viernes, abril 26, 2024

Stalin-Beria. 2: Las purgas y el Terror (11): Delaciones en masa

El día que Leónidas Nikolayev fue el centro del mundo
Los dos decretos que nadie aprobó
La Constitución más democrática del mundo
El Terror a cámara lenta
La progresiva decepción respecto de Francia e Inglaterra
Stalin y la Guerra Civil Española
Gorky, ese pánfilo
El juicio de Los Dieciséis
Las réplicas del primer terremoto
El juicio Piatakov
El suicidio de Sergo Ordzonikhidze
El calvario de Nikolai Bukharin
Delaciones en masa
La purga Tukhachevsky
Un macabro balance
Esperando a Hitler desesperadamente
La URSS no soporta a los asesinos de simios
El Gran Proyecto Ruso
El juicio de Los Veintiuno
El problema checoslovaco
Los toros desde la barrera
De la purga al mando
Los poderes de Lavrentii
El XVIII Congreso
El pacto Molotov-Ribentropp
Los fascistas son ahora alemanes nacionalsocialistas
No hay peor ciego que el que no quiere ver
Que no, que no y que no  



El pleno, finalmente, adoptó un memorando en el que venía a reconocer que el Comisariado de Asuntos Internos llevaba un retraso de unos cuatro años en la lucha contra los disidentes y espías; lo que viene a querer decir que Stalin hubiese querido que las purgas hubiesen empezado un poco antes del XVII Congreso. En cuando a los miembros del Comité Central que lo votaron, lo más probable es que adoptasen una postura socialdemócrata, es decir, pensar que el esfuerzo iba a recaer en otros. Nunca sabremos lo que habrían votado si hubiesen sabido que muchos de ellos iban a ser pasto de aquella política de represión.

jueves, abril 25, 2024

Stalin-Beria. 2: Las purgas y el Terror (10): El calvario de Nikolai Bukharin

El día que Leónidas Nikolayev fue el centro del mundo
Los dos decretos que nadie aprobó
La Constitución más democrática del mundo
El Terror a cámara lenta
La progresiva decepción respecto de Francia e Inglaterra
Stalin y la Guerra Civil Española
Gorky, ese pánfilo
El juicio de Los Dieciséis
Las réplicas del primer terremoto
El juicio Piatakov
El suicidio de Sergo Ordzonikhidze
El calvario de Nikolai Bukharin
Delaciones en masa
La purga Tukhachevsky
Un macabro balance
Esperando a Hitler desesperadamente
La URSS no soporta a los asesinos de simios
El Gran Proyecto Ruso
El juicio de Los Veintiuno
El problema checoslovaco
Los toros desde la barrera
De la purga al mando
Los poderes de Lavrentii
El XVIII Congreso
El pacto Molotov-Ribentropp
Los fascistas son ahora alemanes nacionalsocialistas
No hay peor ciego que el que no quiere ver
Que no, que no y que no 


 


Tres días después, Bukharin comenzaba a estar donde estaba ya Radek. Le escribió una carta a Stalin en la que le venía a decir que estaba dispuesto a morir por el Partido, pero no a morir como un enemigo de Partido. Definía su situación como la peor de las posibles y confesaba que “me estoy derrumbando en la extenuación”. “Yo”, dijo también, “no soy Radek; yo soy inocente. Y nada me forzará nunca a decir que sí, si la verdad es que no”. Incluso negaba la posibilidad de asumir su culpa por el bien del Partido, porque “eso supondría mi expulsión, es decir, mi muerte”.

miércoles, abril 24, 2024

Stalin-Beria. 2: Las purgas y el Terror (9): El suicidio de Sergo Ordzonikhidze

El día que Leónidas Nikolayev fue el centro del mundo
Los dos decretos que nadie aprobó
La Constitución más democrática del mundo
El Terror a cámara lenta
La progresiva decepción respecto de Francia e Inglaterra
Stalin y la Guerra Civil Española
Gorky, ese pánfilo
El juicio de Los Dieciséis
Las réplicas del primer terremoto
El juicio Piatakov
El suicidio de Sergo Ordzonikhidze
El calvario de Nikolai Bukharin
Delaciones en masa
La purga Tukhachevsky
Un macabro balance
Esperando a Hitler desesperadamente
La URSS no soporta a los asesinos de simios
El Gran Proyecto Ruso
El juicio de Los Veintiuno
El problema checoslovaco
Los toros desde la barrera
De la purga al mando
Los poderes de Lavrentii
El XVIII Congreso
El pacto Molotov-Ribentropp
Los fascistas son ahora alemanes nacionalsocialistas
No hay peor ciego que el que no quiere ver
Que no, que no y que no 



