miércoles, octubre 29, 2025

Ceacucescu (8): En contra de mi propio gobierno




Rumania, ese chollo
A la sombra de los soviéticos en flor
Quiero rendirme
El largo camino hacia el armisticio
Conspirando a toda velocidad
El golpe
Elecciones libres; o no
En contra de mi propio gobierno
Elecciones libres (como en la URSS)
El último obstáculo, el rey
Con la Iglesia hemos topado
El calvario uniate
Securitate
Yo quiero ser un colectivizador como mi papá
Stefan Foris
Patrascanu y Pauker
La caída en desgracia de Lucretiu Patrascanu
La sombra del titoísmo
Gheorghiu-Dej se queda solo
Ana Pauker, salvada por un ictus
La apoteosis del primer comunista de Rumania
Hungría
Donde dije digo…
El mejor amigo del primo de Zumosol
Pilesti
Pío, pío, que yo no he sido
Trabajador forzado por la gracia de Lenin
Los comienzos de la diferenciación
Pues yo me voy a La Mutua (china)
Hasta nunca Gheorghe
El nuevo mando
Yo no fui
Yo no soy ellos
Enemigo de sus amigos
Grandeza y miseria
De mal en peor
Esos putos húngaros
El puteo húngaro
El maldito libro transilvano
El sudoku moldavo
La fumada de Artiom Lazarev
Viva Besarabia libre (y rumana)
Primeras disidencias
Goma
Los protestantes protestan
Al líder obrero no lo quieren los obreros
Brasov
No toques a Tokes
Arde Timisoara
El derrumbador de iglesias y monasterios
Qué mal va esto
Epílogo: el comunista que quiso sorber y soplar a la vez

 

El gobierno rumano se negaba a las medidas exigidas por los soviéticos argumentando que, de llevar a cabo purgas tan profundas, el Estado sufriría una peligrosa esclerosis. Sin embargo, los comunistas no renunciaron, y comenzaron a organizar manifestaciones y protestas específicamente dedicadas a figuras que querían ver afectadas por las purgas (porque el Catón comunista nos dice bien claro que eso de señalar y cancelar sólo está mal hecho cuando se lo haces a Pablo Iglesias). Por ejemplo, se centraron en el nuevo ministro del Interior, Nicolae Petrescu, que era miembro del Partido Agrario; un hombre que era vehementemente anti comunista.

martes, octubre 28, 2025

Ceaucescu (7): Elecciones libres; o no




Rumania, ese chollo
A la sombra de los soviéticos en flor
Quiero rendirme
El largo camino hacia el armisticio
Conspirando a toda velocidad
El golpe
Elecciones libres; o no
En contra de mi propio gobierno
Elecciones libres (como en la URSS)
El último obstáculo, el rey
Con la Iglesia hemos topado
El calvario uniate
Securitate
Yo quiero ser un colectivizador como mi papá
Stefan Foris
Patrascanu y Pauker
La caída en desgracia de Lucretiu Patrascanu
La sombra del titoísmo
Gheorghiu-Dej se queda solo
Ana Pauker, salvada por un ictus
La apoteosis del primer comunista de Rumania
Hungría
Donde dije digo…
El mejor amigo del primo de Zumosol
Pilesti
Pío, pío, que yo no he sido
Trabajador forzado por la gracia de Lenin
Los comienzos de la diferenciación
Pues yo me voy a La Mutua (china)
Hasta nunca Gheorghe
El nuevo mando
Yo no fui
Yo no soy ellos
Enemigo de sus amigos
Grandeza y miseria
De mal en peor
Esos putos húngaros
El puteo húngaro
El maldito libro transilvano
El sudoku moldavo
La fumada de Artiom Lazarev
Viva Besarabia libre (y rumana)
Primeras disidencias
Goma
Los protestantes protestan
Al líder obrero no lo quieren los obreros
Brasov
No toques a Tokes
Arde Timisoara
El derrumbador de iglesias y monasterios
Qué mal va esto
Epílogo: el comunista que quiso sorber y soplar a la vez

 

La revolución rumana fue una revolución democrática. El rey Miguel y la mayoría de los conspiradores integrados en el Bloque Democrático eran, efectivamente, personas comprometidas con la idea de impulsar en el país un régimen de libertades que contrastase vivamente con la dictadura militar que había implantado de facto Ion Antonescu. Sin embargo, apenas seis meses después de su victoria, estaban bajo otra dictadura.

