Recuerda que ya te hemos contado cómo se montó la movida y cómo los marineros tomaron el control del acorazado.
Después, hemos contado lo caliente que estaba Odessa antes de la llegada del Potemkin.
Retrocedamos algún tiempo. La media hora de violencia real en la cubierta del Potemkin había dejado un saldo de siete oficiales muertos, once supervivientes aunque no pocos de ellos heridos incluso de seriedad, más el capellán del barco, el padre Parmen, que se encontraba también herido al cuidado del doctor Golenko, un adjunto del infame Smirnov. Entre los oficiales “pasados” al bando revolucionario se encontraba el teniente de navío Alexeyev, a quien hemos visto denunciando al comandante de la nave, así como algunos ingenieros que fueron compelidos por Matushenko para ponerse al mando de la sala de máquinas. Se trataba del mecánico de primera clase Kovalenko y del aspirante Kalujny. Estos tres eran los únicos no-marineros que permanecían sin arresto.
Después, hemos contado lo caliente que estaba Odessa antes de la llegada del Potemkin.
Retrocedamos algún tiempo. La media hora de violencia real en la cubierta del Potemkin había dejado un saldo de siete oficiales muertos, once supervivientes aunque no pocos de ellos heridos incluso de seriedad, más el capellán del barco, el padre Parmen, que se encontraba también herido al cuidado del doctor Golenko, un adjunto del infame Smirnov. Entre los oficiales “pasados” al bando revolucionario se encontraba el teniente de navío Alexeyev, a quien hemos visto denunciando al comandante de la nave, así como algunos ingenieros que fueron compelidos por Matushenko para ponerse al mando de la sala de máquinas. Se trataba del mecánico de primera clase Kovalenko y del aspirante Kalujny. Estos tres eran los únicos no-marineros que permanecían sin arresto.