Para entonces, Pravda ya no escondía el hecho de que las purgas iban a ser masivas. Stalin, por otra parte, sabía, en las primeras semanas de 1937, que todo lo que había ejecutado más o menos personalmente en los doce meses anteriores tenía que quedar santificado por el Comité Central. Antes de convocarlo, sin embargo, se lo “trabajó”. No sé si fue idea suya o de Yezhov, pero el caso es que desde el momento en que éste llegó a la NKVD, la policía secreta comenzó a circular entre los miembros del Comité Central extractos de declaraciones hechas por personas arrestadas en la Lubianka. Se buscaban dos cosas: por un lado, que todo el mundo conociera las acusaciones que pesaban sobre los grandes pesos pesados del Partido, como Bukharin o Rykov; y, por otro, que los que tuvieran claro que todo eso eran cosas que se declaraban bajo tortura se dieran cuenta de que cualquier día ellos mismos podían estar en el papel y, consecuentemente, era sólo cuestión de tiempo que acabasen en la Lubianka con la cara mazada a hostias. Y no se equivocaban. De los 139 miembros titulares y suplentes del Comité Central nombrados en el XVII Congreso, 98 estaban destinados a no sobrevivir a Stalin y, consecuentemente, a no ser testigos de la llegada de la sociedad sin clases y la última fase del marxismo.

martes, abril 23, 2024

Stalin-Beria. 2: Las purgas y el Terror (8): El Juicio Piatakov

El día que Leónidas Nikolayev fue el centro del mundo
Los dos decretos que nadie aprobó
La Constitución más democrática del mundo
El Terror a cámara lenta
La progresiva decepción respecto de Francia e Inglaterra
Stalin y la Guerra Civil Española
Gorky, ese pánfilo
El juicio de Los Dieciséis
Las réplicas del primer terremoto
El juicio Piatakov
El suicidio de Sergo Ordzonikhidze
El calvario de Nikolai Bukharin
Delaciones en masa
La purga Tukhachevsky
Un macabro balance
Esperando a Hitler desesperadamente
La URSS no soporta a los asesinos de simios
El Gran Proyecto Ruso
El juicio de Los Veintiuno
El problema checoslovaco
Los toros desde la barrera
De la purga al mando
Los poderes de Lavrentii
El XVIII Congreso
El pacto Molotov-Ribentropp
Los fascistas son ahora alemanes nacionalsocialistas
No hay peor ciego que el que no quiere ver
Que no, que no y que no

     



En el segundo juicio, principios de 1937, a las acusaciones del anterior en el sentido de conspirar para matar a Stalin y otros importantes dirigentes, se unió la del sabotaje industrial generalizado. Ésta era la gran utilidad que presentaba Piatakov, así como otro de los imputados, Y. A. Lifshitz, comisario de ferrocarriles. Si éstos dos admitían la existencia de una gran conspiración saboteadora, los detenidos podrían contarse por cientos.

lunes, abril 22, 2024

Stalin-Beria. 2: Las purgas y el Terror (7ter): Las réplicas del primer terremoto

El día que Leónidas Nikolayev fue el centro del mundo
Los dos decretos que nadie aprobó
La Constitución más democrática del mundo
El Terror a cámara lenta
La progresiva decepción respecto de Francia e Inglaterra
Stalin y la Guerra Civil Española
Gorky, ese pánfilo
El juicio de Los Dieciséis
Las réplicas del primer terremoto
El juicio Piatakov
El suicidio de Sergo Ordzonikhidze
El calvario de Nikolai Bukharin
Delaciones en masa
La purga Tukhachevsky
Un macabro balance
Esperando a Hitler desesperadamente
La URSS no soporta a los asesinos de simios
El Gran Proyecto Ruso
El juicio de Los Veintiuno
El problema checoslovaco
Los toros desde la barrera
De la purga al mando
Los poderes de Lavrentii
El XVIII Congreso
El pacto Molotov-Ribentropp
Los fascistas son ahora alemanes nacionalsocialistas
No hay peor ciego que el que no quiere ver
Que no, que no y que no

  

El siguiente paso de Stalin fue relativamente inesperado: deshacerse de Yagoda. En realidad, tuvo tres razones para hacerlo. La primera es que había criado a sus pechos a Yezhov, y ahora se sentía mucho más cómodo usando esa carta. La segunda es que Yagoda no dejaba de ser un viejo bolchevique más, con credenciales que se remontaban a 1907; es decir, uno más de ésos de los que se quería deshacer. Y la tercera era que Yagoda tenía un relativo nivel de dependencia respecto del Comité Central; un órgano que, en esos momentos, cuando menos formalmente todavía era superior al propio Stalin y, por lo tanto, podía arruinar sus planes. Yagoda era judío y, aunque había servido muy bien a Stalin, tenía sus propios contactos y vínculos con la oposición de derechas.

viernes, abril 19, 2024

Stalin-Beria. 2: Las purgas y el Terror (7bis): El juicio de Los Dieciséis

 El día que Leónidas Nikolayev fue el centro del mundo

Los dos decretos que nadie aprobó
La Constitución más democrática del mundo
El Terror a cámara lenta
La progresiva decepción respecto de Francia e Inglaterra
Stalin y la Guerra Civil Española
Gorky, ese pánfilo
El juicio de Los Dieciséis
Las réplicas del primer terremoto
El juicio Piatakov
El suicidio de Sergo Ordzonikhidze
El calvario de Nikolai Bukharin
Delaciones en masa
La purga Tukhachevsky
Un macabro balance
Esperando a Hitler desesperadamente
La URSS no soporta a los asesinos de simios
El Gran Proyecto Ruso
El juicio de Los Veintiuno
El problema checoslovaco
Los toros desde la barrera
De la purga al mando
Los poderes de Lavrentii
El XVIII Congreso
El pacto Molotov-Ribentropp
Los fascistas son ahora alemanes nacionalsocialistas
No hay peor ciego que el que no quiere ver
Que no, que no y que no