lunes, octubre 27, 2025

Ceaucescu (6): El golpe




Rumania, ese chollo
A la sombra de los soviéticos en flor
Quiero rendirme
El largo camino hacia el armisticio
Conspirando a toda velocidad
El golpe
Elecciones libres; o no
En contra de mi propio gobierno
Elecciones libres (como en la URSS)
El último obstáculo, el rey
Con la Iglesia hemos topado
El calvario uniate
Securitate
Yo quiero ser un colectivizador como mi papá
Stefan Foris
Patrascanu y Pauker
La caída en desgracia de Lucretiu Patrascanu
La sombra del titoísmo
Gheorghiu-Dej se queda solo
Ana Pauker, salvada por un ictus
La apoteosis del primer comunista de Rumania
Hungría
Donde dije digo…
El mejor amigo del primo de Zumosol
Pilesti
Pío, pío, que yo no he sido
Trabajador forzado por la gracia de Lenin
Los comienzos de la diferenciación
Pues yo me voy a La Mutua (china)
Hasta nunca Gheorghe
El nuevo mando
Yo no fui
Yo no soy ellos
Enemigo de sus amigos
Grandeza y miseria
De mal en peor
Esos putos húngaros
El puteo húngaro
El maldito libro transilvano
El sudoku moldavo
La fumada de Artiom Lazarev
Viva Besarabia libre (y rumana)
Primeras disidencias
Goma
Los protestantes protestan
Al líder obrero no lo quieren los obreros
Brasov
No toques a Tokes
Arde Timisoara
El derrumbador de iglesias y monasterios
Qué mal va esto
Epílogo: el comunista que quiso sorber y soplar a la vez

 


Cuando el mariscal Antonescu se presentó ante el rey, dijo, como primera providencia, que él se negaba en redondo a pactar armisticio alguno sin mantener informado a Hitler. El rey Miguel retrucó haciéndole ver que, en realidad, no se trataba de lo que se quisiera o no se quiera hacer, sino del hecho de que no había tiempo de hacer nada. Las tropas soviéticas eran ya dueñas de partes importantes del país; el armisticio debía firmarse inmediatamente, y no había tiempo para montar videoconferencias con nadie.

viernes, octubre 24, 2025

Ceaucescu (5): Conspirando a toda velocidad




Rumania, ese chollo
A la sombra de los soviéticos en flor
Quiero rendirme
El largo camino hacia el armisticio
Conspirando a toda velocidad
El golpe
Elecciones libres; o no
En contra de mi propio gobierno
Elecciones libres (como en la URSS)
El último obstáculo, el rey
Con la Iglesia hemos topado
El calvario uniate
Securitate
Yo quiero ser un colectivizador como mi papá
Stefan Foris
Patrascanu y Pauker
La caída en desgracia de Lucretiu Patrascanu
La sombra del titoísmo
Gheorghiu-Dej se queda solo
Ana Pauker, salvada por un ictus
La apoteosis del primer comunista de Rumania
Hungría
Donde dije digo…
El mejor amigo del primo de Zumosol
Pilesti
Pío, pío, que yo no he sido
Trabajador forzado por la gracia de Lenin
Los comienzos de la diferenciación
Pues yo me voy a La Mutua (china)
Hasta nunca Gheorghe
El nuevo mando
Yo no fui
Yo no soy ellos
Enemigo de sus amigos
Grandeza y miseria
De mal en peor
Esos putos húngaros
El puteo húngaro
El maldito libro transilvano
El sudoku moldavo
La fumada de Artiom Lazarev
Viva Besarabia libre (y rumana)
Primeras disidencias
Goma
Los protestantes protestan
Al líder obrero no lo quieren los obreros
Brasov
No toques a Tokes
Arde Timisoara
El derrumbador de iglesias y monasterios
Qué mal va esto
Epílogo: el comunista que quiso sorber y soplar a la vez

 



Bodnaras era, además de un comunista rumano, un oficial de la NKVD soviética que, según algunas versiones, habría sido usado por Antonescu para llegar a las autoridades soviéticas durante aquellos tiempos de negociaciones. En el momento en que la situación del país como aliado de Alemania se hizo definitivamente incómoda, para el comunismo rumano se presentó la oportunidad de salir de la clandestinidad mediante la alianza con el Partido Agrario, los liberales y los socialdemócratas, para formar el llamado Bloque Nacional Democrático; algo que finalmente ocurrió el 20 de junio de 1944.

jueves, octubre 23, 2025

Ceaucescu (4): El largo camino hacia el armisticio




Rumania, ese chollo
A la sombra de los soviéticos en flor
Quiero rendirme
El largo camino hacia el armisticio
Conspirando a toda velocidad
El golpe
Elecciones libres; o no
En contra de mi propio gobierno
Elecciones libres (como en la URSS)
El último obstáculo, el rey
Con la Iglesia hemos topado
El calvario uniate
Securitate
Yo quiero ser un colectivizador como mi papá
Stefan Foris
Patrascanu y Pauker
La caída en desgracia de Lucretiu Patrascanu
La sombra del titoísmo
Gheorghiu-Dej se queda solo
Ana Pauker, salvada por un ictus
La apoteosis del primer comunista de Rumania
Hungría
Donde dije digo…
El mejor amigo del primo de Zumosol
Pilesti
Pío, pío, que yo no he sido
Trabajador forzado por la gracia de Lenin
Los comienzos de la diferenciación
Pues yo me voy a La Mutua (china)
Hasta nunca Gheorghe
El nuevo mando
Yo no fui
Yo no soy ellos
Enemigo de sus amigos
Grandeza y miseria
De mal en peor
Esos putos húngaros
El puteo húngaro
El maldito libro transilvano
El sudoku moldavo
La fumada de Artiom Lazarev
Viva Besarabia libre (y rumana)
Primeras disidencias
Goma
Los protestantes protestan
Al líder obrero no lo quieren los obreros
Brasov
No toques a Tokes
Arde Timisoara
El derrumbador de iglesias y monasterios
Qué mal va esto
Epílogo: el comunista que quiso sorber y soplar a la vez

