franceses tenían una condición más, una condición, digamos, de imagen pública. Sainteny le dejó bien claro a Ho Chi Minh que la firma de acuerdo para el futuro del Viet Nam no podía firmarse únicamente con el Viet Minh; en la firma debían estar presentes todas las fuerzas políticas indochinas. Con esta condición, paradójicamente, al Viet Minh y a su líder les venía Dios a ver. Ho Chi Minh no tenía ningunas ganas de asumir personalmente un acuerdo como el que se dibujaba, que tenía muchos elementos complejos de vender internamente. De hecho, Ho le había insinuado a Sainteny que quizás no sería él quien firmase el acuerdo; con lo que el francés había asumido, aunque Ho nunca lo dijo así, que sería Vinh Thuy, de soltera emperador Bao Dai. Una solución de ese tenor tenía para Ho Chi Minh la gran ventaja de vencer la resistencia del Tong Bo, que no quería aparecer como responsable de un pacto así.