martes, mayo 28, 2024

La primera Inglaterra (3): El tema vikingo se pone serio

El nacimiento de una identidad
Mi señor Bretwalda, por ahí vienen los paganos
El tema vikingo se pone serio
Alfred, el rey inglés
Vikingos a la defensiva
Un rey contestado
El rey de la superación
Una sociedad más estructurada de lo que parece
Con la Iglesia hemos topado
La apoteosis de Edward y Aethelflaed
El fin de los vascos de Northumbria
Tres cuartos de siglo sistémicos
Aethelshit
Las tristes consecuencias de que un gobernante gobierne “sea como sea”
El regreso de la línea dinástica 

  


El problema vikingo atestiguó la creciente debilidad de Mercia y, consiguientemente, la cada vez mayor implicación de Aethewulf en el reino. Es ya muy probable que Berhtwulf, el rey que fue desalojado por la vikingada, fuese, como Wiglaf, un rey aceptado por Aethewulf y, por lo tanto, virrey de Mercia en la práctica. La debilidad de Mercia se aprecia también en el hecho de que el área de Berkshire, que Mercia y Wessex se disputaban, acabase por caer del lado del segundo. En el año 853, cuando el sucesor de Berhtwuf, Burgred, tuvo que sofocar la rebelión de los siempre belicosos galeses, tuvo que solicitar explícitamente la ayuda de Aethelwulf. Al año siguiente, Burgred se casó con una hija del rey de Wessex, Aethelswith.

Aethelwulf, por lo demás, hizo esfuerzos claros por buscarse un lugar en la diplomacia europea. En el año 853 envió a su hijo Alfred, con el tiempo rey y de gran importancia para la Historia de Inglaterra, a Roma. Allí, Alfred se entrevistó con el PasPas, supongo que para que le diese un sonajero, porque el hijo del rey tenía cuatro años. Tres años más tarde, fue Aethelwulf quien, de nuevo acompañado por Alfredo, hizo el viaje a la metrópoli del cristianismo.

El rey Aethelwulf fue más que probablemente muy bien recibido en Roma. Roma era, entonces, el imperio carolingio; y los francos veían en el rey de Wessex un aliado fundamental contra los vikingos, quienes también estaban haciendo de las suyas en la costa norte de Francia. Aethelwulf, tanto a la ida como a la vuelta de Roma, estuvo en la Corte de Carlos el Calvo, nieto de Carlomagno. La relación era tan estrecha que el rey sajón se casó con una hija de Carlos, Judith. De hecho, Aethelwulf quiso darle tanta importancia a aquel enlace que hizo proclamar a su mujer reina; cosa que, hasta aquel momento, no era costumbre entre los sajones. Hasta ese momento, las mujeres de los reyes tenían tan sólo la categoría de periodistas de TVE.

El matrimonio político de Aethelwulf con Judith, sin embargo, generó un problema político de primer nivel en Wessex. El rey había estado casado antes con Osburh, que le había dado varios hijos; ahora esta primera descendencia comenzó a preguntarse cuál sería su futuro político si su padre llegaba a tener hijos de un matrimonio con tan alto pedigree dinástico. Esto afectaba, sobre todo, al mayor de los hijos supervivientes, Aethelbald.

El rey Aethelstan de Kent murió en algún momento justo al cambiar el medio siglo. Un poco antes de esto, sin embargo, y antes de partir hacia Roma, Aethelwulf había dividido su reino entre sus dos hijos mayores supervivientes, de modo que Aethelbald recibiría Wessex, y Kent, junto con otros territorios, a Aethelberht. Ahora, sin embargo, no quedaba claro qué sería de estos compromisos si el rey se casaba de nuevo y tenía descendencia.

Aparentemente, cuando Aethelwulf estaba regresando de Roma, Aethelbald decidió deponerlo, con la ayuda de una nutrida camarilla de witan. No lo consiguieron todo; pero, aparentemente, tampoco es verdad que no consiguiesen nada, porque Aethelwulf, una vez en Inglaterra, tuvo que pactar con su hijo. El padre siguió controlando el este del reino, mientras que Aethelbald se convertía en el rey total de los occidentales. En realidad, no sabemos muy bien si Aethelwulf y Aethelbald se repartieron todos los territorios sajones, o sólo el reino de Wessex, mientras que Aethelberht seguiría siendo el rey de Kent. Pero lo que sí está claro es que el poder del rey padre quedó mucho más limitado.

Aethelwulf, por lo demás, redactó en aquella época su testamento, asegurándole Wessex a Aethelbald y Kent a Aethelberht. Muy probablemente (el texto en sí del testamento no nos ha sido transmitido) contaba con que sus otros hijos: Aethelred y Alfred, sucedieran a su hermano mayor en el caso de sobrevivirlo. En suma, fue, más que probablemente, uno de esos testamentos que plantean más preguntas que respuestas. En estas circunstancias, Aethelwulf murió en el 858.