 


El líder de la oposición, Manliu, en realidad estaba jugando a dos barajas. Jugaba, desde luego, a la negociación de una rendición, o un cambio de bando, por parte de Rumania. Pero jugaba también al derrocamiento de Antonescu. Quería, efectivamente, beneficiarse de la situación en forma de cambio de gobierno a su favor. Sin embargo, desconfiaba enormemente de los aliados. Era consciente de que el principal actor aliado en la zona era la URSS, y sabía bien que la URSS ambicionaba invadir Rumania y hacerla suya. Por ello, temía que finalmente los otros aliados permitiesen la transacción.

miércoles, octubre 22, 2025

Ceaucescu (3): Quiero rendirme




Rumania, ese chollo
A la sombra de los soviéticos en flor
Quiero rendirme
El largo camino hacia el armisticio
Conspirando a toda velocidad
El golpe
Elecciones libres; o no
En contra de mi propio gobierno
Elecciones libres (como en la URSS)
El último obstáculo, el rey
Con la Iglesia hemos topado
El calvario uniate
Securitate
Yo quiero ser un colectivizador como mi papá
Stefan Foris
Patrascanu y Pauker
La caída en desgracia de Lucretiu Patrascanu
La sombra del titoísmo
Gheorghiu-Dej se queda solo
Ana Pauker, salvada por un ictus
La apoteosis del primer comunista de Rumania
Hungría
Donde dije digo…
El mejor amigo del primo de Zumosol
Pilesti
Pío, pío, que yo no he sido
Trabajador forzado por la gracia de Lenin
Los comienzos de la diferenciación
Pues yo me voy a La Mutua (china)
Hasta nunca Gheorghe
El nuevo mando
Yo no fui
Yo no soy ellos
Enemigo de sus amigos
Grandeza y miseria
De mal en peor
Esos putos húngaros
El puteo húngaro
El maldito libro transilvano
El sudoku moldavo
La fumada de Artiom Lazarev
Viva Besarabia libre (y rumana)
Primeras disidencias
Goma
Los protestantes protestan
Al líder obrero no lo quieren los obreros
Brasov
No toques a Tokes
Arde Timisoara
El derrumbador de iglesias y monasterios
Qué mal va esto
Epílogo: el comunista que quiso sorber y soplar a la vez

 


Los rumanos no podían saberlo, pero al iniciarse el verano de 1940 se enfrentaban a una seria mutilación de su territorio. En junio, al calor de los pactos con Hitler, Stalin llevó a cabo su viejo sueño de aplicarse la Besarabia; y Hitler, algunas semanas después, ya en agosto, le adjudicó la Transilvania septentrional a Hungría. Algunas semanas antes, la Komintern le había exigido al PCR que enviase dos representantes a Moscú para informar de sus actividades. Los elegidos fueron Vasile Luca y Zighelboim Strul. Ambos, sin embargo, fueron detenidos cuando intentaban salir ilegalmente del país.

martes, octubre 21, 2025

Ceaucescu (2): A la sombra de los soviéticos en flor




Rumania, ese chollo
A la sombra de los soviéticos en flor
Quiero rendirme
El largo camino hacia el armisticio
Conspirando a toda velocidad
El golpe
Elecciones libres; o no
En contra de mi propio gobierno
Elecciones libres (como en la URSS)
El último obstáculo, el rey
Con la Iglesia hemos topado
El calvario uniate
Securitate
Yo quiero ser un colectivizador como mi papá
Stefan Foris
Patrascanu y Pauker
La caída en desgracia de Lucretiu Patrascanu
La sombra del titoísmo
Gheorghiu-Dej se queda solo
Ana Pauker, salvada por un ictus
La apoteosis del primer comunista de Rumania
Hungría
Donde dije digo…
El mejor amigo del primo de Zumosol
Pilesti
Pío, pío, que yo no he sido
Trabajador forzado por la gracia de Lenin
Los comienzos de la diferenciación
Pues yo me voy a La Mutua (china)
Hasta nunca Gheorghe
El nuevo mando
Yo no fui
Yo no soy ellos
Enemigo de sus amigos
Grandeza y miseria
De mal en peor
Esos putos húngaros
El puteo húngaro
El maldito libro transilvano
El sudoku moldavo
La fumada de Artiom Lazarev
Viva Besarabia libre (y rumana)
Primeras disidencias
Goma
Los protestantes protestan
Al líder obrero no lo quieren los obreros
Brasov
No toques a Tokes
Arde Timisoara
El derrumbador de iglesias y monasterios
Qué mal va esto
Epílogo: el comunista que quiso sorber y soplar a la vez

 