  

La vista duró seis días. La sentencia acabó por dar por probado (ejem...) lo siguiente: en el otoño de 1932, bajo instrucciones de Trotsky, una organización trotskista clandestina en la URSS trabó conocimiento con una organización clandestina zinozievista. Ambos grupos formaron un centro de conspiración del que formaban parte Smirnov, Mrachkovsky, Ter-Vagarian como trotskistas; y los zinozievistas Zinoviev, Kamenev, Yevdokimov y Bakaev. El objetivo era tomar el poder. En un doble fondo del portafolios de Holzman se encontró una carta de Trotsky exigiendo el asesinato de Stalin (bueno, en realidad exigía su destitución; pero se tomó barco como animal acuático); de nuevo, en Copenhague, Trotsky le transmitió la misma orden a Holzman. Cositas como que Zinoviev y Kamenev estuvieron exiliados en 1932 y 1933 y, después, en el maco en 1935 hasta el juicio; o que Smirnov llevaba en prisión desde el 1 de enero de 1933, aparentemente, no estropearon la historia.

jueves, abril 18, 2024

Stalin-Beria. 2: Las purgas y el Terror (7): Gorky, ese pánfilo

El día que Leónidas Nikolayev fue el centro del mundo
Los dos decretos que nadie aprobó
La Constitución más democrática del mundo
El Terror a cámara lenta
La progresiva decepción respecto de Francia e Inglaterra
Stalin y la Guerra Civil Española
Gorky, ese pánfilo
El juicio de Los Dieciséis
Las réplicas del primer terremoto
El juicio Piatakov
El suicidio de Sergo Ordzonikhidze
El calvario de Nikolai Bukharin
Delaciones en masa
La purga Tukhachevsky
Un macabro balance
Esperando a Hitler desesperadamente
La URSS no soporta a los asesinos de simios
El Gran Proyecto Ruso
El juicio de Los Veintiuno
El problema checoslovaco
Los toros desde la barrera
De la purga al mando
Los poderes de Lavrentii
El XVIII Congreso
El pacto Molotov-Ribentropp
Los fascistas son ahora alemanes nacionalsocialistas
No hay peor ciego que el que no quiere ver
Que no, que no y que no

  



El antifascismo de Stalin le resultó muy instrumental para algo que sería fundamental, tanto dentro como fuera de la URSS: la fabricación de conexiones criminales entre sus pretendidos enemigos políticos y las fuerzas fascistas. De hecho, su identificación con la resistencia respecto de la presión de las potencias fascistas fue la última guinda del pastel de sus purgas, puesto que le aportó la gran disculpa para las mismas, al convertirlas en monstruosas operaciones de profilaxis para eliminar el fascismo de la URSS.

miércoles, abril 17, 2024

Stalin-Beria. 2: Las purgas y el Terror (6): Stalin y la Guerra Civil Española

El día que Leónidas Nikolayev fue el centro del mundo
Los dos decretos que nadie aprobó
La Constitución más democrática del mundo
El Terror a cámara lenta
La progresiva decepción respecto de Francia e Inglaterra
Stalin y la Guerra Civil Española
Gorky, ese pánfilo
El juicio de Los Dieciséis
Las réplicas del primer terremoto
El juicio Piatakov
El suicidio de Sergo Ordzonikhidze
El calvario de Nikolai Bukharin
Delaciones en masa
La purga Tukhachevsky
Un macabro balance
Esperando a Hitler desesperadamente
La URSS no soporta a los asesinos de simios
El Gran Proyecto Ruso
El juicio de Los Veintiuno
El problema checoslovaco
Los toros desde la barrera
De la purga al mando
Los poderes de Lavrentii
El XVIII Congreso
El pacto Molotov-Ribentropp
Los fascistas son ahora alemanes nacionalsocialistas
No hay peor ciego que el que no quiere ver
Que no, que no y que no

 


En marzo de 1935, en el mismo viaje en que Simon y Eden estuvieron en Moscú, los dos altos mandatarios británicos visitaron Berlín. Llegaron en un ambiente enrarecido, pocos días después de que Alemania hubiese anunciado la reconstrucción de su fuerza aérea y la imposición del servicio militar obligatorio. En las entrevistas que tuvieron con Hitler, el Führer habló en tonos muy preocupantes de las intenciones de la URSS, y le ofreció a Reino Unido ayuda, por ejemplo, en sus territorios asiáticos, a cambio de la devolución de las antiguas colonias alemanas. Esta oferta particular la salpimentó con su célebre declaración pública en el sentido de que no tenía ningún contencioso territorial ni con Francia ni con Inglaterra.

martes, abril 16, 2024

Stalin-Beria. 2: Las purgas y el Terror (5): La progresiva decepción respecto de Francia e Inglaterra

"El día que Leónidas Nikolayev fue el centro del mundo
Los dos decretos que nadie aprobó
La Constitución más democrática del mundo
El Terror a cámara lenta
La progresiva decepción respecto de Francia e Inglaterra
Stalin y la Guerra Civil Española
Gorky, ese pánfilo
El juicio de Los Dieciséis
Las réplicas del primer terremoto
El juicio Piatakov
El suicidio de Sergo Ordzonikhidze
El calvario de Nikolai Bukharin
Delaciones en masa
La purga Tukhachevsky
Un macabro balance
Esperando a Hitler desesperadamente
La URSS no soporta a los asesinos de simios
El Gran Proyecto Ruso
El juicio de Los Veintiuno
El problema checoslovaco
Los toros desde la barrera
De la purga al mando
Los poderes de Lavrentii
El XVIII Congreso
El pacto Molotov-Ribentropp
Los fascistas son ahora alemanes nacionalsocialistas
No hay peor ciego que el que no quiere ver
Que no, que no y que no