A la muerte del rey, su voluntad fue cumplida. Aethelbald se convirtió en el rey de los sajones occidentales, y Aethelberht de los de Kent y aledaños. Aethelbald, por otra parte, procedió, inmediatamente, a casarse con su madrastra, Judith; ahora aquel útero era para él; un matrimonio que con seguridad fue escandaloso. Aethelbald, sin embargo, no tuvo mucho tiempo para frotarse con su madre; murió en el 860; es decir, había montado un golpe de Estado y todo aquello para dos años de mierda.

Siguiendo las instrucciones del testamento de Aethelwulf, ahora Aethelred debería suceder a su hermano Aethelbald. Aethelred, sin embargo, no tenía ni catorce años; se juzgó que era demasiado para él, por lo que la corona fue asumida por Aethelberht. El nuevo rey, quien por lógica tenía que haber nombrado un virrey en Kent, es decir el puesto que él había tenido, no lo hizo; quería todo el poder para él.

Aethelberht reinó cinco años: del 860 al 865; y, lógicamente, su principal problema fueron los vikingos. En materia interior, parece haber resuelto pacíficamente las cosas. Como he dicho, murió en el 865, y fue enterrado, junto a su hermano Aethelbald, en Sherborne.

El hermano menor de Aethelberht, Aethelred I, sucedió a su hermano no siendo mucho más mayor de 16 años; pero la dinastía, claramente, se estaba quedando sin banquillo. A finales del año en que fue proclamado, una gran armada pagana (o sea, vikingos), se presentó a la fiesta. La idea de que ese ejército estaba comandado por Ivarr Sin Huesos y sus hermanos Halfdan y Ubba, todos ellos hijos del mítico Ragnar Lothbrok (literalmente, calzoncillos de cuero), es una elaboración posterior y, la verdad, hay que ser guionista de series o licenciado en Historia para darla por buena. Lo que sí es cierto es que este ataque, que probablemente se nutrió de diversas flotas distintas que operaban en lugares diferentes de las islas y del continente, marcó el principio de la era de las grandes invasiones escandinavas.

Los vikingos hibernaron en el 865 en East Anglia, dado que fue ahí donde desembarcaron. Los habitantes locales, conscientes de que no podrían con ellos, resolvieron sobornarlos. Les pagaron dinero y les dieron caballos frescos para que, a cambio, se fueran a tomar por culo de allí. Los vikingos aceptaron el pago, y en la primavera del 866 tiraron para arriba, hacia Northumbria. Para el reino septentrional, no era el mejor de los momentos posibles, dado que había, al parecer, una especie de guerra civil entre dos candidatos al trono: Osberht y Aelle. Esta situación fue aprovechada por los vikingos, que en noviembre estaban a las puertas de York. Aparentemente, esto hizo que Osberht y Aelle apartasen sus diferencias y los atacasen conjuntamente. Los vikingos se habían hecho con la ciudad, pero los norteños la recuperaron. Sin embargo, en marzo del 867, en una batalla ocurrida cerca de la capital, ambos candidatos a rey fueron muertos por los vikingos; la elite noble de Northumbria, entonces, se sometió al poder de los escandinavos.

No parece, sin embargo, que los vikingos deseasen crear una dinastía vikinga en Northumbria (por el momento). Colocaron a un rey local al que poder controlar, Ecgberht. El interés de los vikingos era continuar las conquistas y los saqueos. En el año 867 abandonaron Northumbria y se dirigieron a Mercia, donde sitiaron Nottingham. Lógicamente, el rey Burgred le solicitó ayuda a su cuñado Aethelred de Wessex. Éste respondió a la llamada y, junto con su hermano menor Alfred, el que había estado en Roma, formó un ejército.

Los sajones se presentaron en Nottingham, ya en manos vikingas, y la asediaron. Hicieron todo lo que pudieron por plantar batalla a los escandinavos; pero éstos la evitaron en todo momento. Finalmente, el cansancio por ambas partes aconsejó una tregua. Los paganos de aquel acuerdo fueron los mercianos, que hubieron de indemnizar a los vikingos por marcharse. Finalmente, los escandinavos regresaron a York, mientras que los sajones volvían a Wessex. Por aquel entonces, Alfred se prometió con Ealhwith, hija de la alta nobleza de Mercia; un gesto matrimonial diseñado para reforzar los vínculos estratégicos entre Wessex y Mercia. De hecho, las relaciones fueron tan estrechas que sus monedas, pese a llevar las esfigies de cada rey, eran creadas en las mismas cecas, en lo que se ha considerado el precedente de una unión monetaria.

En el año 869, los vikingos volvieron a salir de Northumbria, atravesaron Mercia, y se establecieron en East Anglia, concretamente en Thetford, para pasar allí el invierno. Al rey local Edmund esto no le gustó nada y, por lo tanto, a finales de noviembre se presentó con un ejército para echarlos. Lo que consiguió fue perder el gañote en la batalla. La muerte de Edmundo no fue cualquier muerte, puesto que la mayoría de los ingleses lo consideró un mártir. Sus restos fueron trasladados a un lugar entonces llamado Beadricesworth, donde comenzó a ser venerado; y que sólo por casualidad hoy se llamaba Bury St. Edmunds.