Durante los años de la clandestinidad, el PCR permaneció tan estrechamente controlado por la URSS que ni siquiera tuvo secretarios generales que étnicamente fuesen rumanos. A Köblös lo sustituyó Vitali Holostenko, un tío que venía del Partido Comunista Ucraniano. Sin embargo, su autoridad fue casi constantemente amenazada por Marcel Pauker, conocido entonces por su nombre de clandestinidad Luximin. Pauker montó una especie de “verdadera vanguardia” del Partido, en compañía de Alexandru Dobrogeanu-Gherea, Boris Stefanov y Laszlo Luka.

lunes, octubre 20, 2025

Ceaucescu (1) Rumania, ese chollo

 




Rumania, ese chollo
A la sombra de los soviéticos en flor
Quiero rendirme
El largo camino hacia el armisticio
Conspirando a toda velocidad
El golpe
Elecciones libres; o no
En contra de mi propio gobierno
Elecciones libres (como en la URSS)
El último obstáculo, el rey
Con la Iglesia hemos topado
El calvario uniate
Securitate
Yo quiero ser un colectivizador como mi papá
Stefan Foris
Patrascanu y Pauker
La caída en desgracia de Lucretiu Patrascanu
La sombra del titoísmo
Gheorghiu-Dej se queda solo
Ana Pauker, salvada por un ictus
La apoteosis del primer comunista de Rumania
Hungría
Donde dije digo…
El mejor amigo del primo de Zumosol
Pilesti
Pío, pío, que yo no he sido
Trabajador forzado por la gracia de Lenin
Los comienzos de la diferenciación
Pues yo me voy a La Mutua (china)
Hasta nunca Gheorghe
El nuevo mando
Yo no fui
Yo no soy ellos
Enemigo de sus amigos
Grandeza y miseria
De mal en peor
Esos putos húngaros
El puteo húngaro
El maldito libro transilvano
El sudoku moldavo
La fumada de Artiom Lazarev
Viva Besarabia libre (y rumana)
Primeras disidencias
Goma
Los protestantes protestan
Al líder obrero no lo quieren los obreros
Brasov
No toques a Tokes
Arde Timisoara
El derrumbador de iglesias y monasterios
Qué mal va esto
Epílogo: el comunista que quiso sorber y soplar a la vez

 

 

 

Participar en la primera guerra mundial fue un verdadero chollo para Rumania. Esta nación comenzó la guerra con siete millones y medio de habitantes, pero tras la misma tenía 17 millones. Toda esa ganancia territorial, admitida y en el fondo pensada por personas que no comprendían muy bien las sutilezas del jeroglífico que era, y es, el sureste de Europa, no hizo sino generar enemigos totales. Rumania ganó terreno que antes de ser suyo era del Imperio ruso, de Hungría y de Bulgaria; ninguna de estas tres naciones aceptaría dichas pérdidas de buen grado. Como veremos en estas notas, una constante de la Historia de Rumania en el siglo XX es el doble problema generado por haber asumido una fuerte minoría húngara en su seno (y los viejos gestores del Imperio Austrohúngaro podrían hablarle a fondo sobre las consecuencias de algo así); y el hecho de que Rusia había perdido la Besarabia; algo que los supuestos finalizadores del imperio zarista, es decir los bolcheviques soviéticos, tampoco aceptaron nunca.

viernes, octubre 17, 2025

De cómo los chinos jodieron a los Austrias

 

A finales del siglo XVI, los beneficios eran muchos del Nuevo Mundo; pero las cargas también; muy especialmente, en realidad casi únicamente, para los habitantes de Castilla. En esos momentos, se ha estimado que los campesinos castellanos llegaban a trabajar un tercio del año para poder pagar impuestos; lo cual, hoy en día, es una presión fiscal relativamente baja, pero entonces era decididamente prohibitiva, en un Estado sin sanidad ni educación, y en el que las putas y las mariscadas se las pagaba cada uno de su bolsillo.

jueves, octubre 16, 2025

GCEconomics (y 25) El tema impositivo (y una recapitulación)




Una política cuestionable
Peseta grande, ande o no ande
Secos de crédito
Conspiradores
Las cábalas de Mussolini
March
Portugal
Los sueños imposibles del doctor Negrín
Dos modelos enfrentados
Dos bandos, dos modelos
La polémica interminable sobre la eficiencia del gasto bélico
Rosario de ventas
De lo necesario, y de lo legal
¿Y si Putin tiene una colección de monedas de puta madre?
La guerra del dinero
Echa el freno, Madaleno
Un mundo sin bancos
“Escuchado en la radio”
El sindiós catalán
Eliodoro de la Torre, el más vasco entre los vascos
Las repúblicas taifas
El general inflación
Bombardeando pasta
Los operadores económicos desconectados
El tema impositivo (y la recapitulación) 


A los dos meses de iniciada la guerra, la república había entrado en los consejos y en las direcciones de los bancos a saco y las había dejado, que diría Alfonso Guerra, que no las reconocería ni la madre que los parió. Eso sí, contrariamente a lo que esperaban muchos de los prohombres republicanos, eso no supuso que las personas comenzasen a encontrar longanizas colgando de los árboles, sino todo lo contrario. Los bancos, faltos de gerentes y de personas que supiesen hacer las cosas, comenzaron a capotar.

