jueves, marzo 12, 2015

Pistoleros de leyenda: los Dalton

..bueno, como esto ya va siendo toda una serie, aquí tienes otros capítulos.

Billy the Kid
Butch Cassidy
Los Dalton
La familia Earp
Wyatt Earp
Jesse James

Los hermanos Dalton son vistos con simpatía por mucha gente, dado que fueron, en su día, tomados como modelo (lejano) para la construcción de los personajes del mismo nombre del celebérrimo cómic Lucky Luke. Sin embargo, mucho antes de que los niños de mi generación y posteriores se lo acabasen pasando bien con estos golfos apandadores del  Far West, ellos tuvieron una oscura y tenebrosa historia que fue tremendamente mediática, que se dice hoy, durante su siglo. Los hermanos Dalton, además, son un ejemplo interesante de pistoleros del salvaje Oeste porque su final, su Nemesis, es un ejemplo de algo que pasó muchas veces en aquella época y que, sin embargo, no está reflejado apenas en la cultura fílmica a través de la cual hemos aprendido casi todo lo que sabemos de aquella época. Me refiero al punto en el que es todo un pueblo el que planta cara a los matones, y se los lleva por delante.


Sin duda alguna, la figura señera de la familia es Bob Dalton. Bob nació en 1868 en Cass Country, Missouri. Su padre, Lewis, tuvo quince hijos, que le llevaron a dejar la vida que tenía, pues era propietario de un salón, para buscar una ocupación más presentable para sus vástagos, razón por la cual se hizo granjero. En 1882, la familia se mudó a territorio indio. En aquella época, más o menos, Frank Dalton, uno de los hermanos mayores de Bob, fue asesinado, siendo ayudante del sheriff, por unos contrabandistas de whisky. Aquel suceso llevó a tres de los hermanos Dalton: Bob, Emmet y Grat, a incorporarse a la carrera de defensores de la ley. Sin embargo, muy pronto Bob fue expulsado por extorsionador, y sus otros hermanos aprovecharon para dimitir, en medio de fuertes rumores sobre sus actividades como ladrones de ganado.

Grat Dalton, entonces, decidió irse con otros de sus dos hermanos, Bill y Littleton Dalton, a California; mientras que Bob y Emmet se decidían por Nuevo México. Allí se buscaron rápidamente problemas con la ley, lo cual llevó a Emmet a regresar a Oklahoma, mientras que Bob se iba a California. Una vez allí, se juntó con Grat e intentó, sin éxito, asaltar un tren.

Ante el fracaso de la acción californiana, Bob Dalton decidió regresar a los terrenos que conocía bien, esto es Kansas y Oklahoma. De vuelta a casa, formó la que sería archifamosa banda de los Dalton, en la que se encontraban: sus hermanos Grat y Emmet, Bill Doolin, Dick Broadwell, Black Faced Charley Bryant, William McElhanie, Bitter Creek Newcomb, Charley Pierce y Bill Powers.

La banda de los Dalton realizó cuatro asaltos a trenes, además de otros robos. Como algunos de ellos les saliesen razonablemente bien, acabaron por albergar el proyecto del golpe del siglo: robar dos bancos en el mismo día en una localidad llamada Coffeyville, donde estaban enterrados tanto su padre como Frank Dalton.

Pero esto es 1892. Retrasemos el reloj un tanto, hasta 1888, aunque nos quedaremos en Coffeyville. Aquel invierno, Bob Dalton abandonó el pueblo para trabajar en otro sitio, momento que aprovechó otro local, Charles Montgomery, para hacerle la corte a Minnie Johnson, una prima lejana de Bob a la que éste se pulía. Cuando Bob regresó al pueblo y conoció la historia, se fue a por la pareja, que se subió a toda hostia a un tren para huir. Bob Dalton persiguió al convoy disparando. Semanas después, cuando Montgomery regresó al pueblo para recoger sus pertenencias, Bob Dalton lo localizó y le metió una bala de su Winchester por la nuca. De manera un tanto inexplicable para las personas de hoy en día, fue absuelto en el juicio al aducir que Montgomery era un ladrón de caballos.