 



Una de las razones por las cuales la gran purga de 1936 fue en su día contemplada por el mundo de forma un tanto superficial fue, por supuesto, la falta de información procedente de un régimen tan cerrado como el soviético. Pero la otra, que ya se entiende menos, es que durante esos años Stalin comenzó a disfrutar, por así decirlo, de su imagen de antifascista. Esto fue gracias a su estrategia de frentes populares.

lunes, abril 15, 2024

Stalin-Beria. 2: Las purgas y el Terror (4): El Terror a cámara lenta

El día que Leónidas Nikolayev fue el centro del mundo
Los dos decretos que nadie aprobó
La Constitución más democrática del mundo
El Terror a cámara lenta
La progresiva decepción respecto de Francia e Inglaterra
Stalin y la Guerra Civil Española
Gorky, ese pánfilo
El juicio de Los Dieciséis
Las réplicas del primer terremoto
El juicio Piatakov
El suicidio de Sergo Ordzonikhidze
El calvario de Nikolai Bukharin
Delaciones en masa
La purga Tukhachevsky
Un macabro balance
Esperando a Hitler desesperadamente
La URSS no soporta a los asesinos de simios
El Gran Proyecto Ruso
El juicio de Los Veintiuno
El problema checoslovaco
Los toros desde la barrera
De la purga al mando
Los poderes de Lavrentii
El XVIII Congreso
El pacto Molotov-Ribentropp
Los fascistas son ahora alemanes nacionalsocialistas
No hay peor ciego que el que no quiere ver
Que no, que no y que no



 

Mientras decía que era un demócrata de toda la vida, Stalin ponía a funcionar la máquina de emascularse comunistas y gente en general, empezando por Leningrado, ciudad marcada desde el asesinato de Kirov como contaminada por la perversión política. En marzo de 1935 antiguos burgueses y aristócratas, funcionarios, empleados y mercaderes residentes en la ciudad fueron exiliados en masa, ellos y sus familias, tras avisos en tal sentido que se hacían 24 horas antes del viaje. En buena parte el objetivo fueron los viejos burgueses; pero, también, entre 30.000 y 40.000 obreros (esos por los que el comunismo lo hace todo) fueron deportados de Leningrado y enviados con sus familias a la Siberia septentrional. De hecho, en las aldeas y campos de trabajo siberianos se hizo moda hablar del “torrente de Kirov” para definir a esta masa de gente que llegaba de repente. Otro termino que se hizo popular aquel año fue dvurushnik, algo así como “persona de dos caras”. El objetivo número uno de la purga silenciosa del 35. De hecho, meses después, en 1936, el gran éxito en los cines soviéticos fue una película de Iván Alexandrovitch Pyryev, El carné del Partido, en el que el principal personaje, un tal Pavel, roba el carné del Partido de su mujer, una devota comunista, para sus bisnes; provocando que ella acabe expulsada del Partido (eso, en una URSS en la que todo el mundo sabía que la expulsión del Partido no era sino la cárcel a cámara lenta). Obviamente, la película trataba de provocar que todo buen comunista denunciase a los dvurushnik de los que tuviese noticia, aunque fuesen sus maridos, hijos o padres.

viernes, abril 12, 2024

Stalin-Beria. 2: Las purgas y el Terror (3): La Constitución más democrática del mundo

El día que Leónidas Nikolayev fue el centro del mundo
Los dos decretos que nadie aprobó
La Constitución más democrática del mundo
El Terror a cámara lenta
La progresiva decepción respecto de Francia e Inglaterra
Stalin y la Guerra Civil Española
Gorky, ese pánfilo
El juicio de Los Dieciséis
Las réplicas del primer terremoto
El juicio Piatakov
El suicidio de Sergo Ordzonikhidze
El calvario de Nikolai Bukharin
Delaciones en masa
La purga Tukhachevsky
Un macabro balance
Esperando a Hitler desesperadamente
La URSS no soporta a los asesinos de simios
El Gran Proyecto Ruso
El juicio de Los Veintiuno
El problema checoslovaco
Los toros desde la barrera
De la purga al mando
Los poderes de Lavrentii
El XVIII Congreso
El pacto Molotov-Ribentropp
Los fascistas son ahora alemanes nacionalsocialistas
No hay peor ciego que el que no quiere ver
Que no, que no y que no


