viernes, septiembre 09, 2022

Aquel 1789 de Carlos IV (y 6): La que has montado, pollito

Capítulos de esta serie:

Breve repaso de la (triste) Historia del parlamentarismo español
Haciendo equipo
Las mujeres, por la zona sucia de la pista
La conexión portuguesa
Para volver a volver, como has vuelto mil veces
La que has montado, pollito  

 



Analizando la situación, se puede decir que Carlos IV pudo tener varias razones para tomar la no-decisión que tomó. Por un lado, estaban las razones dinásticas. Como sabemos por Floridablanca, el rey no tenía la intención de publicar la pragmática sanción enseguida, en un año tan convulso como 1789; y, como es un hecho que esperó, el tiempo le acabaría dando buenas razones para seguir esperando. Cuando se produjeron las Cortes de 1789, Carlos IV tenía dos hijos varones vivos: Fernando y Carlos María. Pero pronto llegó un tercero: el infante Francisco de Paula. En consecuencia, la línea masculina de su linaje estaba sólidamente establecida y, como quiera que no se produjeron demandas basadas en el hecho de que él no había nacido ni había sido criado en España, las dudas dinásticas que habían provocado en Carlos III la inquietud sobre el Auto Acordado eran menos.

miércoles, septiembre 07, 2022

Aquel 1789 de Carlos IV (5): Para volver a volver, como has vuelto mil veces

 Capítulos de esta serie:

Breve repaso de la (triste) Historia del parlamentarismo español
Haciendo equipo
Las mujeres, por la zona sucia de la pista
La conexión portuguesa
Para volver a volver, como has vuelto mil veces
La que has montado, pollito  



Carlos IV había sido jurado como príncipe de Asturias en 1760; así pues, su situación legal era bastante sólida; pero un buen síntoma de cómo preocupaba en el Palacio Real su pasado napolitano es que Carlos III se las arregló para hacer desaparecer la obligación de nacer y criarse en España cuando el Auto Acordado fue incluido en la Recopilación jurídica. En todo caso, poder hacer borrón y cuenta nueva con esa condición era un beneficio añadido que podría tener la ilegalización de la ley semi-sálica por la vía de una pragmática sanción. Por ello, se puede decir que la idea que Carlos IV llevó a cabo en 1789, en realidad, era algo que venía gestándose ya desde tiempos de su padre pero que Carlos III y Floridablanca, por las razones que fuesen, no impulsaron definitivamente.

lunes, septiembre 05, 2022

Aquel 1789 de Carlos IV (4): La conexión portuguesa

 Capítulos de esta serie:

Breve repaso de la (triste) Historia del parlamentarismo español
Haciendo equipo
Las mujeres, por la zona sucia de la pista
La conexión portuguesa
Para volver a volver, como has vuelto mil veces
La que has montado, pollito 


El rey, como rey absoluto que era, pudo imponer su opinión. Pero son muchos los indicios de que la ley semi-sálica nunca fue aceptada en España como algo español. El Auto Acordado no hizo falta durante todo el siglo XVIII, ya que la sucesión a la corona borbónica quedó siempre asegurada por la presencia de hombres, aunque bien es cierto que alguno de ellos estaba como las maracas de Machín. Sin embargo, no por ello logró prender en la conciencia colectiva de los castellanos y aragoneses, muchos de los cuales siguieron considerando como suyo un esquema constitucional en el que las mujeres, sin ser iguales a los hombres, sí, desde luego, tenían un papel más importante que el que les reservaba el Auto. La norma, para muchos, era lo que era: una imposición, por colleras, de franceses e ingleses.