El 6 de febrero de 1891, en Alila, California, la banda de los Dalton, esta vez sin Emmet, tomó la estación de tren del pueblo y luego el propio convoy cuando paró. Acojonaron a todo el pasaje y finalmente acabaron disparando en el estómago a un fogonero, George Radcliff, que trataba de escapar. Lo realmente pollas de la movida es que no lograron abrir la caja fuerte y acabaron huyendo con las manos vacías.

El 15 de julio de 1892 estaban de nuevo en Oklahoma, concretamente en Adair. Repitieron la acción: tomaron la estación de tren y se sentaron a esperar el convoy de las 9 y 42. Esta vez sí que consiguieron que un empleado que viajaba en el tren les abriese la caja. Pero en ese momento descubrieron que había guardias armados dentro del convoy, que empezaron a intercambiar disparos con ellos. Tres de estos policías: L. Kinney, Charley LaFlore y Sid Johnson, fueron heridos. Se da la circunstancia de que Johnson había sido compañero de los hermanos Dalton en una época en la que éstos se habían colocado de servidores de la ley. Por otra parte, en el tiroteo resultó herido un médico llamadol Youngblood, y muerto otro llamado Goff, que se encontraban en el interior de una farmacia cercana a la estación de tren.

Finalmente llegamos al 5 de octubre de 1892, en Coffeyville, Kansas. Ese día los tres Dalton más Broadwell, Powers y Doolin, planean atracar dos bancos de la localidad. El caballo de Bill Doolin, sin embargo, se lastima seriamente una pata cuando estaban llegando al pueblo, por lo que él hubo de abandonar la partida (lo cual, más que probablemente, le salvó la vida). Cuando los Dalton llegaron al pueblo, no pudieron hacer eso tan propio de las pelis de atar a los caballos a unos palos colocados al efecto, porque estos adminículos habían sido retirados a causa de unas obras. Como se ve, lo de los ayuntamientos y las obras es cosa bien antigua. El detalle es importante, porque, siendo un pueblo pequeño en el que todo, también los bancos, estaba en la plaza central o muy cerca, tener que colocar los caballos en un patio trasero les complicó la huida.

La mala suerte de los Dalton fue que un ciudadano de Coffeyville, Aleck McKenna, los reconociera, y se dedicara a ir sigilosamente por el pueblo previniendo a la gente.

El primer banco que quería atracar la banda tenía un nombre muy apropiado para un banco, si lo pensáis detenidamente: se llamaba Condon Bank. Éste le tocó a Grat, Powers y Broadwell, mientras que Bob y Emmet Dalton se ocuparían de la sucursal del First National.

En realidad, los primeros que llegaron fueron Bob y Emmet. Se encontraron cinco personas dentro de la sucursal: los empleados William Sheperd y Thomas Ayres, y los clientes C. Hollingsworth, J. Brewster y Alfred Knott, éste último ayudante del sheriff. El botín fue la leche: 21.000 dólares. Sin embargo, lo que no sabían los Dalton es que, en la calle, la gente estaba asaltando las armerías para defenderse de ellos. Para entonces, todo el pueblo sabía que estaban allí.

Bob y Emmet salieron del banco usando a Ayres, Knott y Sheperd como escudos. Sin embargo, los recibió tamaña lluvia de balas que tuvieron que meterse dentro del edificio, buscando la puerta trasera, desde donde esperaban ganar sus caballos. Un joven llamado Lucius Baldwin les vio y les apuntó con su arma, pero antes de que pudiese disparar Bob le reventó un pulmón, y en unos minutos la vida, con un certero disparo de su Winchester (una constante de la historia real de los pistoleros del Oeste es que rara vez usaban la pistola; el rifle les resultaba mucho más fiable y dañino). Luego Bob vio a George Cubine, un tipo al que conocía de su infancia, con su rifle preparado, y le recetó otra bala mortal. Charles Brown, que iba con el desgraciado Cubine, intentó coger su rifle, pero Bob se lo cargó también de un solo disparo. Luego siguió corriendo hacia su caballo y, como se encontrase con su rehén Ayres, que trataba de huir, le disparó en la cara.

