viernes, julio 16, 2021

La Guerra de las Rosas (6): St. Albans brawl

Un rey con dos coronas, y su pastelera señora

La puerta que abrió Jack Cade para Ricardo de York
El yorkismo se quita poco a poco la careta
Los Percy y los Neville
Ricardo llega a la cima, pero se da una hostia
St. Albans brawl
El nuevo orden
Si vis pax, para bellum
Zasca lancastriano
La Larga Marcha de los York/Neville
Northhampton
Auge y caída del duque de York
El momento de Eduardo de las Marcas
El desastre de Towton y los reyes PNV
El sudoku septentrional
El eterno problema del Norte
El fin de la causa lancastriana
La paz efímera
A walk on the wild side
El campo de la cota abandonada
Los viejos enemigos se mandan emoticonos con besitos
El regreso del Emérito, y el del neo-Emérito
Rey versus Rey
The Bloody Meadow y la Larga Marcha Kentish
El rey que vació Inglaterra
Iznogud logró ser califa en lugar del califa
La suerte está echada. O no.
Las últimas boqueadas  



Con el rey Enrique en condiciones de ponerse al frente del país, las cosas cambiaron muy rápidamente. El 4 de febrero de 1455, Somerset salió por la puerta de la Torre de Londres. Un mes después Salisbury, el Lord Canciller, dimitió de su cargo. Para él, su labor se había convertido en misión imposible teniendo en cuenta que en el Consejo Privado el recién liberado se había apresurado a aliarse con los Percy. De hecho, Salisbury hubo de pasar por la humillación de anunciar su dimisión delante del conde de Northumberland, el obispo de Carlisle, hijo de éste, y Lord Clifford. No le debió de resultar fácil.

miércoles, julio 14, 2021

La Guerra de las Rosas (5): Ricardo llega a la cima, pero se da una hostia

 Un rey con dos coronas, y su pastelera señora

La puerta que abrió Jack Cade para Ricardo de York
El yorkismo se quita poco a poco la careta
Los Percy y los Neville
Ricardo llega a la cima, pero se da una hostia
St. Albans brawl
El nuevo orden
Si vis pax, para bellum
Zasca lancastriano
La Larga Marcha de los York/Neville
Northhampton
Auge y caída del duque de York
El momento de Eduardo de las Marcas
El desastre de Towton y los reyes PNV
El sudoku septentrional
El eterno problema del Norte
El fin de la causa lancastriana
La paz efímera
A walk on the wild side
El campo de la cota abandonada
Los viejos enemigos se mandan emoticonos con besitos
El regreso del Emérito, y el del neo-Emérito
Rey versus Rey
The Bloody Meadow y la Larga Marcha Kentish
El rey que vació Inglaterra
Iznogud logró ser califa en lugar del califa
La suerte está echada. O no.
Las últimas boqueadas  


En Heworth Moor, por lo tanto, un odio ancestral se mostró; un odio que en los tiempos siguientes no hizo sino retroalimentarse y crecer. El norte de Inglaterra se convirtió, en buena parte, en un extraño lugar patrullado por patotas de gentes armadas, partidarias ora de los Percy, ora de los Neville, que la liaban leoparda cada vez que se encontraban, además de cometer, siempre que podían, atentados contra las propiedades de quienes eran señalados por ser de la cuerda opuesta. El único actor lógico que podía parar eso era el propio Estado; pero el Estado tenía en su cabeza a un tipo que ni siquiera hablaba.

lunes, julio 12, 2021

La Guerra de las Rosas (4): Los Percy y los Neville

Un rey con dos coronas, y su pastelera señora
La puerta que abrió Jack Cade para Ricardo de York
El yorkismo se quita poco a poco la careta
Los Percy y los Neville
Ricardo llega a la cima, pero se da una hostia
St. Albans brawl
El nuevo orden
Si vis pax, para bellum
Zasca lancastriano
La Larga Marcha de los York/Neville
Northhampton
Auge y caída del duque de York
El momento de Eduardo de las Marcas
El desastre de Towton y los reyes PNV
El sudoku septentrional
El eterno problema del Norte
El fin de la causa lancastriana
La paz efímera
A walk on the wild side
El campo de la cota abandonada
Los viejos enemigos se mandan emoticonos con besitos
El regreso del Emérito, y el del neo-Emérito
Rey versus Rey
The Bloody Meadow y la Larga Marcha Kentish
El rey que vació Inglaterra
Iznogud logró ser califa en lugar del califa
La suerte está echada. O no.

Las últimas boqueadas  



Para negociar, el rey eligió, inteligentemente, a aquellos miembros del bando yorkista que habían apostado por él. Por lo tanto, metió en la delegación a los dos Neville, Salisbury y Warwick; además de al obispo de Ely, también conocido por su cercanía a Ricardo.