La difícil restauración
Los exiliados
Una monarquía anárquica
Esto no durará
Soult
El affaire Raucourt
Ceguera borbónica
Una situación cada vez más deteriorada
La conspiración bonapartista sin Bonaparte
Viena
De nuevo, potencia mundial
Un balance discutible
El emperador de Liliput
Las cuitas de María Luisa
La partida
Diles que voy
Con estos antecedentes no del todo edificantes, el personal no estaba en la mejor situación para enfrentar el 21 de enero. Y esto se notó en que la actitud de la mayor parte de la gente al paso del cortejo fúnebre, sin llegar a ser retadora, tampoco fue de gran respeto. De hecho, durante el camino hubo un accidente, ya que uno de los caballos, en el bulevar de los Italianos, resbaló y se cayó, provocando una sonora y global carcajada en las calles. El duque de Orléans, al fin y al cabo hijo de un traidor a los ojos realistas (el conocido como Philippe-Egalité) fue abucheado por grupos legitimistas. Allí, como se puede ver, había leches para todos. Sobre todo en el faubourg Saint-Denis, la cosa ya parece que tomó tintes bastante polémicos. No se dejaron de escuchar gritos de à la lanterne!; y los propios soldados que guardaban el orden de la marcha le cantaban al carro la cancioncilla Bon voyage, monsieur Dumollet.