Bob y Emmet se reunieron con los otros tres miembros de la banda en el patio donde habían dejado los caballos. Grat, Powers y Broadwell habían abandonado inopinadamente el Condon Bank cuando habían empezado los disparos, pero aun así habían conseguido coger 15.000 dólares (Broadwell también había recaudado una bala en un brazo). Cuando estaban montando sus caballos comenzaron a dispararles de nuevo, con el resultado de que las bestias de Bob y Powers cayeron muertas en el suelo. En ese momento apareció el sheriff, Charles Connelly; pero Grat lo mató de un disparo certero.

La suerte de los bandidos comenzó a cambiar. Muy cerca de Bob Dalton surgió John Kloehr, propietario de un establo en la localidad. Antes de que Dalton pudiese darse cuenta, Kloehr le disparó en el pecho. Dalton cayó hacia atrás pero, más que probablemente, antes de que su espalda tocase el suelo, ya estaba muerto. Grat intentó entonces devolverle el golpe; pero Kloehr, un hombre de extraordinaria sangre fría, le disparó en el cuello.

La matanza continuó. Powers saltó al caballo de Grat, pero cuando no había agitado las riendas, una bala le reventó el corazón. Broadwell, por su parte, herido como estaba logró subir a un caballo y salir a la naja; pero fue frenado por una andanada de disparos que lo dejó como una escurridera. Ya sólo quedaba Emmet, quien tal vez podría haber tenido alguna oportunidad de escapar, si no se hubiese empeñado en llevarse a Bob (el cadáver de Grat, parece ser, le importaba el huevo). El propio Kloehr y el barbero local, Carey Seaman, lo detuvieron.

Emmet Dalton, de hecho, fue el único miembro de la banda que sobrevivió, aunque muy malherido. Los doctores quisieron amputarle el brazo, pero se negó (y la verdad es que, finalmente, se recuperó). Fue condenado por la muerte de Cubine, aunque había sido producida por su hermano Bob.

Condenado a la perpetua, fue encarcelado en la penitenciaría estatal de Kansas; pero recibió el perdón en 1907. Se casó con su novia de siempre y abandonó la vida de ladrón. Bueno, o no, porque se hizo contratista de obras y agente inmobiliario. En 1920 se mudó a Los Ángeles, donde escribió guiones de cine e incluso hizo algunos pequeños papeles. Murió en 1937 siendo un activista contra el crimen y a favor de la reforma del sistema penitenciario.

Todavía deberemos hablar de un hermano más, William Marion Dalton, que es un curioso personaje de esta saga porque hizo el camino exactamente contrario a sus hermanos. Bill Dalton, exactamente igual que su hermano mayor Frank, escogió la vida legal, y comenzó una modesta carrera política en Tulare, California. Sin embargo, todo eso se fue a la mierda con la matanza de Coffeyville y la subsiguiente condena de su hermano Emmet. En ese momento, Bill se reencontró con Bill Doolin, el que se había quedado sin caballo el día de la matanza, y decidió convertirse en un fuera de la ley. Doolin había formado su propia banda, que llevaba el no muy inspirado nombre de Los Oklahombres, y Bill se convirtió en su lugarteniente. La banda se deshizo en 1895 y Bill trató de esconderse de la policía. Pero ésta lo encontró ese mismo año cerca de Ardmore, Oklahoma, y lo mató.

La foto que aquí os dejo está tomada en el establo de John Kloehr, y fue en su día la imagen más mediática de los Estados Unidos. Allí se puede ver a los cuatro miembros de la banda de los Dalton muertos en Coffeyville. Como podrán comprobar los fanáticos de Lucky Luke, se da la circunstancia de que el más Dalton de los Dalton, Bob, no llevaba bigote. Y tampoco hay que perderse el rostro del niño que se asoma entre las maderas.