martes, octubre 14, 2025

GCEconomics (23) Bombardeando pasta




Una política cuestionable
Peseta grande, ande o no ande
Secos de crédito
Conspiradores
Las cábalas de Mussolini
March
Portugal
Los sueños imposibles del doctor Negrín
Dos modelos enfrentados
Dos bandos, dos modelos
La polémica interminable sobre la eficiencia del gasto bélico
Rosario de ventas
De lo necesario, y de lo legal
¿Y si Putin tiene una colección de monedas de puta madre?
La guerra del dinero
Echa el freno, Madaleno
Un mundo sin bancos
“Escuchado en la radio”
El sindiós catalán
Eliodoro de la Torre, el más vasco entre los vascos
Las repúblicas taifas
El general inflación
Bombardeando pasta
Los operadores económicos desconectados
El tema impositivo (y la recapitulación)

 

Desde el día 30 de septiembre de 1936, por lo demás, el Consejo estaba instruyendo a los directores de las sucursales para que evitasen en lo posible la salida de plata; a pesar de que muchas de las peticiones que recibían lo eran en el vil metal. La plata cada vez escaseaba más, porque los particulares la estaban atesorando a la espera de tiempos mejores. Aunque las personas de la calle no hayan estudiado política monetaria y financiera, la perciben. Cualquier persona con dos dedos de frente entendía, en aquel momento, que los billetes cada vez estaban menos respaldados pues, si todo el oro se había quedado en Madrid, ¿en qué estaban respaldadas las emisiones de Franco? En esas circunstancias, la moneda de plata valía más que su valor facial; por ello, la decisión racional era acopiarla.

lunes, octubre 13, 2025

GCEconomics (22) El general inflación




Una política cuestionable
Peseta grande, ande o no ande
Secos de crédito
Conspiradores
Las cábalas de Mussolini
March
Portugal
Los sueños imposibles del doctor Negrín
Dos modelos enfrentados
Dos bandos, dos modelos
La polémica interminable sobre la eficiencia del gasto bélico
Rosario de ventas
De lo necesario, y de lo legal
¿Y si Putin tiene una colección de monedas de puta madre?
La guerra del dinero
Echa el freno, Madaleno
Un mundo sin bancos
“Escuchado en la radio”
El sindiós catalán
Eliodoro de la Torre, el más vasco entre los vascos
Las repúblicas taifas
El general inflación
Bombardeando pasta
Los operadores económicos desconectados
El tema impositivo (y la recapitulación)

 



El Banco de España de Burgos operó en dos direcciones fundamentales. En primer lugar, fue la referencia clara de la política económica en zona nacional, sobre todo en el sentido de hacer que los activos en dicha zona trabajasen por el esfuerzo bélico; y, en segundo lugar, desde el primer momento concibió como labor fundamental estar preparado para estabilizar la situación económica y monetaria en los territorios que fuesen ocupando las tropas nacionales.

viernes, octubre 10, 2025

GCEconomics (21) Las repúblicas taifas




Una política cuestionable
Peseta grande, ande o no ande
Secos de crédito
Conspiradores
Las cábalas de Mussolini
March
Portugal
Los sueños imposibles del doctor Negrín
Dos modelos enfrentados
Dos bandos, dos modelos
La polémica interminable sobre la eficiencia del gasto bélico
Rosario de ventas
De lo necesario, y de lo legal
¿Y si Putin tiene una colección de monedas de puta madre?
La guerra del dinero
Echa el freno, Madaleno
Un mundo sin bancos
“Escuchado en la radio”
El sindiós catalán
Eliodoro de la Torre, el más vasco entre los vascos
Las repúblicas taifas
El general inflación
Bombardeando pasta
Los operadores económicos desconectados
El tema impositivo (y la recapitulación)

 



La pregunta de cuánto costó la guerra en el País Vasco no tiene fácil respuesta. El PNV, que tan animoso es a la hora de exigirle transparencia a los demás, nunca ha pretendido serlo mucho en este terreno. Únicamente sabemos que en 1956, con ocasión del Congreso Mundial Vasco, José Antonio Aguirre deslizó el dato de que mantener el Ejército de Euskadi había costado 517 millones de pesetas, aunque, añadió, en conjunto la financiación del esfuerzo bélico llegó a los 1.000 millones. Eso sí, se ocupó mucho de recordar de que, en el momento de caer Bilbao, Asturias y Santander le debían 70 millones al País Vasco por mor del apoyo gudari. Eso sí: que yo sepa, no se animó a calcular el montante de deuda atribuible al valiente acto de Santoña.

