lunes, febrero 11, 2019

Pistoleros de leyenda: Pat Garret

...bueno, como esto ya va siendo toda una serie, aquí tienes otros capítulos.

Billy the Kid
Butch Cassidy
Los Dalton
La familia Earp
Wyatt Earp
Jesse James


Patrick Floyd Garret nació el 5 de junio de 1850 en Chambers County, Alabama. Era uno de seis hermanos, hijos de, dueño de una plantación sureña. Cuando tenía seis años su familia, buscando mejores perspectivas para su negocio algodonero, se trasladó a una finca de 3.000 acres en Luisiana. La guerra civil americana supuso la muerte de su padre y de su madre, por lo que Patrick hubo de colocarse muy joven en la tienda de la plantación, a tiempo completo. Ese trabajo, sin embargo, no era suficiente para sus demandas de dinero, o tal vez de ilusión; el caso es que pronto hizo como otros muchos estadounidenses y decidió marchar hacia el Oeste. Allí pasó años colocado como un auténtico cow boy en el conocido como Texas Panhandle o Mango de Texas. También fue allí cazador de búfalos hasta que recaló en Fort Sumner, Nuevo México, donde de nuevo fue ganadero, camarero e, incluso, emprendedor, puesto que abrió un pequeño restaurante. Con 29 años de edad se casó por primera vez con una mujer apenas adolescente que murió en el parto de su hijo; pero se casó muy pronto de nuevo.


El primer enfrentamiento armado en el que participó ocurrió en noviembre de 1876, en Fort Griffin, Texas. Para entonces, Garret llevaba tres años cazando búfalos en la zona. Una mañana de otoño, un trabajador irlandés llamado Joe Briscoe estaba lavando sus ropas en un arroyo embarrado. Garret, que lo vio, comentó, en tono despreciativo, que sólo un sucio irlandés lavaría sus ropas en un agua tan sucia. Ambos se pelearon accordingly. Mientras la cosa fue de puños, Garret llevó las de ganar, pues era mucho más grande. Pero llegó un momento en que Briscoe se echó hacia atrás y cogió un hacha. Garret, viéndolo venir, le disparó con su rifle, y lo mató.

La vida del Pat Garret de juventud no se puede entender sin Billy the Kid. No sólo Garret fue quien, al fin y a la postre, acabó con la vida del pistolero, sino que antes tuvieron mucha relación. De hecho, en aquella época Pat y Billy eran conocidos en el área de Lincoln County como Big Casino y Little Casino, alusión a que uno, Pat, era alto; y el otro, Billy, tiraba a retaco.

Aquel 1880, los ciudadanos del condado de Lincoln eligieron sherrif a Pat Garret. Lo hicieron porque estaban un poco hasta los huevos de la inseguridad ciudadana rampante que se producía en toda la zona, y conscientes de que quien estaba mejor dotado para capturar y/o matar al puto Billy de los cojones era, precisamente, su antiguo amigo. De hecho, ya en diciembre de aquel año, Garret y sus adjuntos estuvieron a punto de capturar a Tom O'Folliard, uno de los miembros de la banda de Billy.

Antes de su acción más famosa, en todo caso, todavía estuvo Garret implicado varias más, relacionadas, o no, con su antiguo amigo.

El primer caso ocurrió en Puerto de la Luna, Nuevo México. Garret y su adjunto Barney Mason habían llevado unos prisioneros a esta población, que está a unos 60 kilómetros de Fort Sumner. Cuando ambos estaban relajándose en una tienda donde querían comprar algunas cosas, uno de los delincuentes más famosos de Puerto de la Luna, el mexicano Mariano Leiva, entró en el establecimiento y gritó que no había en el mundo un gringo capaz de arrestarlo. De hecho, salió a la calle y gritó que ni siquiera Pat Garret podría con él.

Garret, en una escena muy de película, salió al porche, agarró a Leiva, le arreó un hostión y lo tiró sobre el barro de la calle. Leiva, desde el suelo, sacó su revólver y disparó un tanto locamente. Garret sacó el suyo y disparó dos veces: la primera le dio en un pie, y la segunda en el brazo izquierdo. Garret lo dejó marcharse, aunque Leiva terminaría enfrentándose a una multa de 80 dólares por tentativa de asesinato.

