miércoles, julio 03, 2019

Pericles (10: primero Samos, luego los corfiotas)

Un proyecto imperialista
Por qué ser un alcmeónida no era ningún chollo
Xántipo, Micala y el coleguita Leotícides
Cimón
Cuando los colonos ingleses lograron imponerse sobre los primigenios holandeses que se habían establecido en la isla que los indios locales llamaban de Manhattoes, quisieron llamar al lugar donde se establecían en referencia a aquél del que venían, y lo llamaron Nueva York. De haber sabido que su emplazamiento iba a tener el éxito que ha tenido, probablemente lo habrían llamado Gran York. Eso y no otra cosa es lo que hicieron los romanos cuando, a la hora de ponerle nombre a los emplazamientos itálicos sobre los que fueron extendiendo su dominio, comenzaron a conocer al conjunto del sur de la península italiana como Magna Grecia, la Gran Grecia.

lunes, julio 01, 2019

El cisma (16: Benedicto la casca, y Eugenio se la envaina)

Sermones ya pasados

La declaración de Salamanca
El tablero ibérico
Castilla cambia de rey, y el Papado de papas
Via cessionis, via iustitiae y sustracción de obediencia
La embajada de los tres reyes
La vuelta al redil
Como ya hemos contado, en el momento en que se producían los enfrentamientos teológicos relativos al cisma en Pavía y Siena, en el principal Estado de Europa, Castilla, se ponía la primera piedra de importancia en la construcción de España a través de la última gran guerra entre la monarquía y la aristocracia, guerra de la que habría de salir, a la larga, un Estado centralizado más fuerte. En ese momento, sin embargo, los infantes de Aragón, claros partidarios del mantenimiento en Castilla de un sistema de poder aristocrático, estaban impulsando a la península ibérica hacia una guerra civil.