jueves, octubre 09, 2025

GCEconomics (20) Eliodoro de la Torre, el más vasco entre los vascos




Una política cuestionable
Peseta grande, ande o no ande
Secos de crédito
Conspiradores
Las cábalas de Mussolini
March
Portugal
Los sueños imposibles del doctor Negrín
Dos modelos enfrentados
Dos bandos, dos modelos
La polémica interminable sobre la eficiencia del gasto bélico
Rosario de ventas
De lo necesario, y de lo legal
¿Y si Putin tiene una colección de monedas de puta madre?
La guerra del dinero
Echa el freno, Madaleno
Un mundo sin bancos
“Escuchado en la radio”
El sindiós catalán
Eliodoro de la Torre, el más vasco entre los vascos
Las repúblicas taifas
El general inflación
Bombardeando pasta
Los operadores económicos desconectados
El tema impositivo (y la recapitulación)

 

El juicio de este acto catalán es, obviamente, un juicio que depende de la subjetividad. Si le preguntásemos a Gabriel Rufián, supongo que nos dirá que le parece de puta madre. Que el esfuerzo bélico catalán avanzaba hacia el marasmo, que eso comprometía muchísimo el presente y futuro de la república, y que Tarradellas supo ver lo que en Madrid ni olían. Pero, claro, esa opinión es matizable. Si me preguntáis la mía, os diré que yo estoy personalmente convencido de que Tarradellas no tenía más opción que hacer lo que hizo; pero hacer lo que hizo no fue, desde luego, ninguna buena noticia; ni para la república, ni para Cataluña.

miércoles, octubre 08, 2025

GCEconomics (19) El sindiós catalán




Una política cuestionable
Peseta grande, ande o no ande
Secos de crédito
Conspiradores
Las cábalas de Mussolini
March
Portugal
Los sueños imposibles del doctor Negrín
Dos modelos enfrentados
Dos bandos, dos modelos
La polémica interminable sobre la eficiencia del gasto bélico
Rosario de ventas
De lo necesario, y de lo legal
¿Y si Putin tiene una colección de monedas de puta madre?
La guerra del dinero
Echa el freno, Madaleno
Un mundo sin bancos
“Escuchado en la radio”
El sindiós catalán
Eliodoro de la Torre, el más vasco entre los vascos
Las repúblicas taifas
El general inflación
Bombardeando pasta
Los operadores económicos desconectados
El tema impositivo (y la recapitulación)

 

En enero de 1939, con todo el pescado vendido ya, Nicolau seguía jactándose de que el Banco de España se había incluso adelantado a las decisiones del gobierno “para salvar la economía nacional y el crédito público”; aunque a mí más me da la impresión de que salvar, salvó a los ayuntamientos, a los comités, a los marisqueros y a “etc.”

martes, octubre 07, 2025

GCEconomics (18) "Escuchado en la radio"




Una política cuestionable
Peseta grande, ande o no ande
Secos de crédito
Conspiradores
Las cábalas de Mussolini
March
Portugal
Los sueños imposibles del doctor Negrín
Dos modelos enfrentados
Dos bandos, dos modelos
La polémica interminable sobre la eficiencia del gasto bélico
Rosario de ventas
De lo necesario, y de lo legal
¿Y si Putin tiene una colección de monedas de puta madre?
La guerra del dinero
Echa el freno, Madaleno
Un mundo sin bancos
“Escuchado en la radio”
El sindiós catalán
Eliodoro de la Torre, el más vasco entre los vascos
Las repúblicas taifas
El general inflación
Bombardeando pasta
Los operadores económicos desconectados
El tema impositivo (y la recapitulación)

 



En un régimen como la república, que lo fue dos veces muy, pero muy de izquierdas, el hecho de que el Banco de España retuviese un activo milmillonario sin movilizarlo, fue siempre un problema. Y siempre es siempre. No se trata de la movilización del oro para comprar armas. Ya se trató, antes de la guerra, de las demandas de sindicatos y partidos, que veían como políticas de bienestar o la reforma agraria capotaban por falta de recursos financieros; y volvían el rostro hacia la calle Alcalá para himplar: “¡pero si ahí hay de sobra, coño!”

lunes, octubre 06, 2025

GCEconomics (17) Un mundo sin bancos




Una política cuestionable
Peseta grande, ande o no ande
Secos de crédito
Conspiradores
Las cábalas de Mussolini
March
Portugal
Los sueños imposibles del doctor Negrín
Dos modelos enfrentados
Dos bandos, dos modelos
La polémica interminable sobre la eficiencia del gasto bélico
Rosario de ventas
De lo necesario, y de lo legal
¿Y si Putin tiene una colección de monedas de puta madre?
La guerra del dinero
Echa el freno, Madaleno
Un mundo sin bancos
“Escuchado en la radio”
El sindiós catalán
Eliodoro de la Torre, el más vasco entre los vascos
Las repúblicas taifas
El general inflación
Bombardeando pasta
Los operadores económicos desconectados
El tema impositivo (y la recapitulación)

 


En contabilidad económica, hay dos cuentas fundamentales: la cuenta de pérdidas y ganancias o de resultados, y el balance. La cuenta de resultados, que ahora mismo nos importa menos que las opiniones de Paquirrín en un templo budista, es la cuenta de lo que se ha ganado o perdido en un determinado periodo, con indicación de las gallinas que han entrado y las que han salido. El balance es una foto patrimonial: es el inventario de la granja de gallinas en un determinado momento.