(Por cierto, que el cadáver de la izquierda tiene que estar mal identificado; si no me fallan las capacidades de reconocimiento facial, es Powers).

5 comentarios:

  1. Uno llega a la conclusión de que Morris fue muy fiel retratando la capacidad para las chapuzas de los hermanos.*



    *Nota pedante: Los hermanos Dalton (Bob, Emmet, Grat y Bill, que en el tebeo vive y se dedica al bandidaje) en realidad solo salen en un álbum: Fuera de la ley, que precisamente termina con el tiroteo de Coffeyville (que se narra de forma distinta pero con similar resultado) Después de ese álbum fue cuando Morris (esta vez creo que ya con Goscinny) se dio cuenta de que tenía un filón entre manos y sacó a Los primos Dalton (Joe, Jack, William y Averell) que fueron realmente los que dieron lustre a su insigne apellido.

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    1. La Wikipedia afirma que es así, Alberto:

      http://en.wikipedia.org/wiki/Lucky_Luke#Collected_editions

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  2. Me ha gustado mucho.

    "Los hermanos Dalton, además, son un ejemplo interesante de pistoleros del salvaje Oeste porque su final, su Nemesis, es un ejemplo de algo que pasó muchas veces en aquella época y que, sin embargo, no está reflejado apenas en la cultura fílmica a través de la cual hemos aprendido casi todo lo que sabemos de aquella época. Me refiero al punto en el que es todo un pueblo el que planta cara a los matones, y se los lleva por delante."
    Si me permites el comentario, yo diría que, en general, casi cualquier disciplina artística ha tendido a minusvalorar el esfuerzo del pueblo y de hecho ha influido un poco en nuestra manera de ver los conflictos armados. El otro día, un conocido mío de Twitter de inteligencia comprobada se burlaba del Estado Islámico, diciendo que había que ser muy imbécil para que “un grupo de amas de casa” (sic) los mantuviera a raya. No se daba cuenta mi amigo de que cuando hasta las amas de casa luchan, es que estamos ante un pueblo que ve en peligro su supervivencia y lucha al completo y, como les pasó a Napoleón en España y a los americanos en Vietnam, es bastante difícil plantarles cara.

    Es un poco como lo que comentabas en la entrada de Estrasburgo y la olla zuriquesa: esos caballeretes que se reían de los toneleros que les querían plantar cara y, ¡coño!, les acabaron dando de hostias. No obstante, en la historia hay pocas historias sobre un pueblo que se rebela por sí mismo, es más frecuente el concurso de un héroe que lo salva o lo ayuda a rebelarse. No hay más que ver que del primer ejemplo tenemos Fuenteovejuna, pero del segundo tenemos miles.

    “(una constante de la historia real de los pistoleros del Oeste es que rara vez usaban la pistola; el rifle les resultaba mucho más fiable y dañino)”
    En algunos tebeos he leído que incluso los revólveres modernos son poco fiables, más bien para disparar a un tipo que esté a cuatro metros como mucho.

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  3. Anónimo12:51 a.m.

    Los revólveres, igual que todas las armas de mano, están pensadas para disparar a poca distancia, desde la cadera y casi sin apuntar. Encima los revólveres del s. XIX no tenían el cañón estriado. No todos, al menos, y eso les hacía el doble de imprecisos.

    En cambio los fusiles sí estaban diseñados para hacer blanco a más larga distancia, lo que obligaba a cargas de pólvora más grandes y estrías en el cañón para hacer más tensa la trayectoria de la bala. Un arma así, usada a poca distancia o a quemarropa, aparte de ser mucho más precisa, tendría el efecto de una recortada.

    Eborense, strategos

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    1. Anónimo3:03 p.m.

      El Winchester era un fusil... o rifle, como dicen ellos... pequeñito, que usaba munición de revólver. Más bien carabina.

      Lo que no le quita la razón en todo lo demás.

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