Por supuesto, la muerte de Kirov y el correspondiente lanzamiento de las purgas también tuvo su réplica en la Georgia de Lavrentii Beria. En primer lugar, hay que decir que la historiografía no descarta ni de coña que Beria tuviese algo que ver en el asesinato. En primer lugar, durante todo el año 1934 las visitas de Beria a Yagoda en Moscú se hicieron inusitadamente frecuentes. El segundo detalle que inquieta a los historiadores es que quien quizás era el mejor amigo de Kirov en la cúpula comunista, el georgiano Sergo Ordzonikhidze, visitó su tierra en noviembre de 1934, y adquirió una extraña enfermedad que lo sacó del circuito justo en las jornadas en las que Kirov la espichó. El 6 de noviembre, Ordzonikhidze, Beria y Bagirov cenaron en el apartamento de éste último en Bakú. 48 horas después, estaba sufriendo de graves hemorragias estomacales. Así las cosas, teniendo previsto regresar a Moscú a mediados de noviembre, tuvo que quedarse en Tibilisi, por orden de Stalin, hasta finales de mes. Ordzonikhidze no formó parte del grupo de dirigentes comunistas que viajó a Leningrado para esclarecer el asesinato de Kirov. Los doctores nunca supieron explicar qué le había pasado.

jueves, abril 11, 2024

Stalin-Beria. 2: Las purgas y el Terror (2): Los dos decretos que nadie aprobó

El día que Leónidas Nikolayev fue el centro del mundo
Los dos decretos que nadie aprobó
La Constitución más democrática del mundo
El Terror a cámara lenta
La progresiva decepción respecto de Francia e Inglaterra
Stalin y la Guerra Civil Española
Gorky, ese pánfilo
El juicio de Los Dieciséis
Las réplicas del primer terremoto
El juicio Piatakov
El suicidio de Sergo Ordzonikhidze
El calvario de Nikolai Bukharin
Delaciones en masa
La purga Tukhachevsky
Un macabro balance
Esperando a Hitler desesperadamente
La URSS no soporta a los asesinos de simios
El Gran Proyecto Ruso
El juicio de Los Veintiuno
El problema checoslovaco
Los toros desde la barrera
De la purga al mando
Los poderes de Lavrentii
El XVIII Congreso
El pacto Molotov-Ribentropp
Los fascistas son ahora alemanes nacionalsocialistas
No hay peor ciego que el que no quiere ver
Que no, que no y que no


El 2 de diciembre, llegaron a Moscú, en el mismo tren, Stalin, Zhdanov, Molotov, Voroshilov, Yezhov, Yagoda, Vyshinsky y otros de parecido jaez. Stalin se bajó del tren en silencio, se plantó delante de Medved, y lo abofeteó en público. Luego se volvió hacia Formin para que le informase. El equipo de dirigentes fue al hospital donde a Kirov le habían hecho la autopsia la noche anterior, y luego al Smolny. Allí, Stalin interrogó a Medved, a Nikolaev y a su mujer. Nikolaev, aparentemente, no reconoció a Stalin inicialmente; pero cuando lo hizo se puso histérico. Según la Shvernik, cuando Stalin le preguntó por qué había hecho lo que había hecho, Nikoaev cayó de hinojos y juró que había sido por orden del Partido. Algunas versiones sostienen que dijo: vy zhe sami mne..., o sea, algo así como: “pero, tú me dijiste...”; y que los agentes de la NKVD lo callaron de una hostia.

miércoles, abril 10, 2024

Stalin-Beria. 2: Las purgas y el Terror (1): El día que Leónidas Nikolayev fue el centro del mundo

El día que Leónidas Nikolayev fue el centro del mundo
Los dos decretos que nadie aprobó
La Constitución más democrática del mundo
El Terror a cámara lenta
La progresiva decepción respecto de Francia e Inglaterra
Stalin y la Guerra Civil Española
Gorky, ese pánfilo
El juicio de Los Dieciséis
Las réplicas del primer terremoto
El juicio Piatakov
El suicidio de Sergo Ordzonikhidze
El calvario de Nikolai Bukharin
Delaciones en masa
La purga Tukhachevsky
Un macabro balance
Esperando a Hitler desesperadamente
La URSS no soporta a los asesinos de simios
El Gran Proyecto Ruso
El juicio de Los Veintiuno
El problema checoslovaco
Los toros desde la barrera
De la purga al mando
Los poderes de Lavrentii
El XVIII Congreso
El pacto Molotov-Ribentropp
Los fascistas son ahora alemanes nacionalsocialistas
No hay peor ciego que el que no quiere ver
Que no, que no y que no


[Recordad que venimos de una primera serie sobre el tema, que terminaba, precisamente, en la muerte de Sergei Kirov]


La terquedad de Sergei Kirov hizo que su asesinato, muy probablemente diseñado para producirse en Moscú, hubiera de producirse en Leningrado. Esto obligó a Stalin, o más precisamente a Yagoda, a buscar a alguien en la ciudad rusa que pudiera encargarse del trabajo. Ese alguien sería Iván Vasilievitch Zaporozhets.

martes, abril 09, 2024

Curso de arriano upper-intermediate (y 6): Eudoxianos, apolinarianos y pneumatomachi

El sabelianismo
Samosatenses, fotinianos, patripasianos
Arrio
Más Arrio
Semiarrianos, anomoeanos, aecianos, eunomianos y acacianos
Eudoxianos, apolinarianos y pneumatomachi




Ya estamos prácticamente al final del curso de arriano upper-intermediate. En este punto, acaricias ya el diploma que, desde luego, te estás ganando con la paciencia que derrochas leyendo estas mierdas. Aún, sin embargo, nos queda alguna que otra cosita que tratar para terminar de apuntalar conocimientos.

