martes, noviembre 21, 2006

Curiosas ausencias

Navegando que te navegaré, acabé hace unos días en la página oficial del partido Socialista Obrero Español (PSOE), o sea http://www.psoe.es/. Estaba buscando referencias históricas y quedé, cómo no, decepcionado. Nuestros partidos políticos actuales, y me refiero específicamente a aquéllos que tienen una larga historia detrás, están lógicamente muy interesados en poner a disposición del público sus propuestas para la mejora del acceso a la vivienda o su visión de la seguridad ciudadana, hemos éstos de gran importancia presente; pero no parecen tener ninguna pulsión acerca de la importancia pasada.

Nuestros políticos no parecen darse cuenta, o no quieren, de que la imagen del investigador histórico, especialmente el amateur que, como yo, no vive de esto y por lo tanto no tiene mañanas para ir a donde quiera a tomar notas; esa imagen, digo, ha cambiado. Hoy, el investigador histórico ya no es sólo el tipo embutido en legajos o cajas de documentación; también es una persona que, con paciencia y esfuerzo, navega con su ordenador desde su casa, bajándose e imprimiéndose imágenes de documentos para su estudio y cotejo.

En fin, además de esta crítica, que hago extensiva a todas las fuerzas políticas de este país con más de treinta años de historia, que son unas cuantas, así como a fundaciones varias, me gustaría detenerme sobre la visión que el PSOE tiene de sí mismo y de su pasado. Está en el subapartado Historia del apartado Nuestro Partido. Allí, a base de textos breves, se cuenta la Historia del PSOE en sus diversas etapas. A continuación os copio todos los textos hasta la muerte de Franco. Todas las cursivas y negritas que leeréis son mías, y después del texto explicaré por qué.




«El Partido Socialista se fundó clandestinamente en Madrid, el 2 de mayo de 1879, en torno a un núcleo de intelectuales y obreros, fundamentalmente tipógrafos, encabezados por Pablo Iglesias.
El primer programa del nuevo partido político fue aprobado en una asamblea de 40 personas, el 20 de julio de ese mismo año.

El PSOE fue así uno de los primeros partidos socialistas que se fundaron en Europa, como expresión de los afanes e intereses de las nuevas clases trabajadoras nacidas de la revolución industrial.

Desde entonces, ha orientado su labor hacia el logro de los grandes ideales emancipatorios del socialismo, con los cambios lógicos de estrategia que los momentos históricos han impuesto en cada caso, y que libre y democráticamente han decidido el conjunto de los afiliados.

Desde su fundación en 1879, el Partido fue aumentando el número de sus militantes y asentando su base teórica. La necesidad de defender adecuadamente los derechos de los trabajadores impulsó la creación de una organización sindical socialista. Así nació la Unión General de Trabajadores (UGT), cuyo Congreso fundacional se celebró en Barcelona, en 1888.

En las elecciones de 1910, Pablo Iglesias obtuvo un escaño y se convirtió en la primera voz del movimiento obrero español que se pudo oír en el Parlamento.

Esta progresiva implantación del socialismo español fue permitiendo plantear una importante crítica social y una creciente contestación popular a las limitaciones políticas de la Restauración, cuyo sistema permitía que los derechos civiles fueran burlados y que se produjese el reparto de poder entre los partidos liberal y conservador y el turno en el desempeño de las tareas de Gobierno.

La condición no beligerante de España durante la Primera Guerra Mundial, iniciada en 1914, hizo posible un cierto desarrollo económico que permitió amasar importantes fortunas a determinados sectores de la burguesía, mientras que los trabajadores sufrían las consecuencias de una tremenda subida de precios, que disminuía por días la capacidad adquisitiva de sus salarios. El malestar ante esta situación, junto a la creciente demanda de libertades más efectivas planteada por amplios sectores de la población, crearon un ambiente de movilización social a favor de un cambio político, a cuyo frente se pusieron el PSOE y la UGT, encabezando un movimiento huelguístico que conmocionó a la burguesía en agosto de 1917 y que fue duramente reprimido.

