jueves, junio 27, 2019

Pericles (7bis: ...y Damón inventó el Estado del Bienestar)

Como acertadamente apreció Alberto MdH, en la serie de Pericles me salté un capítulo. que es éste. Por lo tanto, debéis de tener en cuenta que este texto que hoy os ofrezco va de la siguiente forma:

Un proyecto imperialista
Por qué ser un alcmeónida no era ningún chollo
Xántipo, Micala y el coleguita Leotícides
Cimón


De las cosas que se dijeron de Pericles poco después de su existencia, o incluso cuando todavía estaba vivo, es difícil no discernir que, cuando menos al principio de su carrera política, no fuera un demagogo con todas las letras. Aunque sobre su carrera política resulta difícil tener datos precisos en ese momento, lo que sí parece claro es que desarrolló una importante carrera militar. Cuando menos a partir del 455, si no antes, Pericles comenzó a ser un visitante usual del alto mando de generales atenienses, ése que Cimón ya había aprovechado en su beneficio antes que él. Mi visión particular (aquí muchas cosas, ya lo he dicho, son hipótesis porque no pueden ser otra cosa) es que Cimón abrió un camino que Pericles supo aprovechar muy bien. En los tiempos cimónidas, cuando menos, los generales atenienses adquirieron un poder de influencia muy elevado. Eran escuchados por la asamblea, y no sólo en lo relativo a las cosas militares que eran lo suyo; en realidad, y puesto que en aquellos Estados permanentemente en guerra todo acababa por tener relación con las cosas militares, los generales eran escuchados en todas las materias. Pericles se encontró ese surco bien trazado, y no hizo sino ampliarlo y profundizarlo.

miércoles, junio 26, 2019

El cisma (15: el concilio de Pavía-Siena)

Sermones ya pasados

La declaración de Salamanca
El tablero ibérico
Castilla cambia de rey, y el Papado de papas
Via cessionis, via iustitiae y sustracción de obediencia
La embajada de los tres reyes
La vuelta al redil
Se suponía que la elección de un nuevo Papa, en la persona de Martín V (11 de noviembre de 1417) iba a resolverlo todo. Eso, al menos, era lo que decía el guión de Constanza. Pero, en realidad, nada de eso ocurrió, salvo la elección, claro. Martín recibía la misión de reinar sobre una cristiandad que estaba lejos de estar unida, y muy especialmente en Castilla, donde los partidarios aviñoneses se contaban por legión; especialmente en algunas zonas, como Burgos, donde para encontrar un cura de obediencia romana había que fabricar un holograma. Un dato venturoso para Martín, sin embargo, es que por lo menos había conseguido que Castilla, formalmente, se colocase de su lado, ya que la Corte castellana había abandonado a Pedro de Luna. Pero eso no era lo que ocurría en Aragón, donde el rey Alfonso V seguía protegiendo al ex-Papa, encerrado en su castillo de Peñíscola, consciente de que todavía podía ser un activo para él. Desde allí, por ejemplo, el 22 de agosto de 1418 emitirá una bula en la que declaraba cismáticos a todos los que apoyaren las decisiones de Constanza, y jactándose de que tenía el control del clero aragonés y gran parte del castellano.

lunes, junio 24, 2019

Pericles (9: las cosas no salen como se esperaba)

Ya hemos estado en:
Un proyecto imperialista
Por qué ser un alcmeónida no era ningún chollo
Xántipo, Micala y el coleguita Leotícides
Cimón
En el año 454, la orgullosa flota ateniense se da de bruces con la derrota. Bueno, más que con la derrota, con el desastre. Aunque sea un tema que, como otros muchos, no esté del todo claro, existe la posibilidad de que los atenienses perdiesen en aquella expedición la totalidad de su flota de 200 barcos; lo que vendría a suponer que en torno a 40.000 combatientes y marineros perdieron la vida o la libertad.