lunes, abril 08, 2024

Curso de arriano upper-intermediate (5): Semiarrianos, anomoeanos, aecianos, eunomianos y acacianos

El sabelianismo
Samosatenses, fotinianos, patripasianos
Arrio
Más Arrio
Semiarrianos, anomoeanos, aecianos, eunomianos y acacianos
Eudoxianos, apolinarianos y pneumatomachi



El principal problema para los semiarrianos no fueron, o no fueron en ese momento, los ortodoxos. Fueron los arrianos puros, por así llamarlos. En el tiempo de Constancio, en Antioquía se produjo un movimiento conservador, defensor de las esencias de Arrio, que generó los movimientos del aecianismo y el eunomianismo. La aparición de los CDR arrianos no hizo mucho en favor del movimiento, que acusó el golpe, en realidad, para siempre.

viernes, abril 05, 2024

Curso de arriano upper-intermediate (4): Más Arrio

El sabelianismo
Samosatenses, fotinianos, patripasianos
Arrio
Más Arrio
Semiarrianos, anomoeanos, aecianos, eunomianos y acacianos
Eudoxianos, apolinarianos y pneumatomachi



En ese tiempo, además, Hilario de Poitiers, el campeón de la ortodoxia en occidente, trató de reaccionar a la pujanza semiarriana en su territorio mediante las negociaciones para alcanzar algún tipo de pacto en oriente que los debilitase; pacto que se basaba, sobre todo, en la aceptación por parte de los heréticos del principio de la homoousion. Desde ese momento hasta la muerte de Constancio, en el 361, se sucedieron los concilios, normalmente con diferentes propuestas de Credo adjuntas; algunas semiarrianas, otras homoeanas, otras anomoeanas. Es decir: el arrianismo se imponía, pero esa imposición se hacía desde la división, por lo que se puede decir que, cuando menos en parte, moría de éxito, pues no podía ofrecer algo que es fundamental para cualquier Iglesia, teniendo en cuenta que toda Iglesia es, por definición, un business model: unidad en la gestión.

jueves, abril 04, 2024

Curso de arriano upper-intermediate (3): Arrio

El sabelianismo
Samosatenses, fotinianos, patripasianos
Arrio
Más Arrio
Semiarrianos, anomoeanos, aecianos, eunomianos y acacianos
Eudoxianos, apolinarianos y pneumatomachi



Arrio, según escribieron sus oponentes, comenzó a difundir sus canciones levemente eróticas, pero cargadas de sentido teológico, entre marineros y mineros. Gente de baja estofa, pues. Pero no fueron los únicos que le siguieron. Los obispos Teodoto de Laodicea y Patrófilo de Escitópolis se apuntaron a su arrianismo. De hecho, Arrio salió a hombros de un sínodo de obispos bitinios. Arrio, por lo demás, trataba de convencer a quien le escuchaba de que sus diferencias con Alejandro de Alejandría eran meramente de matiz; defendiendo estas ideas fue como consiguió ser aceptado en muchas iglesias.

miércoles, abril 03, 2024

Curso de arriano upper-intermediate (2): Samosatenses, fotinianos, patripasianos

El sabelianismo
Samosatenses, fotinianos, patripasianos
Arrio
Más Arrio
Semiarrianos, anomoeanos, aecianos, eunomianos y acacianos
Eudoxianos, apolinarianos y pneumatomachi



Vayamos con la lección 2 del curso de arriano upper-intermediate. Antes he dicho que un monarquiano que perseverase en sus ideas, lo más probable es que terminase siendo arriano, sabeliano o samosatense. Hablemos ahora de lo que significa este último término.

martes, abril 02, 2024

Curso de arriano upper-intermediate (1): El sabelianismo

El sabelianismo
Samosatenses, fotinianos, patripasianos
Arrio
Más Arrio
Semiarrianos, anomoeanos, aecianos, eunomianos y acacianos
Eudoxianos, apolinarianos y pneumatomachi


 

Hola.

Si estás leyendo esto, es porque estás empeñado en sacarte el nivel B2 de arriano upper-intermediate. Enhorabuena, porque, una vez que has dado el paso de interesarte por estas cosas, lo más probable es que no te arrepientas. Eso sí, desde aquí voy a decirte algo: el camino no es fácil. Un arriano upper-intermediate tiene que recorrer un camino muy largo. Por eso, en este curso te vamos a enseñar arrianismo; pero también: semi-arrianismo, amoeanismo, acacianismo, eudoxianismo, apolinarismo, monarquianismo, photinianismo, o macedonianismo. Al finalizar el curso, además de recoger tu diploma, podrás tomar una decisión sobre cuál es tu escuela arriana,  o incluso no arriana, preferida, puesto que nosotros no somos Francisquitos; si quieres profesar alguna herejía de los primeros tiempos de la Iglesia, podrás elegir con libertad. Aquí cada uno toma la decisión que le apetece sobre la naturaleza del Hijo de Dios.

viernes, marzo 22, 2024

Milenarismo

(Con esta crónica, me abro; santas vacaciones para todos)