Los acontecimientos de la Revolución Rusa de octubre de 1917 y la fundación de la III Internacional por Lenin introdujeron elementos de división en el movimiento obrero internacional. En España, el intento de "dirigismo" de la Internacional Leninista suscitó un vivo debate en el PSOE, que dio lugar a que los partidarios de Lenin en este Partido lo abandonaran para fundar el Partido Comunista de España (PCE).

Tras los siete años de dictadura militar del general Primo de Rivera, la alternativa republicana, apoyada por el PSOE, triunfa en las elecciones del 14 de abril de 1931, dando lugar a la inmediata instauración de la II República, en un clima de entusiasmo popular.

Los candidatos socialistas en coalición con los republicanos obtienen 115 escaños en el Parlamento. Juntos emprenden una decidida política de reformas impulsada por un Gobierno en el que están presentes tres ministros socialistas: Largo Caballero, Indalecio Prieto y Fernando de los Ríos.

Esas reformas, especialmente la Reforma Agraria y la Legislación Laboral, son contestadas con una dura oposición por las fuerzas políticas de derechas.

La CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas) obtendrá un importante apoyo en las elecciones de noviembre de 1933, dando lugar al desplazamiento de las fuerzas progresistas del poder.

El endurecimiento de las posiciones conservadoras y el fuerte impacto popular causado por la represión de la revolución de Asturias, provocaron la unión de las fuerzas progresistas republicanas en un único bloque político: el Frente Popular, que ganó las elecciones de 1936, lo que permitió continuar la política de reformas iniciada en 1931. Sin embargo, estas expectativas se vieron truncadas por el golpe de estado militar que, alentado por la derecha española, sumió al país en una cruenta guerra civil que se prolongó desde 1936 a 1939.

El apoyo del fascismo internacional a Franco, la inhibición de los países democráticos, la mayor disponibilidad de recursos económicos de los sublevados y otros factores, dieron lugar, tras largos y duros combates, a la derrota del Gobierno de la República.

El desenlace de la guerra civil abrió un periodo histórico difícil para la sociedad española, en general, y para los socialistas, en particular.

A pesar de ello, siguieron combatiendo en la clandestinidad o desde el exilio. En 1953, Tomás Centeno, Secretario General de UGT y dirigente del PSOE, moría víctima de la represión en la Dirección General de Seguridad. Dos años después, había en el penal de Burgos más de 1.200 socialistas, llegando a coincidir en las cárceles franquistas un total de seis Comisiones Ejecutivas.

Sin embargo, el PSOE durante el franquismo desarrolló una significativa acción opositora, participando en las huelgas de los años 50 y 60, enfrentándose a la dictadura en condiciones muy duras y sometido a una constante persecución policial.

Ya en los años 70, el PSOE se convierte en una seria amenaza para el declinante régimen franquista, por sus relaciones con las fuerzas democráticas europeas y su imagen de partido socialista democrático dentro de España. En 1974 se celebra en Suresnes (Francia) el 26 Congreso del Partido, que elige a Felipe González Secretario General.

Cuando en 1976 (aún en la clandestinidad), el Partido decide celebrar en Madrid su 27 Congreso, el PSOE está jugando ya un papel fundamental en la vida política española. La legalización del Partido Socialista se produce en febrero de 1977.


La creación, junto con otros partidos democráticos, de una coordinadora común de oposición y negociación, obliga a abrir un proceso de reforma política que desemboca en las elecciones democráticas de 1977, en las que triunfa la UCD, mientras el PSOE se consolida como el primer partido de la oposición.»


Bien. A raíz de este texto, los personajes fundamentales de la historia del PSOE, de 1879 a 1977, fueron:

- Pablo Iglesias, que lo fundó y luego salió diputado.
- Francisco Largo Caballero, que fue ministro en el primer gobierno de la República.
- Indalecio Prieto, por lo mismo.
- Fernando de los Ríos, por lo mismo.
- Tomás Centeno, por ser víctima de la represión franquista.
- Felipe González, por ser elegido secretario general en 1974.