viernes, octubre 03, 2025

GCEconomics (16) Echa el freno, Madaleno




Una política cuestionable
Peseta grande, ande o no ande
Secos de crédito
Conspiradores
Las cábalas de Mussolini
March
Portugal
Los sueños imposibles del doctor Negrín
Dos modelos enfrentados
Dos bandos, dos modelos
La polémica interminable sobre la eficiencia del gasto bélico
Rosario de ventas
De lo necesario, y de lo legal
¿Y si Putin tiene una colección de monedas de puta madre?
La guerra del dinero
Echa el freno, Madaleno
Un mundo sin bancos
“Escuchado en la radio”
El sindiós catalán
Eliodoro de la Torre, el más vasco entre los vascos
Las repúblicas taifas
El general inflación
Bombardeando pasta
Los operadores económicos desconectados
El tema impositivo (y la recapitulación)

 

Una de las consecuencias inmediatas de la sospecha primero, constancia después, de que la guerra iba a ser una guerra, y larga, fue la conciencia por parte del gobierno de la república de que debería utilizar las reservas de oro para poder realizar pagos en el exterior. Como ya hemos visto, tan pronto como el 24 de julio de 1936, se autoriza al Banco de España la venta de hasta 25.220.000 pesetas de oro; como sabemos, no fue la única autorización que llegó.

jueves, octubre 02, 2025

GCEconomics (15) La guerra del dinero




Una política cuestionable
Peseta grande, ande o no ande
Secos de crédito
Conspiradores
Las cábalas de Mussolini
March
Portugal
Los sueños imposibles del doctor Negrín
Dos modelos enfrentados
Dos bandos, dos modelos
La polémica interminable sobre la eficiencia del gasto bélico
Rosario de ventas
De lo necesario, y de lo legal
¿Y si Putin tiene una colección de monedas de puta madre?
La guerra del dinero
Echa el freno, Madaleno
Un mundo sin bancos
“Escuchado en la radio”
El sindiós catalán
Eliodoro de la Torre, el más vasco entre los vascos
Las repúblicas taifas
El general inflación
Bombardeando pasta
Los operadores económicos desconectados
El tema impositivo (y la recapitulación)

 



La operación de traslado del oro español a Moscú estuvo dictada por las necesidades de la guerra, ciertamente. Pero no deja de ser la mayor operación de extrañamiento de la riqueza propia en la Historia de España, empiece ésta cuando empiece. Hablamos de 510 toneladas de oro; 28.500 putos millones de euros, en el momento de escribir estas notas. Nadie le dijo a quienes decidieron esta operación que la pusiera en manos de unos alegres ugetistas de cuestionable formación, de los milicianos que lo transportaron, del médico que supuestamente lo controló todo en Moscú, y del otro médico que controló, en solitario, sin ayudas, sin consejos, sin contrapesos, sin controles, todo ese gasto. Todo eso, la república lo hizo así porque le salió del ciruelo; lo pudo hacer de otra manera.

miércoles, octubre 01, 2025

GCEconomics (14) ¿Y si Putin tiene una colección de monedas de puta madre?




Una política cuestionable
Peseta grande, ande o no ande
Secos de crédito
Conspiradores
Las cábalas de Mussolini
March
Portugal
Los sueños imposibles del doctor Negrín
Dos modelos enfrentados
Dos bandos, dos modelos
La polémica interminable sobre la eficiencia del gasto bélico
Rosario de ventas
De lo necesario, y de lo legal
¿Y si Putin tiene una colección de monedas de puta madre?
La guerra del dinero
Echa el freno, Madaleno
Un mundo sin bancos
“Escuchado en la radio”
El sindiós catalán
Eliodoro de la Torre, el más vasco entre los vascos
Las repúblicas taifas
El general inflación
Bombardeando pasta
Los operadores económicos desconectados
El tema impositivo (y la recapitulación)

 



Los miembros del Consejo, que tampoco es que fuesen fieros y ciegos capitalistas, montaron en cólera. Argumentaron, con razón, que la norma de abril podía ser un decreto reservado; pero no para ellos, puesto que afectaba a sus autorizaciones.

martes, septiembre 30, 2025

GCEconomics (13) De lo necesario, y de lo legal




Una política cuestionable
Peseta grande, ande o no ande
Secos de crédito
Conspiradores
Las cábalas de Mussolini
March
Portugal
Los sueños imposibles del doctor Negrín
Dos modelos enfrentados
Dos bandos, dos modelos
La polémica interminable sobre la eficiencia del gasto bélico
Rosario de ventas
De lo necesario, y de lo legal
¿Y si Putin tiene una colección de monedas de puta madre?
La guerra del dinero
Echa el freno, Madaleno
Un mundo sin bancos
“Escuchado en la radio”
El sindiós catalán
Eliodoro de la Torre, el más vasco entre los vascos
Las repúblicas taifas
El general inflación
Bombardeando pasta
Los operadores económicos desconectados
El tema impositivo (y la recapitulación)