De la Edad Media europea se dicen muchos meconios, alguno de los cuales hemos abordado ya en este blog. Todos ellos están bien instilados en la conciencia cultural y social de nuestro tiempo, así pues no se puede hablar de uno más sólido que el otro. Sin embargo, entre las ideas con un fuerte nivel de implantación, por así decirlo, sin duda se cuenta el caso del milenarismo. El milenarismo, que es palabra que ha acabado por designar casi cualquier predicción catastrófica, designa inicialmente las ideas ligadas a la llegada de una nueva era, o tal vez del final del mundo, o del advenimiento del Juicio Final, conforme la humanidad occidental se fue acercando al año 1000, es decir, al primer giro de milenio tras el nacimiento de Jesús.

jueves, marzo 21, 2024

Cruzadas (y 39): El repugnante episodio constantinopolitano

Decidiendo una corona
La difícil labor de Godofredo de Bouillon
Jerusalén será para quien la tenga más larga

La cruzada 2.0
Hat trick del sultán selyúcida y el rey danisménida
Bohemondo pilla la condicional
Las últimas jornadas del gran cruzado
La muerte de Raimondo y el regreso del otro Balduino
Relevo generacional
La muerte de Balduino I de Jerusalén
Peligro y consolidación
Bohemondo II, el chavalote sanguíneo que se hizo un James Dean
El rey ha muerto, viva el rey
Turismundo, toca las campanas, que comenzó el sermón del Patriarca
The bitch is back
Las ambiciones incumplidas de Juan Commeno
La pérdida de Edesa
Antioquía (casi) perdida
Reinaldo el cachoburro
Bailando con griegos
Amalrico en Egipto
El rey leproso
La desgraciada muerte de Guillermo Espada Larga
Un senescal y un condestable enfrentados, dos mujeres que se odian y un patriarca de la Iglesia que no para de follar y robar
La reina coronada a pelo puta por un vividor follador
Hattin
La caída de Jerusalén
De Federico Barbarroja a Conrado de Montferrat
Game over
El repugnante episodio constantinopolitano 

  



A lo largo de todas estas tomas sobre las cruzadas hemos dejado un poco de lado a Bizancio. Sólo lo hemos tratado en la medida en que era necesario para el interés central del relato, que era contar la aventura de los cristianos latinos en Siria y Tierra Santa. Sin embargo, obviamente Bizancio estaba viviendo tiempos interesantes y, sin duda, convulsos. La monarquía de los Commenos fue un tiempo de enfrentamientos cada vez más duros entre el poder imperial y el poder feudal, en línea con lo que se veía en toda Europa.

miércoles, marzo 20, 2024

Cruzadas (38): Game over

Decidiendo una corona
La difícil labor de Godofredo de Bouillon
Jerusalén será para quien la tenga más larga

La cruzada 2.0
Hat trick del sultán selyúcida y el rey danisménida
Bohemondo pilla la condicional
Las últimas jornadas del gran cruzado
La muerte de Raimondo y el regreso del otro Balduino
Relevo generacional
La muerte de Balduino I de Jerusalén
Peligro y consolidación
Bohemondo II, el chavalote sanguíneo que se hizo un James Dean
El rey ha muerto, viva el rey
Turismundo, toca las campanas, que comenzó el sermón del Patriarca
The bitch is back
Las ambiciones incumplidas de Juan Commeno
La pérdida de Edesa
Antioquía (casi) perdida
Reinaldo el cachoburro
Bailando con griegos
Amalrico en Egipto
El rey leproso
La desgraciada muerte de Guillermo Espada Larga
Un senescal y un condestable enfrentados, dos mujeres que se odian y un patriarca de la Iglesia que no para de follar y robar
La reina coronada a pelo puta por un vividor follador
Hattin
La caída de Jerusalén
De Federico Barbarroja a Conrado de Montferrat
Game over
El repugnante episodio constantinopolitano 

   


Tras la toma de Acre, llegó un momento en el que las epidemias y el hambre pudieron más que la llegada de gente de Europa, por lo que el ejército cruzado comenzó a disminuir. Los caballeros latinos, con ese respeto procedente de la moral de guerra, saludaron a los trescientos musulmanes finalmente rendidos por su resistencia numantina, y los guardaron presos a la espera de que Saladino los rescatase. El rescate, efectivamente, fue importante: 200.000 dinares de oro y 2.500 prisioneros cruzados, más la devolución de la reliquia de la Santa Cruz.

martes, marzo 19, 2024

Cruzadas (37): De Federico Barbarroja a Conrado de Montferrat

Decidiendo una corona
La difícil labor de Godofredo de Bouillon
Jerusalén será para quien la tenga más larga

La cruzada 2.0
Hat trick del sultán selyúcida y el rey danisménida
Bohemondo pilla la condicional
Las últimas jornadas del gran cruzado
La muerte de Raimondo y el regreso del otro Balduino
Relevo generacional
La muerte de Balduino I de Jerusalén
Peligro y consolidación
Bohemondo II, el chavalote sanguíneo que se hizo un James Dean
El rey ha muerto, viva el rey
Turismundo, toca las campanas, que comenzó el sermón del Patriarca
The bitch is back
Las ambiciones incumplidas de Juan Commeno
La pérdida de Edesa
Antioquía (casi) perdida
Reinaldo el cachoburro
Bailando con griegos
Amalrico en Egipto
El rey leproso
La desgraciada muerte de Guillermo Espada Larga
Un senescal y un condestable enfrentados, dos mujeres que se odian y un patriarca de la Iglesia que no para de follar y robar
La reina coronada a pelo puta por un vividor follador
Hattin
La caída de Jerusalén
De Federico Barbarroja a Conrado de Montferrat
Game over
El repugnante episodio constantinopolitano 