Esta nómina olvida:

- Que Francisco Largo Caballero, además de ser ministro de Trabajo en el primer gobierno de la República, fue Presidente del Gobierno durante la guerra (lo de que fue Consejero de Estado durante la dictadura de Primo de Rivera puedo entender que el PSOE no tenga demasiadas ganas de ponerlo).


- Que Indalecio Prieto, además de ser ministro de Hacienda en los tiempos de la República, fue ministro durante la guerra encargado de la dirección nada menos que de las operaciones bélicas.


- Que hubo un militante del PSOE llamado Juan Negrín (del que, desde luego, el PSOE abomina como si fuese el Maligno) que presidió el Gobierno de España durante buena parte de la guerra.


- Que hubo otro dirigente del PSOE, llamado Julián Besteiro, que fue presidente del Congreso. También es cierto que impulsó y colaboró activamente en el golpe del coronel Casado contra la República. Pero también es cierto que, al final de la guerra, se quedó en Madrid (y fue el único) a enfrentar su destino, muriendo enfermo en la cárcel. En mi opinión, y con todos mis respetos hacia Tomás Centeno y su familia, si hay que citar a un socialista significado muerto por la represión de Franco, ese alguien es Julián Besteiro.

- Que entre Pablo Iglesias, fundador; y Felipe González, secretario general en Suresnes, el PSOE tuvo unos cuantos dirigentes de partido, notablemente el propio Largo Caballero y, por ejemplo, Rodolfo Llopis, que fue SG durante los años de la clandestinidad.

Más allá, las otras itálicas tienen que ver con cosas como:

- No se dice quién organizó la huelga general de 1917 (Largo Caballero, Besteiro y Saborit).


- Se cita de pasada la Revolución de Asturias (se dice que la CEDA la utilizó para su reacción derechista), con lo que el texto pasa de puntillas sobre dos hechos: primero, que la Revolución de Asturias fue un golpe de Estado revolucionario en toda regla, cuyo principal objetivo era hacerse con los edificios principales del gobierno en Madrid; y dos, que el PSOE fue quien organizó aquella movida.

- De hecho, este resumen, ladinamente, trata de desbastar al PSOE de la República de toda veleidad revolucionaria marxista aseverando que los partidarios de Lenin se fueron todos al PCE; y olvida, supongo que interesadamente, que Largo Caballero, o sea su líder, era llamado el Lenin español (también por, entre otros, las Juventudes Socialistas) y que hay mogollón de fotos de la época de manifestaciones en las que su retrato es paseado junto con el del ruso aquél bajito y con barba de chivo.

- Se dice que el PSOE apoyó la alternativa republicana en 1930. Lo cual es verdad, aunque sólo con la puntita. En un texto algo más sincero que éste, debería reconocerse que Indalecio Prieto estuvo en el Pacto de San Sebastián a título personal y que, de hecho, a Largo no le gustó un pelo que hubiese ido.

- Otra verdad a medias, por no decirlo de otra manera, que contiene el texto es la aseveración de que uno de los factores a favor de Franco en la guerra fue «la mayor disponibilidad de recursos económicos de los sublevados». El bando republicano contaba, como acabamos de ver en un reciente post, con un cash de casi 4.000 millones de pesetas de la época y, es más, en el first strike del golpe de Estado, retuvo casi todas, si no todas, las grandes áreas productivas del país, notablemente el norte industrial, Cataluña y Levante. El 19 de julio de 1936, la mayor parte del PIB español era republicana.

- No se rinde el homenaje justo que merece la oposición interna del PSOE en los años difíciles y, muy especialmente, la muy meritoria labor de Antonio Amat (a quien, esto hay que reconocerlo, sí homenajea, un poquito, el Partido Socialista de Euskadi)

Tienen su miga estos textos. Especialmente, como ya he dicho, la actitud que el PSOE guarda hacia Juan Negrín y hacia los oscuros años de la primera posguerra, cuando en el seno del partido pasaron muchas cosas, pocas de ellas agradables (discutieron por la pasta).

