Las primeras relaciones
Reyes y revoluciones
Nunca te fíes de un francés
Nguyen Ai Doc
Tambores de guerra
El tsunami japonés
Grandeza y miseria de la Kempeitai
El Viet Minh
Los franceses hacen lo que mejor saben hacer (no definirse)
Dang vi qui, o sea, naniyori mo hitobito
El palo y la zanahoria comunistas
Puchimones contra podemitas
Aliados a pelo puta
Franceses y comunistas chapotean para no ahogarse
Vietnamitas listos + británicos estúpidos + periodistas gilipollas = muertos a decenas
Si tu ne voulais pas de bouillon, voici deux tasses
Francés busca indochino razonable
Los problemas del comunismo que se muestra demasiado comunista
Echa el freno, Madaleno
El factor chino
El factor USA
El problema de las tres mareas
Orchestal manoeuvres in the dark
O pacto, o guerra
El acuerdo de 6 de marzo
Buen rollito por cojones
El Plan Cédiletxe
No nos queremos entender
Dalat
Las inquietudes y las prisas del almirante D’Argenlieu
Calma tensa
La amenaza nacionalista
Fontainebleau bien vale unos chinos
Francia está a otras cosas
Memorial de desencuentros
Maniobras orquestales en la oscuridad (sí, otra vez)
El punto más bajo de la carrera de Ho Chi Minh
Marchemos todos, yo el primero, por la senda dictatorial
El doctor Trinh, ese pringao
D’Argenlieu recibe una patada en el culo de De Gaulle
Allez les bleus des boules!
París no se entera
Si los Charlies quieren pelea, la tendrán
Give the people what they want
Todas las manos todas, amigo vietnamita
No hay mus
El comunista le come la tostada al emperador
El momento del general Xuan
Conditio sine qua non con un francés: cobra siempre por adelantado
La ocasión perdida
El elefante chino entró en la cacharrería
El 17 de mayo, el periódico oficialista Journal de Saïgon dejaba clara la postura existente en Conchinchina mediante un comentario bajo el seudónimo Haag, en el que se decía que Ho Chi Minh apenas dirigía un gobierno “dislocado y ambulante”, y expresaba el deseo de que se formase “una suerte de agrupación que sintetizase todas las tendencias”. Fue claramente un mensaje de los franceses a sus vietnamitas más cercanos, y éstos lo entendieron tout de suite. El día 20, el Frente de Unión Nacional, más concretamente Nguyen Van Sam en condición de su delegado en Conchinchina, lanzó un manifiesto anti Viet Minh. Se acusaba al movimiento de ser un gobierno comunista que realizaba una política “partisana y totalitaria”. Además, se saludaba al “ciudadano Vinh Thuy” como “un patriota ardiente y un hombre por encima de los partidos”. Una semana antes, coincidiendo con la llegada de Bollaert a Hanoi el 14, el periódico nacionalista Thoi Su había publicado un número especial en el que hacía una llamada a los ex diputados que habían conformado la oposición en la Asamblea de Viet Nam para que diesen un paso al frente, citando a Tran Quoc Bao, Vong Quoc Thai y Nghiem Van Nhan.