La campaña vikinga no podía ser más exitosa. En apenas un cuatro años, dominaban dos reinos ingleses: Northumbria y East Anglia. Y no parece que quisieran parar. Está claro, cuando menos para mí, que habían rechazado la guerra con Wessex en su momento porque los cristianos tenían un ejército muy importante. Pero siempre tuvieron en la cabeza que Wessex fuese suyo.

En el año 870, entraron en el reino de los sajones occidentales, y plantaron sus tiendas en Reading (donde está establecida la Wergham Hogg Paper Co., es decir, la empresa donde se desarrolla la versión británica de The Office). A eso siguieron meses de pequeñas batallas y enfrentamientos. Los vikingos consiguieron éxitos importantes, como derrotar al ejército del ealdorman (gobernador de varios shires) Aethelwulf en Englefield; apenas cuatro días después de esta batalla, el propio rey Aethelred y su hermano Alfred fueron vencidos en Reading. Sin embargo, también cuatro días después, el rey sajón y su hermano fueron capaces de infligir una dura derrota a los escandinavos en Ashdown.

Aquello, sin embargo, era un no parar. Dos semanas después de Ashdown, fueron los sajones los que resultaron derrotados en Basing, Hampshire; y dos meses después fueron derrotados de nuevo en Meretun o Marton, un lugar cuya localización real está open to discussion.

Yo siempre he pensado que la invasión del 865 fue una acción muy meditada estratégicamente por los vikingos. Probablemente tuvieron más éxito del que ellos esperaban, lo que hace aparecer a sus acciones como ofensivas. Pero siempre pensaron que lo serio habría de llegar años después. Los escandinavos siempre pensaron en una estrategia basada en dos oleadas diferentes, siendo la segunda la realmente importante. Y esta segunda acabó llegando en la primavera del 871, al mando de su líder Guthrum. Desembarcó en Wessex y se dirigió hacia Reading.

En ese momento, el rey Aethelred falleció, quizás a consecuencia de las heridas recibidas en batalla. Fue enterrado en Wimborne Minster, Dorset y, aunque tenía dos hijos, fue sucedido por su hermano Alfred. Da toda la impresión de que los sajones eran conscientes de estar en una situación extremadamente comprometida, por lo que decidieron otorgar la corona a un líder experimentado como era Alfredo.

Alfred, sin embargo, no comenzó bien. Un mes después de la muerte de su hermano, el ejército sajón, a pesar de ser más numeroso, fue derrotado en Wilton, Wiltshire. El rey sajón, sin embargo, supo aprovechar que los escandinavos también tenían su propio cansancio de guerra para negociar un alto el fuego. Muy probablemente, lo que hizo Alfred fue tentar a los vikingos con lo que realmente les interesaba, que era el dinero; y de esta forma consiguió que se marchasen de Wessex.

Los vikingos se marcharon de Reading y se aprestaron a pasar el invierno del 871 en Londres, lo cual quiere decir que se instalaron a expensas de Mercia. A principios del 872 subieron a Northumbria, pero poco después retornaron a Mercia, pasando el invierno de aquel año en Torksey, Lincolnshire. Al año siguiente, 873, los vikingos hibernaron en Repton, Derbyshire, Mercia; lo cual quiere decir que, una vez más, y llevaban tres años seguidos, siguieron rapiñando el tesoro del reino a cambio de no atacar. La toma de Repton por los vikingos fue una clara acción de imagen, pues la villa era un lugar fundamental para los mercianos, entre otras cosas porque varios de sus reyes estaban enterrados allí. El rey Burgred nada pudo hacer y, de hecho, huyó a Roma y murió poco después. Está enterrado en la iglesia del Santo Spirito in Sassia (lo cual quiere decir iglesia del Espíritu Santo del Distrito Sajón).

Una vez huido Burgred, los vikingos colocaron a un rey controlado por ellos llamado Ceolwulf. Aparentemente, fue rey hasta el 879. Llegado este tiempo, los vikingos decidieron dividir sus fuerzas en dos ejércitos diferentes. Una parte quedó bajo el mando de Halfdan, y retornó a Northumbria. Allí había problemas porque Ecgberht, el rey marioneta que habían dejado los vikingos, había sido depuesto en el 873 por un tal Ricsige, quien permaneció tres años hasta que Halfdan apareció y volvió colocar las cosas en su sitio, escandinavamente hablando. Aparentemente, éste fue el momento en que los vikingos se plantearon por primera vez convertirse ellos mismos en gobernadores o reyes de los territorios conquistados. Esto, a pesar de que Ricsige, aparentemente, fue sustituido por otro rey local, llamado, de nuevo, Ecgberht, que estuvo dos años. Los historiadores especulan con la posibilidad de que Halfdan estableciese la vieja división de Northumbria, convirtiéndose con ello en rey del viejo reino de Deira (capital en York); mientras que Ecgberht fue rey de los terrenos más al norte, es decir, el antiguo reino de Bernicia. Ecgberht murió en el 878, que fue el mismo año en que Halfdan fue expulsado de Northumbria; y lo fue por los propios vikingos, quienes, acto seguido, eligieron rey de Northumbria a un príncipe danés, Guthfrith.

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