Pero yo, que soy no sé si un romántico o un gilipollas, pienso que los partidos políticos tienen una responsabilidad que va más allá de la que puedan tener otras instituciones más de medio pelo. Es difícilmente creíble en el presente un partido político que es incapaz de asumir su Historia; y yo creo que todos, racionalmente, podemos reconocer, sin problemas, que en cien años de Historia no es que pueda haber, es que tiene que haber momentos oscuros.

9 comentarios:

  1. Anónimo12:30 a.m.

    Hmmmm, JdJ, sería interesante que explicaras igual la historia del resto de partidos, PP, (a mí en particular, por ser catalán, también me interesan las de CiU y Esquerra Republicana ...)

    Pero lo dejo a tu libre albedrío :-)

    Salud!

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  2. Hay un terreno pantanoso aquí, Omalaled, que es el de las herencias.

    La mayoría de los partidos políticos actuales no son herederos de nada, cuando menos directamente. Discutir sobre cuál es la referencia histórica del PP, por ejemplo, nos llevaría a una discusión interminable de fuertes tintes ideológicos. Con Convergência i Unió me parece que pasa lo mismo, especialmente con la C. No así, ciertamente, con Esquerra, aunque también, porque, si bien Esquerra se dice herederera de sí misma, hay quien piensa que también recoge una parte del destilado de cuando menos otra formación: Estat Catalá.

    El PNV no tiene problemas con esto. Ahora bien, sin embargo, ebn Galicia no está nada claro quiénes son hoy, los herederos de Castelao.

    Es un fenómeno muy curioso que demandaría de una reflexión más profunda. Es como si la política española, cada medio siglo más o menos, hiciese borrón y cuenta nueva y empezase de nuevo. ¿A quién votaría hoy un votante de la Lliga Regionalista de Cambó? ¿A quién un votante del Partido Radical de Lerroux? Estamos hablando de las dos fuerzas, por así decirlo, fundacionales del catalanismo y el republicanismo español.

    El PSOE, en mi opinión, destaca dentro de esta movida por su voluntad, que nunca ha escondido, de utilizar su Historia como argumento a su favor. Y me llama la atención, repito como ya escribí en el post, que directamente se olvide de que dos de sus destacados miembros fueron presidentes del Gobierno. Es como si la semblanza de la web informase de que Rodríguez Zapatero fue elegido diputado en la legislatura tal y luego no dijese que es presidente del gobierno desde el 2004.

    O si Izquierda Republicana, que es un partido existente y tiene página web, se olvidase de que una vez un miembro suyo, de nombre Manuel Azaña, fue jefe de gobierno y presidente de la Republica.

    Es, como poco, muy curioso.

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  3. Anónimo10:32 a.m.

    Para reconstruir la historia del PSOE mejo es recurrir a otros sitios, como el de la Fundación Pablo Iglesias, más centrados en la investigación histórica. Fíjate por ejemplo lo que daría la mera historia de la prensa socialista, de sus principales figuras, entre las que están un Zugazagoitia o un Cayetano Redondo, alcalde socialista de Madrid fusilado por los franquistas, un Cruz Salido, etcétera. Muy interesante tu crítica.

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  4. Anónimo12:39 p.m.

    Gracias por las aclaraciones, JdJ. Me ha gustado el comentario que "Es como si la política española, cada medio siglo más o menos, hiciese borrón y cuenta nueva y empezase de nuevo."

    Casi es generalizable a la historia, ¿no crees?

    Salud!

    P.D. Te está quedando un blog de campeonato :-)

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  5. Anónimo3:29 p.m.

    Una entrada muy reveladora JdJ.

    Te agradeceri'a q me desasnases un poquito ma's todavi'a: cual crees q es el motivo de la ausencia tan notoria de Negri'n en la web del PSOE?

    Evidentemente su gestio'n en tiempo de guerra no tuvo nada de ejemplar. Con su condescendencia medraron conflictos sangrientos dentro del propio bando republicano. Pero otras maniobras como el desfalco de oro del Banco de Espanya hacia Rusia bien podri'a haber sido la mejor garanti'a de preservar esos fondos durante todo el curso de la guerra (aunq seguro q hay diversidad de opiniones).

