miércoles, marzo 12, 2008

Empieza por M...

¿Eres tú mismo catalán o tienes catalanes cerca? Si es así, puedes hacer una pequeña prueba o encuesta. Se trata de hacer una pregunta muy sencilla y esperar la respuesta. Una pregunta que ha de servir para saber qué es lo que sabe un catalán sobre la Historia de Cataluña. Cuanto más nacionalista sea, más divertido será el juego.

La pregunta es: el primer presidente moderno de Cataluña tuvo un primer apellido que empezaba por M. ¿Cuál era?

La inmensa mayoría, por no decir todos, de los catalanes mínimamente versados en su Historia responderán al punto: Macià. Y ése es el momento que tú estás esperando para exclamar: ¡Error!

1874. En España está a punto de llegar un rey joven que trata de colocar las cosas en su sitio después del convulso periodo de la I República. Alfonso XII no las tiene todas consigo. Sabe que su permanencia en el trono no está de ningún modo asegurada. Excelente símbolo del ambiente que se respira entonces en España es una conocidísima anécdota según la cual, desfilando un día el rey por Madrid, observó a un grupo de obreras que lo vitoreaban, con tanta pasión que se acercó a ellas para saludarlas. Cuando les agradeció que gritasen con tanta fuerza sus vítores, ellas le contestaron: «Mucho más alto gritamos cuando echamos a la puta de tu madre».

Uno de los lugares que el monarca mira con el rabillo del ojo es Cataluña. Sabe que los catalanes ambicionan recuperar sus fueros. En marzo de ese mismo año, en Olot, una junta de representantes de las cuatro provincias catalanas se ha reunido y ha decidido reclamar los fueros de Cataluña, petición que han reafirmado en Vich. Alfonso piensa en qué hacer. Pero no piensa muy rápido.

En el fondo de esta actuación late el problema carlista. Yo sé que es fácil caer en la tentación de ver en el siglo XX, con su guerra civil, a la época en que España hirvió como una olla a presión. En realidad, esa realidad le corresponde mucho más al siglo anterior, siglo en el que se produjeron no una, sino tres guerras civiles, casi seguidas, y en el que se generó la pelea entre la España liberal y la conservadora que, de alguna manera, sigue vigente hoy en día. Enfrentamiento que, además, al llegar Alfonso al trono estaba en plena ebullición en su tercer fascículo.

El carlismo es un fenómeno dinástico muy complejo. No se trata sólo de una mera querella sobre quién tiene derecho de sangre a reinar. Simplificando mucho, es una cebolla que, como poco, tiene dos capas más. Por un lado está el tradicionalismo, pues los carlistas decimonónicos son defensores del orden antiguo frente a los cambios de la monarquía liberal (no digamos ya de la república), que consideran peligrosos. No son pocos los momentos de nuestra Historia en los que carlismo y tradicionalismo, siendo en principio ideologías distintas, se han confundido.

La segunda capa, que es la que aquí nos interesa, es la defensa de los fueros. El carlismo propugna el orden antiguo y ésa es una idea especialmente atractiva para todos aquéllos que, en aquellos antiguos tiempos, tuvieron autogobierno. El terreno natural del carlismo es, pues, el País Vasco y Navarra pero, sobre todo, el conglomerado Aragón/Cataluña, centro que fue de una monarquía con fuerza propia, tanta fuerza o más que Castilla. Así las cosas, al rey Alfonso le cayó, con la corona, el marrón de tratar de cerrar esa esclusa para que no se escapase por ahí el agua de la fidelidad dinástica catalana.

Ya hemos dicho que Alfonso piensa demasiado despacio. El 2 de agosto de ese mismo año, la Secretaría de Guerra de Carlos VII, el pretendiente carlista, autoriza la creación de la Diputación catalana.

Aquella Diputación no tuvo una vida fácil. Quede anotado para la Historia que su primera sede estuvo en San Juan de las Abadesas, aunque luego varió mucho de headquarters hasta recalar en Camprodón. Se compuso sólo de siete diputados, a pesar de que la cifra inicialmente pensada fue de 16. Sus nombres eran: Francesc X. Subirá, Joseph Solà, Francesc J. Sitjar, Josep Macià, Joaquim de Rocafiguera, Josep Coronas y Lluis de Cuenca y de Perino.

Al frente de todos ellos, el President. Joan Mestre i Tudela.

Sabemos de Mestre que fue alcalde de Lérida, puesto del que sería destituido tras la revolución de 1868 que conocemos como La Gloriosa. El cese, obviamente, se debió a que Mestre cojeaba del pie carlista, que no fue precisamente el más favorecido con la victoria del liberalismo en España. Así que, una vez cesado como alcalde, pasó a ser jefe de la Junta Provincial ilerdense del carlismo. En aquellos tiempos fue objeto incluso de un atentado contra su vida.

