viernes, junio 18, 2021

Watergate (10): Los diez negritos fiscales

    ... y, al final, alguien escuchó al juez John Sirica

Un presidente Missing in Action
El día que James McCord le dijo al mundo: "¡Es un pato, imbéciles, es un pato!"
Breznev y los prisioneros de guerra contraprograman el Watergate
Los pruritos morales de Hugh Sloan
Johnny cogió su fusil
El testimonio de Alejandro Mantequilla
Spyro Agnew y las 21 preguntas de los cojones
A situaciones paranormales, aficiones paranormales
Los diez negritos fiscales
El discurso del político acorralado
La última trinchera
It's not easy, but it could be done
El último martillazo de Warren Earl Burger
Barbara Jordan, Christine Chubbuck, y el final


Dos días después de la dimisión de Agnew, el presidente Nixon anunció la designación en su puesto de Gerald Ford, el líder de la minoría de la Cámara. La elección sorprendió a todo el mundo salvo, claro, a Nixon. Buena parte de los republicanos esperaban que el designado hubiera sido Ronald Reagan; ciertamente, el ex gobernador de California había sido un apoyo incansable del presidente; pero también tenía bastantes enemigos en el partido y Nixon siempre quería un segundo plano y gris; en ese sentido, hizo la elección perfecta. Ford, además, era otra cosa: era una persona fiel a la figura de Nixon, como demostraría poco tiempos después cuando, ya presidente, tomó la discutidísima decisión de otorgarle el perdón presidencial a un señor que, por el bien de la democracia americana, debería haber probado el cáterin de la cárcel.

miércoles, junio 16, 2021

Watergate (9): A situaciones paranormales, aficiones paranormales

   ... y, al final, alguien escuchó al juez John Sirica

Un presidente Missing in Action
El día que James McCord le dijo al mundo: "¡Es un pato, imbéciles, es un pato!"
Breznev y los prisioneros de guerra contraprograman el Watergate
Los pruritos morales de Hugh Sloan
Johnny cogió su fusil
El testimonio de Alejandro Mantequilla
Spyro Agnew y las 21 preguntas de los cojones
A situaciones paranormales, aficiones paranormales
Los diez negritos fiscales
El discurso del político acorralado
La última trinchera
It's not easy, but it could be done
El último martillazo de Warren Earl Burger
Barbara Jordan, Christine Chubbuck, y el final


 

El 26 de septiembre, el comité Ervin se enfrentó a su último testigo. Éste fue uno de los hombres más cercanos a Nixon, Patrick J. Buchanan, que había trabajado para él escribiéndole discursos y, sobre todo, preparándole cada mañana un informe con lo publicado por la Prensa. En el testimonio, los estadounidenses aprendieron que Buchanan, buen conocedor de las consecuencias que podían tener los contenidos Watergate frente a la opinión pública, le había aconsejado a su jefe que hiciese una hoguera en el jardín de la Casa Blanca y quemase todas las cintas. Buchanan, además, fue el primer hombre del presidente que explicó la verdadera función del escándalo Watergate. Normalmente, las gentes desinformadas suelen decirte que el Watergate fue una estrategia para conocer los planes del Partido Demócrata frente a las elecciones. Pero no es así. En realidad, el Watergate era una estrategia que buscaba desacreditar a todos los candidatos demócratas salvo uno: George McGovern. Esto, maquinaron los estrategas del Watergate, colocaría a Nixon frente a un candidato viable y, además, enfangaría a los demócratas en constantes peleas intestinas.

lunes, junio 14, 2021

Watergate (8): Spyro Agnew y las 21 preguntitas de los cojones

   ... y, al final, alguien escuchó al juez John Sirica

Un presidente Missing in Action
El día que James McCord le dijo al mundo: "¡Es un pato, imbéciles, es un pato!"
Breznev y los prisioneros de guerra contraprograman el Watergate
Los pruritos morales de Hugh Sloan
Johnny cogió su fusil
El testimonio de Alejandro Mantequilla
Spyro Agnew y las 21 preguntas de los cojones
A situaciones paranormales, aficiones paranormales
Los diez negritos fiscales
El discurso del político acorralado
La última trinchera
It's not easy, but it could be done
El último martillazo de Warren Earl Burger
Barbara Jordan, Christine Chubbuck, y el final


El 24 de julio, Bob Hadelman. Se mostró bastante cómodo en su comparecencia hasta que el senador Robert Palmer Weicker Jr le sacó a colación un memorando dirigido a él, fechado el 14 de octubre de 1971. Aquel documento consistía en una descripción de las labores previas a una aparición presidencial en Charlotte, Carolina del Norte, en compañía del popular reverendo Bill Graham. Las instrucciones incluían, para sorpresa de todos, el montaje de una manifestación violenta cuyos miembros deberían portar, decía el memorando, signos obscenos. Weicker, señalando al documento, le preguntó a Haldeman si era su letra la que se podía leer en una anotación al margen que decía: Good. A Haldeman no le quedó otra que reconocer que sí, que él habría escrito que le parecía bien que el gobierno de los Estados Unidos fomentaba la producción de falsas protestas en su contra para así apuntalar la teoría de la “mayoría silenciosa”.