    Quiero decir q como casi todas las personas tuvo sus luces y sombras. Si se trata de enaltecerlas basta con omitir las sombras (como tu mismo comentabas por el caso de Largo Caballero). Por eso no me explico la total ausencia de referencias a Negri'n.

    (Perdo'n por la ausencia de tildes, enyes y signos de interrogacio'n inversos)
    hurakanpakito

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  6. Creo, Pakito, que yerras el tiro.

    Aunque supone hacer un juicio de intenciones, yo creo que el ninguneo del PSOE hacia Negrín tiene menos que ver con la actuación durante la guerra y más con la posguerra (1). En las primeras décadas de exilio y clandestinidad, el PSOE se consumió en varias luchas internas, primero por el mando en la organización, segundo por la estrategia frente a las potencias democráticas (sobre todo Reino Unido y Estados Unidos) y tercero por la actitud hacia el resto de la oposición al franquismo, puesto que hubo fuerzas socialistas (Tierno Galván y su Partido Socialista del Interior, que luego se llamó Partido Socialista Popular PSP) que no sólo propugnaron muy pronto la concordia, sino que incluso llegaron a defender que era posible una solución democrática que aceptase la vuelta de la monarquía.

    Con todo, la discusión más agria fue por el dinero. Nadie sabe a ciencia cierta, a día de hoy, cuánto dinero tenían los exiliados, y muy especialmente algunos socialistas por razón de su protagonismo gubernamental durante la guerra. Hubo diferentes gestiones, sobre todo la que en Francia y Suiza realizó Negrín y que fue de corte restitutivo (no sólo me refiero a la documentación sobre el oro de Moscú, sino también la devolución de la CHADE); y la de Prieto en México, que utilizó el dinero para ayudar a los exiliados.

    Es obvio que la línea de la que procede el PSOE actual, orgánica e históricamente, es la prietista. Ésta es la razón, en mi opinión, de que en Madrid, en Nuevos Ministerios, haya una estatua que celebra al Indalecio Prieto ministro de Obras Públicas (pero no la hay en el de Defensa, a pesar de que lo fue durante la guerra, puesto mucho más importante históricamente); y otra de Largo Caballero, celebrando al ministro de Trabajo (pero no tanto al presidente del Gobierno, que también fue).

    No hay noticias, que yo sepa, de que ni el gobierno del PSOE ni la oposición del mismo partido en el Ayuntamiento de Madrid haya querido jamás seriamente impulsar la colocación de estatua alguna de Juan Negrín, ni en la explanada de Castellana 162, donde hay sitio (ministerios de Industria y Economía y Hacienda; Negrín lo fue de Hacienda). Ni en ningún otro lugar de la ciudad, en consideración a que fue, nada menos, presidente del Gobierno de España.

    Más aún. Como ya he escrito en otro post, el gran protagonista de la Generalidad de Cataluña en la guerra y después fue Josep Tarradellas. Quizá por eso en Barcelona hay una avenida Josep Tarradellas.

    Coge el callejero de Madrid y busca la avenida Juan Negrín.

    (1) Como en todos los juicios históricos, no tomes la frase por lo literal. Es cierto que Negrín sostuvo postulados durante la guerra que no casan con la liturgia ideológica actual de su partido. Para muestra, no paró hasta echar a las Brigadas Internacionales de España, cosa que nuestros políticos de hoy, a los que les cuesta ver los puntos oscuros de aquel movimiento, obviamente no aceptan.

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  7. Anónimo10:30 a.m.

    :)

    Muchas gracias. Asi' da gusto preguntar.
    Por cierto enhorabuena por tu adictivo blog, (tanto por los contenidos, como por el tono).

    hurakanpakito

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  8. La imagen de Negrin quizás no haya pasado a la historia como personaje histórico. De hecho, es curioso que en Canarias de donde era natural Negrín no hay ningún símbolo que lo homenajee, y eso que por aquí se escasea de personajes ilustres.

    Saludos.

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  9. Anónimo12:53 p.m.

    Enrique Moradiellos acaba de publicar una extensa biografía sobre Juan Negrín (no la he leído)

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