Al crearse la Diputación o Generalitat, Mestre se encontraba retirado de la vida política, tal vez a causa de las lecciones aprendidas tras el atentado, pero fue llamado por los siete diputados.

La figura de Mestre estaba incluso llamada a experimentar cierto paralelismo con el gran protomártir del nacionalismo catalán, Casanova. En 1875, los generales carlistas llamaron a defender la Seo de Urgel, población que había sido tomada por los carlistas algunos meses antes y que estaba cercada por los alfonsinos. El 22 de julio de 1875 los centralistas, un poco hartos de tanta resistencia, tomaron la dura decisión de bombardear la población (con los civiles dentro, por supuesto), bombardeo que provocó un gravísimo incendio. Intentando apagar las llamas y salvar a la gente en la barriada de Castellciutat, Mestre sufrió graves quemaduras.

Una vez caída Seo de Urgel, Mestre fue detenido, si bien, al parecer, fue bien tratado. Y digo al parecer porque, por lo que he podido leer, a partir de ese momento la Historia se lo traga. Hay quien dice que aún vivió quince años más ejerciendo de abogado, pero no lo podría afirmar.

Resulta curioso que este episodio, el que podríamos denominar la Generalitat carlista, sea relativamente poco conocido en los tiempos que corren. Parece lógico que un nacionalismo exalte todos aquellos episodios de su Historia que se parezcan a sus objetivos ideológicos básicos; y éste, me parece a mí, cumple perfectamente esta característica a los ojos de un nacionalista catalán. Prueba de este desconocimiento es un dato tan simple como éste: si le consultamos a Google sobre «Antoni Mestre i Tudela», no nos aparecerá ni una sola página (bueno; a partir de ahora, si el algoritmo de Google funciona bien, ya habrá una, así pues, todos los que en el mundo mundial estén intentando documentarse sobre Antoni Mestre... ¡tendrán que pasar por aquí!). Y con respecto a la actual Generalitat de Cataluña, que yo haya visto ni siquiera lo cita en su repaso de la Historia de Cataluña; aunque cierto es que puedo estar equivocado, porque uno tiene dos ojos, pero no puede leerlo absolutamente todo.

Así que ya sabéis: la respuesta acertada no es Macià, sino Mestre. Antoni Mestre i Tudela. Un hombre que, una vez, fue considerado por los catalanes, o cuando menos por buena parte de ellos, como su President, y así fue tratado y respetado.

9 comentarios:

  1. Anónimo12:27 p.m.

    No es de estrañar que no haya ningúna página acerca de Antoni Mestre, ya que su nombre es Joan Mestre. Del cual si que se encuentra informaciñon, como por ejemplo en la página de la Gran Enciclopèdia Catalana, donde leo que "President" era su apodo, pero en realidad fué vice-presidente de la Diputació General de Catalunya. Además, esta Diputació General no es lo mismo que la Diputació DEL General, o sea la Generalitat, que era el órgano permanente de las cortes catalanas, abolido por Felipe V en el Decreto de Nueva Planta en 1714 y rescatado por Macià y sus colaboradores al proclamar la república catalana en 1931.
    O sea que: ni presidente ni de la generalitat, por lo que el primer presidente de la generalitat moderna sigue empezando por M y sigue siendo Macià.

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  2. Anónimo1:27 p.m.

    "Cuanto más nacionalista sea, más divertido será el juego." Pero qué tontería. Sabes tú algo de los Comuneros?

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  3. Dos o tres cositas:

    A Anónimo 1

    En primer lugar: por supuesto que yo puedo estar equivocado, o lo pueden estar las fuentes que consulto. Pero también lo puede estar la Enciclopedia Catalana. No tengo nada claro que Mestre se llamase Joan, la verdad.

    En segundo lugar: Formalmente Mestre fue, en efecto, vicepresidente de la Diputación, que no es exactamente la Generalitat histórica. Pero lo que sí fue, y para esto no te bastará consultar la Enciclopedia Catalana sino que tendrás que ir a otras fuentes, sobre todo la prensa de la època; lo que sí fue, digo, fue la institución de autogobierno de Cataluña puesta en marcha por los carlistas en sus áreas de dominación en la región, que fueron amplísimas. Insisto en que si leyeses esa prensa, que si por casualidad vives en Cataluña tienes a tu dispo en las hemerotecas, verás claramente que los catalanes carlistas (mayoría en aquel entonces, estimo) no es que le apodaran, es que le consideraban su presidente.