A continuación, el 19 de diciembre de aquel 1880, Garret dirigía un posse, una partida de persecución, en Fort Sumner, buscando a la banda de Billy el Niño. Garret decidió esperarlos en un edificio de la población que antiguamente había sido hospital donde la mujer del lugarteniente de Billy, Charlie Bowdre, tenía una habitación. Se pusieron a jugar a las cartas, pero a eso de las ocho de la noche se dieron cuenta de que alguien se acercaba. Garret ordenó a todo el mundo que cogiera sus armas y saliese al porche.

Dos hombres de Billy, Tom O'Folliard y Tom Pickett, iban al frente de la partida de bandidos. Cuando llegaron al porche, Garret les dio el alto. O'Folliard hizo el gesto de ir a sacar su pistola, pero tanto Garret como su adjunto Lon Chambers, que lo vieron, dispararon antes. Eran seis cuatreros en total, incluido el propio Billy, y todos salieron a la naja en medio de los disparos de Garret y los suyos, quienes únicamente lograron herir a Pickett y matar al caballo de otro de ellos, Dave Rudabaugh. Ambos, sin embargo, consiguieron escapar con Billy, Bowdre y Billy Wilson. No así O'Folliard. O bien Garret o bien Chambers le había acertado en el pecho; así pues, tras unos primeros pasos de escape, volvió grupas al caballo y regresó hacia los agentes de la ley, afirmando que estaba herido de muerte. Garret y los suyos lo bajaron del caballo y lo metieron en el edificio, tras lo cual recomenzaron la partida de cartas. O'Folliard murió allí unos minutos después.

Cuatro días después, en el maloliente lugar de Stinking Springs, por la misma zona, Garret y los suyos encontraron en la nieve la pista de los caballos de la banda de Billy el Niño, y la siguieron hasta una cabaña de piedra. Rodearon la cabaña en la noche, y Garrett ordenó a todos que disparasen a matar a Billy cuando saliese por la mañana.

A la mañana siguiente, sin embargo, el primero que salió de la casa fue Bowdre, que era más o menos de la apariencia de Billy. Garrett dio la señal de fuego e, inmediatamente, el pecho de Bowdre recibió dos balas; el impacto lo hizo recular de nuevo hacia dentro de la casa. Segundos después, Billy Wilson, desde dentro, gritó que Bowdre estaba agonizando, y que quería salir. Garrett le gritó que saliese con las manos en alto. Efectivamente, Wilson sacó hacia afuera al moribundo Bowdre, que fallecería unos cinco minutos después.

Los tres fugitivos que quedaban dentro tomaron sus caballos para escapar; pero cuando apareció el primero a la vista de los agentes de la ley, Garrett mató al animal. Así pues, se quedaron dentro. Garrett le preguntó a Billy el Niño qué tal les iba y éste, sardónico, contestó que "estamos bien, pero no tenemos madera para el desayuno". En la tarde, sin embargo, puesto que no habían comido en todo el día, se rindieron. No obstante, como ya sabemos, Billy se escaparía de la cárcel.

Como ya hemos contado, Garret, en efecto, fue finalmente capaz de apresar a Billy y meterlo en la cárcel; pero éste se escapó de la celda, no sin antes cargarse a dos de sus guardas. Esta huida comenzó la caza final del pistolero por Garret, quien acabó matándolo la noche del 14 de julio de 1881 en un rancho de Fort Sumner donde vivía la amante mexicana de Billy.

Lo que se sabe menos son las consecuencias que tuvo para Garret llevar a cabo esa acción. La pasión de los estadounidenses por sus pistoleros, que viene a recordar la que ya antes habían tenido, y tienen en el presente, muchos ciudadanos en favor de figuras impresentables como los piratas y bucaneros, hacía que muchos de los contemporáneos de Billy el Niño lo admirasen. La gente básicamente pollas y desinformada, que a finales del siglo XIX leía folletines obra de escritores a tanto la línea y a principios del siglo XXI tiene cuenta en Twitter; esa gente, digo, tenía y tiene cierta tendencia a ver en los puros y duros criminales a personas con altas motivaciones que en realidad nunca tiene. Ni Jesse James ni Billy el Niño tenían ni un adarme de voluntad de ser como modernos Robin Hoods (como tampoco la tenía, de hecho, el propio proscrito de Sherwood); pero, aun así, la gente les creía. La consecuencia de todo esto, para Garret, fue que, una vez realizada su acción, en realidad los mismos habitantes de Lincoln County que le habían votado para que matase a Billy, dejaron de hacerlo porque lo había matado (y aquí tenemos otro de los mantras del personal, eso de que la gente, cuando vota, nunca se equivoca). Ni siquiera los políticos republicanos de Nuevo México, principales adalides del orden, lo apoyaron. Garret tuvo que contratar abogados para conseguir cobrar la recompensa ofrecida por Billy e, incluso, le encargó al periodista Ash Upson que escribiese una biografía del pistolero; trabajo para el cual Upson se pasó catorce años en casa de Garret, a la sopa boba.

