Como es bien sabido, a finales de 1813,
que es más o menos el momento en el que se comienza a vislumbrar con
claridad la posibilidad de ganarle la guerra al francés, todo ha
cambiado en España. La labor de la Regencia y de las Cortes de Cádiz
ha supuesto la puesta en marcha de una serie de medidas liberales que
han cambiado completamente la faz del país. Muy notablemente, se ha
puesto en marcha una administración del Estado basada en órganos
constitucionales que en nada se parece a la forma que tenía España
de organizarse con el Antiguo Régimen. A ello hay que añadir que en
la zona ocupada el propio José Bonaparte también había aplicado
políticas muy parecidas, por lo que se puede decir que toda España
había tenido la ocasión de acostumbrarse a la nuevas formas. Como
medida de gran importancia, yo citaría la tomada en materia de
comercio y actividades económicas. El planteamiento liberal había
servido para introducir la libertad de acción, apartando
progresivamente los esquemas gremiales rígidos del pasado; ya, muy
posteriormente, los gremialistas inventarían la socialdemocracia y
su consabida combinación de subvención/impuesto, para volver a
matizar eso; pero para eso quedaba todavía mucho tiempo.
jueves, julio 19, 2018
El regente Ciscar (8: maniobras orquestales en la oscuridad de Valençay)
En este color también tenemos:
lunes, julio 16, 2018
El regente Ciscar (7: y regente de nuevo)
En este color también tenemos:
La discusión en torno a las
pretensiones inglesas no sirvió sino para ahondar las diferencias
entre la Regencia y las Cortes, lo cual quiere decir que la
convicción dentro de éstas sobre la necesidad de neutralizar
aquélla se hicieron cada vez más fuertes. El ambiente de la opinión
pública gaditana operaba claramente como caja de resonancia para
este fenómeno, con una actitud anti-Regencia cada vez más acusada.
En julio de 1811, esta situación se acrisoló mediante una serie de
rumores muy fuertes en el sentido de que la Regencia proyectaba
disolver las Cortes, rumores de los que se hicieron eco varios
diputados en sede parlamentaria. El 17 de aquel mes, el gesto de
Císcar de presentar su carta de dimisión hizo pensar en una
rebelión en toda la regla.