 



A la recepción del dinero, el gobierno lo distribuía en diversas entidades financieras, en una obvia medida de seguridad; hubo cuentas en Orán, Londres, Amberes, Amsterdam, Praga, Toulouse, Marsella, Rabat, Berna, Nueva York, Washington, Ciudad de México, Buenos Aires y, por supuesto, Moscú. Aparentemente, Juan Negrín, personalmente, contaba con una cuenta en el Banco de España a través de la cual llegó a controlar un tercio de los fondos de forma directa.

lunes, septiembre 29, 2025

GCEconomics (12) Rosario de ventas




Una política cuestionable
Peseta grande, ande o no ande
Secos de crédito
Conspiradores
Las cábalas de Mussolini
March
Portugal
Los sueños imposibles del doctor Negrín
Dos modelos enfrentados
Dos bandos, dos modelos
La polémica interminable sobre la eficiencia del gasto bélico
Rosario de ventas
De lo necesario, y de lo legal
¿Y si Putin tiene una colección de monedas de puta madre?
La guerra del dinero
Echa el freno, Madaleno
Un mundo sin bancos
“Escuchado en la radio”
El sindiós catalán
Eliodoro de la Torre, el más vasco entre los vascos
Las repúblicas taifas
El general inflación
Bombardeando pasta
Los operadores económicos desconectados
El tema impositivo (y la recapitulación)

 



A pesar de las aceptaciones formales, los síntomas son claros de que a principios de septiembre había bullebulle en el Consejo del Banco de España. Cada vez más, hay consejeros que empiezan a ser conscientes de que no están interviniendo en el mercado de cambios, sino financiando la compra de armas. Pero, claro, en un momento en que hay consejeros que no están acudiendo porque los están amenazando de muerte, son lógicamente poco proclives a protestar.

viernes, septiembre 26, 2025

GCEconomics (11): La polémica interminable sobre la eficiencia del gasto bélico




Una política cuestionable
Peseta grande, ande o no ande
Secos de crédito
Conspiradores
Las cábalas de Mussolini
March
Portugal
Los sueños imposibles del doctor Negrín
Dos modelos enfrentados
Dos bandos, dos modelos
La polémica interminable sobre la eficiencia del gasto bélico
Rosario de ventas
De lo necesario, y de lo legal
¿Y si Putin tiene una colección de monedas de puta madre?
La guerra del dinero
Echa el freno, Madaleno
Un mundo sin bancos
“Escuchado en la radio”
El sindiós catalán
Eliodoro de la Torre, el más vasco entre los vascos
Las repúblicas taifas
El general inflación
Bombardeando pasta
Los operadores económicos desconectados
El tema impositivo (y la recapitulación)

 



La Junta de Defensa Nacional impuso, en las primeras semanas de la guerra, un control absoluto sobre las empresas y las industrias, aunque sin poner en cuestión la propiedad privada. Durante toda la guerra, las industrias estuvieron completamente intervenidas, de modo y forma que debían someter a la auditoría gubernamental cualquier cambio en sus estrategias de gestión. Los minerales y sus derivados fueron todos incautados. Eso sí, el franquismo tuvo la inteligencia de entender que aquélla era una medida de guerra y, por lo tanto, la revocó a las pocas horas de terminar la guerra, en lo que fue el primer acto que malquistó a Franco con los falangistas.

jueves, septiembre 25, 2025

GCEconomics (10) Dos bandos, dos modelos




Una política cuestionable
Peseta grande, ande o no ande
Secos de crédito
Conspiradores
Las cábalas de Mussolini
March
Portugal
Los sueños imposibles del doctor Negrín
Dos modelos enfrentados
Dos bandos, dos modelos
La polémica interminable sobre la eficiencia del gasto bélico
Rosario de ventas
De lo necesario, y de lo legal
¿Y si Putin tiene una colección de monedas de puta madre?
La guerra del dinero
Echa el freno, Madaleno
Un mundo sin bancos
“Escuchado en la radio”
El sindiós catalán
Eliodoro de la Torre, el más vasco entre los vascos
Las repúblicas taifas
El general inflación
Bombardeando pasta
Los operadores económicos desconectados
El tema impositivo (y la recapitulación)

 

El gobierno del Frente Popular que se consolidó con la guerra fue un verdadero gobierno Frankenstein. Allí convivían diversas sensibilidades, en ocasiones antagónicas, que además se repartían el gobierno por parcelas de poder, no por ámbitos de actuación. Esto quiere decir que los ministros no eran escogidos por ser la persona adecuada para dirigir tal o cual política; eran nombrados porque los designaba su formación política o sindical en el marco de una cuota previamente adjudicada. La estructura de gobierno republicana, por lo demás, comenzó a ser objeto de un proceso fuertemente centrífugo, en el que algunas autonomías, y en general los cuerpos seudo representativos que habían sido creados con la presencia de organizaciones obreras, se fueron haciendo con cuotas de poder propias, vaciando con ello el contenido del poder central, que acabaría por ceder incluso la emisión de moneda.