jueves, marzo 26, 2015

Microhibernación primaveral

Este blog entrará en una fase letárgica durante las próximas dos semanas. La primera de ellas, la siguiente, encuentra su obvia razón en que es tiempo de solaz que tengo la intención de aprovechar. La segunda, bueno, tiene que ver con cierta afición que he adquirido últimamente a perforarme la próstata de cuando en cuando. No sé si me explico.

No obstante, para drogodependientes varios, aquí queda la información de que en la biblioteca del blog he colgado un pdf con el texto completo de las veintipico entregas que en su día tuvo la biografía de Leónidas Breznev, camarada primer secretario general del Partido Comunista de la Unión Soviética. Así pues: lo pilláis, lo metéis en el ebook, y lo mismo tenéis para un rato.

Hay otra novedad, pero la verdad es que no me decido. Me explico, aunque creo que ya lo he hecho con anterioridad. He terminado la traducción (amateur) de un texto que fue publicado por la Atlantic Review norteamericana en un número editado en 1936. Su autora es Megan Laird, persona sobre la que he intentado, sin éxito, averiguar cosas. En 1936, Megan estaba casada con un italiano y llevaba una vida indolente entre Barcelona y la playa de Sitges, sin preocuparse demasiado, por lo que se ve, de su hijo casi recién nacido, de quien se ocupaba una mucama española que tenían alquilada en la ciudad condal.

El caso es que a la pobre Megan el estallido de la guerra civil casi la pilla en la playa y casi, como quien dice, en bragas. Todo ocurre cuando ellos están en su casa, muy cerca del convento de los Carmelitas (uno de los centros de la resistencia golpista). La cosa es que al final lograron salir de Barcelona, pero después de bastantes días y no sin dificultades. A su regreso, como digo, Laird publicó un relato de lo vivido que, si no es de mucha calidad literaria, tiene el valor de ser un testimonio de primera mano de las primeras horas de la guerra civil en Barcelona.

El problema que tengo es que este texto pertenece a Atlantic Review, que es una publicación que todavía existe. La traducción, entiendo, me pertenece a mí, que la he hecho, pero el texto es propiedad de la revista y, consecuentemente, entiendo que no lo puedo publicar sin su consentimiento. Les he escrito varias veces, pero nunca he conseguido que me contestasen.

En fin, voy a ver si estos días de asueto prostático tengo un rato para repasar este tema desde el punto de vista jurídico legal y, si veo que hay posibilidades, os lo cuelgo.

2 comentarios:

  1. Anónimo11:50 a.m.

    Pues la verdad el relato del que hablas me vendría muy bien para el pedazo mono que voy a tener estas dos semanas. No, pero en serio, no me importa porque la verdad eres muy constante con el blog pero ya sabes que uno siempre quiere más. Saludos del Kaiser.

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  2. Espero que lo de la próstata resulte bien. Un saludo, y hasta la vuelta.

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