Estamos en el año 1965. El general Francisco Franco Bahamonde ha superado ya la esperanza de vida de su cohorte demográfica, pero aun así espera a ser eterno, a no morir nunca; no personalmente, desde luego, pero sí a través de su régimen político. El sueño de Franco es el que Adolfo Suárez expresaría para su Unión de Centro Democrático: una solución política que dure 103 años. Sin embargo, las cosas no están yendo en esa dirección.