Con los ahorros que acumuló y lo que pudo pillar, Garret montó tras la muerte de Billy un rancho en Fort Stanton. En 1884, las autoridades lo contrataron para que se pusiera al frente de una partida de Texas Rangers, a la que se le dio la misión de limpiar la frontera del Estado con Nuevo México de ladrones de ganado. Después de eso, Garret fue capataz del rancho de un propietario inglés y trató, sin éxito, de promover proyectos de irrigación en el valle del Pecos.

En 1890, se presentó como candidato a sheriff por el condado de Chaves, pero fue vencido por su rival; un tanto amargado, se trasladó a un rancho de caballos en Uvalde, Texas. Allí se hizo amigo de un político local, John Nance Garner, un joven que cuatro décadas después llegaría a presidente de la Cámara de Representantes y a vicepresidente de Franklin Delano Roosevelt; Garner le ayudó a ser elegido, en 1894, comisionado del condado. Abandonó ese puesto, sin embargo, dos años después, para ir a Nuevo México a una nueva misión de orden.

Un juez, Albert J. Fountain, y su hijo, habían desaparecido en el área de White Sands; se presumía que ambos estaban ya muertos. Garret fue nombrado sheriff del condado de Doña Ana, con el objetivo de capturar a los culpables. El caso, sin embargo, nunca fue aclarado, y Garret ya no fue reelegido.

Tras eso, Garret regentó un establo para calesas en Las Cruces, hasta que el presidente Theodor Roosevelt le concedió un permiso comercial en El Paso. En 1905 intentó poner en marcha un rancho más, pero para entonces estaba casi arruinado. A causa de sus problemas económicos, en 1908, en Las Cruces, Nuevo México, tuvo una fuerte discusión con un vecino, quien le disparó y lo mató.

Garrett había alquilado un trozo de tierra a Wayne Brazel. Brazel, sin embargo, decidió hacerse pastor de cabras y, con toda naturalidad, considerando que la tierra era suya, emplazó los rebaños allí mismo para que pastaran. Esto comenzó una batalla legal entre inquilino y arrendatario sobre el derecho de las cabras a estar ahí. En medio del problema se metieron dos hombres de no muy buena reputación, Jim Killer Miller y Carl Adamson.

Garrett, Brazel y Adamson se fueron un día a cabalgar en los alrededores de Las Cruces para reconocer los terrenos. En un momento dado, Garret se paró y se bajó del caballo para mear. Mientras lo estaba haciendo, una bala le entró por la parte posterior de la cabeza, reventándole un ojo al salir. Aun le dispararon una segunda vez, en la barriga. Brazel aduciría que lo había matado en defensa propia, pero la versión más comúnmente aceptada es que fue un asesinato por encargo, y que Miller estaba escondido en algún lugar cercano y fue el autor de los disparos.

En las vidas combinadas de Billy el Niño y su captor, Pat Garret, es digno de observarse la escasa épica que se puede encontrar. Billy fue muerto vestido apenas con un par de calcetines, y Garret murió mientras orinaba. En el Oeste americano, la verdad, hubo poco, si es que hubo algo, de nobles duelos en igualdad de condiciones, dos tipos caminando frente a frente en una calle a ver cuál sacaba primero. De lo que hubo mucho fue de disparos a la espalda, jugadas de ventaja, gentes asesinadas con el ciruelo colgando y personajes abyectos que aprovechaban cualquier ventaja para sí.

Y luego dicen que es nuestra Historia la que da pena.

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