    Que en Cataluña ya no queden carlistas para recordarlo es otra historia.

    A Anónimo 2.

    Pues sí. Sé un poquito de los comuneros, aunque yo los escribo con minúscula. Como me sé otros episodios de raigambre nacionalista como el Corpus de Sangre. De ambos hablaré cualquier día aunque, para tu información, eso de que la revuelta de los comuneros fue una revuelta nacionalista lo creo sólo a medias; para mí que fue una revuelta de contenido más dinástico que nacionalista.

    En todo caso, si te molestas en leer algún que otro post de este blog, comprobarás fácilmetne que soy gallego, así pues el conocimiento de los comuneros no me es compulsory. Yo, los irmandiños y el rey Reckiario.

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  4. Me ha gustado tu entrada y en general tu Blog.

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  5. JdJ: no sé si Mestre se llamaba Antoni o Joan... pero sí que usas ambos nombres en el artículo ;-) Jugando a todas las cartas no vale...

    (Es que si busco «Joan Mestre i Tudela» en google también me sale esta entrada...)

    Saludos,

    H

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  6. Anónimo5:37 p.m.

    Buenas JdJ, soy el anónimo 1, que ahora he visto que no hace falta firmar como anónimo sino se tiene cuenta en blogger.
    Efectivamente veo que no tienes claro si Mestre se llamaba Antonio o Joan, puesto que en el post lo citas con los dos nombres. No seré yo que te contradiga puesto que no conocia de la existencia de este señor, me he limitado a buscar las dos opciones en la Enciclopedia Catalana, que efectivamente puede estar equivocada (aunque dudo que no tenga fuentes contrastadas) y a postear la información que he encontrado.
    Como bién dices la Diputación General fué el órgano con el que los carlistas catalanes (no pocos, y especialmente en el área mencionada, lo sé de buena tinta...) pretendian recuperar los fueros perdidos en 1714. Probablemente la elección de un nombre tan parecido no fué casual. El hecho es que la Diputación General carlista no es reconocida por la Generalitat como órgano continuador de la Diputació del General (aunque probablemente esté más cerca en espíritu que la Generalitat republicana de Macià).
    De hecho la pregunta que planteas es bastante "nitpick" lo cual la hace interesante como juego, puesto que plantea muchas discusiones, como se ve!
    Ahora mismo no vivo en Catalunya, pero voy a ir dentro de un par de días a pasar la semana santa a mi pueblo, que no es otro que Sant Joan de les Abadesses (por eso decía que conozco de buena tinta la influencia de los carlistas en la zona), y puesto que el archivero del pueblo es conocido mío creo que voy a intentar consultar algo acerca de la constitución de la Diputació.
    Si encuentro algo interesante voy a postearlo en otro comentario.
    Por cierto, me encanta el blog, no quiero que mi comentario anterior suene negativo, sino que puestos a "nitpickear" (toma adaptación macarrónica!) vamos a hacerlo todos!
    Un saludo

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  7. Anónimo9:35 p.m.

    Buenas, me encanta tu blog, aunque si me considero un poquito nacionalista -aunque eso no me impide leer de forma crítica la historia- y realmente he contestado Macià a tu pregunta.

    Francesc

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  8. Laura T. Mestre9:33 p.m.

    Hola a todos,

    he caído en este blog justamente porque hoy me ha picado la curiosidad de poner el nombre de mi tatatarabuelo en el google (Joan Mestre i Tudela) a ver qué salía y, bueno... sólo decir que es muy interesante todo lo que he leído, que se tiene que diferenciar la Diputació General de la Diputación del General y que, efectivamente, mi tatarabuelo se llamaba Joan y no Antoni. Tengo en casa de mi abuelo (V.Mestre) documentos que hablan de la vida de mi antepasado, pero ni yo misma, ni creo que tampoco mi abuelo, sabía tantos detalles de su vida (quemaduras y demás). Alguien podría ser tan amable de informarme dónde puedo encontrar información al respecto?

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    1. Anónimo4:40 p.m.

      Laura, acabo de leer tu correo y tb busco información sobre Juan Mestre (o Mestres), que puede ser el Juan Mestre Tudela. En mi caso tengo un tatarabuelo Juan Mestre de Lleida (+hacia 1885) casado con una Vidal; una hija, Dolores Mestre Vidal, casó con Josep Sol Torrents, alcalde de Lérida. Por el lugar, las fechas y la posición familiar cabe que se trate de la misma persona ¿sabes el nombre de la mujer de Juan Mestre Tudela?. Gracias. Martín R

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