   



A principios del año 1188, el rey de Francia y el de Inglaterra, ambos franceses, eran los dos jefes de Estado más directamente implicados en los asuntos de Tierra Santa. El emperador había sufrido muchas y dolorosas pérdidas de nobles, caballeros y soldados en pasados experimentos (aunque, como veremos pronto, cuando se animó, se animó del todo) y en lo tocante a los otros grandes poderes continentales, los peninsulares ibéricos, desde el principio habían dejado claro su escaso interés por la movida con la famosa frase “no faltan moros en mi tierra”, o sea, yo la cruzada la llevo de serie en mi país, no necesito cruzar el Mediterráneo para encontrar un musulmán al que vencer.

lunes, marzo 18, 2024

Cruzadas (36): La caída de Jerusalén

Decidiendo una corona
La difícil labor de Godofredo de Bouillon
Jerusalén será para quien la tenga más larga

La cruzada 2.0
Hat trick del sultán selyúcida y el rey danisménida
Bohemondo pilla la condicional
Las últimas jornadas del gran cruzado
La muerte de Raimondo y el regreso del otro Balduino
Relevo generacional
La muerte de Balduino I de Jerusalén
Peligro y consolidación
Bohemondo II, el chavalote sanguíneo que se hizo un James Dean
El rey ha muerto, viva el rey
Turismundo, toca las campanas, que comenzó el sermón del Patriarca
The bitch is back
Las ambiciones incumplidas de Juan Commeno
La pérdida de Edesa
Antioquía (casi) perdida
Reinaldo el cachoburro
Bailando con griegos
Amalrico en Egipto
El rey leproso
La desgraciada muerte de Guillermo Espada Larga
Un senescal y un condestable enfrentados, dos mujeres que se odian y un patriarca de la Iglesia que no para de follar y robar
La reina coronada a pelo puta por un vividor follador
Hattin
La caída de Jerusalén
De Federico Barbarroja a Conrado de Montferrat
Game over
El repugnante episodio constantinopolitano 

  



Para Saladino, encontrarse Jerusalén más o menos organizada para una resistencia militar le supuso una desagradable e inesperada sorpresa. Él esperaba entrar por la ciudad como Pedro Sánchez por las librerías que visita él solo. Tres semanas antes, había enviado un email a gobiernodejerusalen@DiosesmasqueAla.com ofreciendo una rendición honrosa en la que vidas y haciendas serían respetadas. La respuesta recibida en elputoamokurdo@Alaesgrande.com fue que y una leche. Saladino había escrito a Sibila invitándola a reunirse con su marido, prisionero en Nablús; oferta que Sibila, quien como ya sabemos en Jerusalén era menos popular que un ministro de Hacienda, aceptó. En su intento de lubricar una rendición tranquila, Saladino también le permitió salir de la ciudad a Maria Commena, acompañada de casi toda la familia Ibelín menor de edad. Claramente, para Saladino había pasado el tiempo de ser un guerrero violento y sediento de sangre. El tiempo era para la piedad y el buen rollo.

viernes, marzo 15, 2024

Cruzadas (35) : Hattin

Decidiendo una corona
La difícil labor de Godofredo de Bouillon
Jerusalén será para quien la tenga más larga

La cruzada 2.0
Hat trick del sultán selyúcida y el rey danisménida
Bohemondo pilla la condicional
Las últimas jornadas del gran cruzado
La muerte de Raimondo y el regreso del otro Balduino
Relevo generacional
La muerte de Balduino I de Jerusalén
Peligro y consolidación
Bohemondo II, el chavalote sanguíneo que se hizo un James Dean
El rey ha muerto, viva el rey
Turismundo, toca las campanas, que comenzó el sermón del Patriarca
The bitch is back
Las ambiciones incumplidas de Juan Commeno
La pérdida de Edesa
Antioquía (casi) perdida
Reinaldo el cachoburro
Bailando con griegos
Amalrico en Egipto
El rey leproso
La desgraciada muerte de Guillermo Espada Larga
Un senescal y un condestable enfrentados, dos mujeres que se odian y un patriarca de la Iglesia que no para de follar y robar
La reina coronada a pelo puta por un vividor follador
Hattin
La caída de Jerusalén
De Federico Barbarroja a Conrado de Montferrat
Game over
El repugnante episodio constantinopolitano 

  



En llegando a los tiempos que relatamos, todo el mundo en los dos bandos teóricos de Oriente Medio sabía que las cosas estaban alcanzando el boiling point. Y esto suponía que todos los gobernadores franj, cada uno en su territorio y con sus posibilidades, empezaron a acopiar cuantas más tropas, mejor. En Trípoli, Raimondo III militarizó, por así decirlo, las órdenes militares, integrándolas completamente en sus fuerzas armadas. El Temple, sin embargo, no pudo reforzar a los tripolitanos todo lo que hubiera querido, ya que acababa de perder aproximadamente a un tercio de sus elementos en Galilea. Gerardo de Ridfort se dejó de mamonadas y comenzó a reclutar mercenarios sin demasiados escrúpulos ni morales; su orden religioso-militar comenzaba a parecerse a una legión extranjera o, en referencias más presentes, un grupo Wagner.