viernes, junio 04, 2021

Watergate (4): Breznev y los prisioneros de guerra contraprograman el Watergate

  ... y, al final, alguien escuchó al juez John Sirica

Un presidente Missing in Action
El día que James McCord le dijo al mundo: "¡Es un pato, imbéciles, es un pato!"
Breznev y los prisioneros de guerra contraprograman el Watergate
Los pruritos morales de Hugh Sloan
Johnny cogió su fusil
El testimonio de Alejandro Mantequilla
Spyro Agnew y las 21 preguntas de los cojones
A situaciones paranormales, aficiones paranormales
Los diez negritos fiscales
El discurso del político acorralado
La última trinchera
It's not easy, but it could be done
El último martillazo de Warren Earl Burger
Barbara Jordan, Christine Chubbuck, y el final

El comité volvió a reunirse en la tarde del martes 22 de mayo para seguir con McCord. Para entonces, todo el esfuerzo hecho con Odle se había ido a la mierda. Piénsese, por ejemplo, que el volumen negociado en la Bolsa de Nueva York se redujo significativamente; entonces, el comercio de acciones electrónico no existía, todo se hacía en persona; y, en las últimas horas de la negociación, los traders simplemente desaparecían del parqué y se iban a buscar alguna tele portátil para seguir atendiendo al espectáculo que tenía a los americanos mesmerizados. Algunas universidades, empeñadas en que asistir a las sesiones era una lección de urbanidad, directamente suspendieron las clases.

miércoles, junio 02, 2021

Watergate (3): el día que James McCord le dijo al mundo: "¡ Es un pato, imbéciles, es un pato!"

 ... y, al final, alguien escuchó al juez John Sirica

Un presidente Missing in Action
El día que James McCord le dijo al mundo: "¡Es un pato, imbéciles, es un pato!"
Breznev y los prisioneros de guerra contraprograman el Watergate
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Johnny cogió su fusil
El testimonio de Alejandro Mantequilla
Spyro Agnew y las 21 preguntas de los cojones
A situaciones paranormales, aficiones paranormales
Los diez negritos fiscales
El discurso del político acorralado
La última trinchera
It's not easy, but it could be done
El último martillazo de Warren Earl Burger
Barbara Jordan, Christine Chubbuck, y el final

El día 17 de abril, un Richard Nixon que o no quiso o no pudo ocultar su aspecto cansado y tenso realizó una intervención en televisión desde la sala de prensa de la Casa Blanca. Se limitó a leer unas cuartillas que contenían tres minutos de material jurídico. Entre las cosas que dijo, informó a los estadounidenses que el 21 de marzo anterior, a causa de “cargos muy serios” de los que había tenido conocimiento, ordenó una serie de investigaciones sobre el tema Watergate. Afirmó, asimismo, que se habían hecho “verdaderos progresos” en la investigación de la verdad. Luego, abandonó la sala y su portavoz, Ronald Ziegler, fue quien se quedó para atender a la Prensa. Los periodistas no paraban de preguntar sobre las evidentes contradicciones entre las declaraciones anteriores de Nixon y la de aquel día. ¿A cuál deberían creer? Fueron dieciocho preguntas seguidas sobre el mismo tema; ninguna sobre otro. Ziegler, finalmente, pronunció unas palabras que se harían famosas: this is de operative statement; the others are inoperative.

lunes, mayo 31, 2021

Watergate (2): un presidente Missing In Action

 ... y, al final, alguien escuchó al juez John Sirica

Un presidente Missing in Action
El día que James McCord le dijo al mundo: "¡Es un pato, imbéciles, es un pato!"
Breznev y los prisioneros de guerra contraprograman el Watergate
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Johnny cogió su fusil
El testimonio de Alejandro Mantequilla
Spyro Agnew y las 21 preguntas de los cojones
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Los diez negritos fiscales
El discurso del político acorralado
La última trinchera
It's not easy, but it could be done
El último martillazo de Warren Earl Burger
Barbara Jordan, Christine Chubbuck, y el final

Nixon decía que no tenía nada que ocultar, pero al mismo tiempo invocaba su executive privilege para impedir que las personas de su equipo tuviesen que testificar en comité alguno. Sin embargo, en paralelo Woodward y Bernstein habían olido la sangre en la figura de McCord, y se aplicaron a investigarlo. Entre otras cosas, descubrieron que había alquilado una oficina muy cerca del cuartel general en Washington del senador Edmund S. Muskie, un candidato demócrata.

Nixon seguía con el mantra: presidential privilege.