lunes, noviembre 24, 2025

Ceaucescu (24): El mejor amigo del primo de Zumosol




Rumania, ese chollo
A la sombra de los soviéticos en flor
Quiero rendirme
El largo camino hacia el armisticio
Conspirando a toda velocidad
El golpe
Elecciones libres; o no
En contra de mi propio gobierno
Elecciones libres (como en la URSS)
El último obstáculo, el rey
Con la Iglesia hemos topado
El calvario uniate
Securitate
Yo quiero ser un colectivizador como mi papá
Stefan Foris
Patrascanu y Pauker
La caída en desgracia de Lucretiu Patrascanu
La sombra del titoísmo
Gheorghiu-Dej se queda solo
Ana Pauker, salvada por un ictus
La apoteosis del primer comunista de Rumania
Hungría
Donde dije digo…
El mejor amigo del primo de Zumosol
Pilesti
Pío, pío, que yo no he sido
Trabajador forzado por la gracia de Lenin
Los comienzos de la diferenciación
Pues yo me voy a La Mutua (china)
Hasta nunca Gheorghe
El nuevo mando
Yo no fui
Yo no soy ellos
Enemigo de sus amigos
Grandeza y miseria
De mal en peor
Esos putos húngaros
El puteo húngaro
El maldito libro transilvano
El sudoku moldavo
La fumada de Artiom Lazarev
Viva Besarabia libre (y rumana)
Primeras disidencias
Goma
Los protestantes protestan
Al líder obrero no lo quieren los obreros
Brasov
No toques a Tokes
Arde Timisoara
El derrumbador de iglesias y monasterios
Qué mal va esto
Epílogo: el comunista que quiso sorber y soplar a la vez

 


En todo el ámbito socialista, Nikita Khruschev y Gheorghe Gheorghiu-Dej eran, probablemente, los dos dirigentes más ansiosos por ver una Hungría emplazada de nuevo en el redil soviético. Así las cosas, a Moscú le pareció una excelente idea que una delegación rumana viajase a Budapest, el 3 de noviembre, para mantener reuniones con el gobierno de Imre Nagy. Cuando los rumanos llegaron, sin embargo, se llevaron la relativa sorpresa de comprobar que Nagy no tenía demasiada intención de negociar con ellos; toda la intención del húngaro era que los rumanos le sirviesen de introductores de embajadores para tener él una reunión con Khruschev.