miércoles, enero 08, 2020

Isabel al poder (16: reuniones y conciliábulos sin solución)

Otros escalones de esta escalera:

Cuando Isabel de Castilla firmó su conformidad al proyecto de Cabrera de visitar a Enrique IV en Segovia, el 15 de junio de 1473, lo hizo sola, pues Fernando estaba una vez más ayudando en Jordilandia, ya que su padre estaba en Perpiñán rodeado por franceses. Sin embargo, contaba con el hecho de que la opinión pública castellana, por llamarla de alguna manera, olía cada vez con mayor claridad su condición de ganadora en el conflicto con el rey Enrique; aquel verano fueron varias, e importantes, las ciudades que se decantaron a favor de la infanta. Más aún, durante aquellas semanas llegó la última prueba, por si la charlotada de Enrique Fortuna no fuese ya bastante evidente, de que Enrique había perdido la partida: Pacheco contactó con el bando de los esposos para ofrecer su lealtad, a cambio, eso sí, de emparentar con Juan de Aragón mediante la boda de una de sus hijas.

martes, enero 07, 2020

Lo de Elvira Roca Barea

Anda el personal, por lo menos el personal que yo controlo en Twitter, muy activo, escandalizado incluso, con la movida de las críticas que últimamente está recibiendo Elvira Roca Barea,  sobre todo desde que al coro de forçados (puesto que la citan con grandes aspavientos, pero con la intención de inmovilizarla) se ha unido un constante querulante de la prensa hispana, o sea Arturo Pérez-Reverte, quien acusa a la Barea de tratar de blanquear un pasado español que, dice, da bastante asquito; mientras que la apelada es más de la opinión de que ese asco es, más bien, el fruto de la combinación de dos factores: por un lado, la propaganda internacional contra España; y, por otro, la pasión con la que los propios españoles, sobre todo en el proceso de recepción del esquema de pensamiento ilustrado, hemos abrazado esa misma propaganda.