En este post, ya veremos si en algún otro futuro de esta serie, voy a hacer una travesura. Una de las historias triviales que publique no será cierta. A ver si la pillas, la deduces, o la sabes.
41.- Augusto, primer emperador de Roma, le rompió la nariz a Alejandro Magno.
42.- El mayor best seller de la Historia son las obras de Homero. Hasta el 40% de los manuscritos antiguos que se han encontrado son copias de sus obras.
43.- Con ningún primer ministro se llevó peor la reina Victoria de Inglaterra que con el liberal William Ewart Gladstone. Nunca lo ocultó, pues se refería a él muy a menudo como "ese maniobrero traidor, arrogante, tiránico y obstinado", o como "un viejo fanático, medio loco, bastante ridículo, airado e incomprensible".
44.- El jerarca nazi Hermann Göring tenía en su finca de Schorfheide, entre otros animales, un rebaño de bisontes americanos.
45.- El muy católico rey español Felipe II tenía en sus habitaciones privadas desnudos femeninos colgados de la pared.
46.- En las bibliotecas bizantinas se colgaban telas verdes junto a las ventanas. Su función era que el lector cansado de fijar la vista en los libros las mirase para descansar los ojos.
47.- La mujer y la primera esposa de Teddy Roosevelt, que llegaría a ser presidente de los EEUU, murieron el mismo día. Con mucho, fue el deceso de la esposa lo que más daño le hizo. Murió apenas dos días después de haber dado a luz a la hija de ambos. Roosevelt nunca se refirió a su mujer en público. Tanto tabú sentía respecto del recuerdo que, llamándose su hija Alice como ella, impuso en la familia que la niña fuese conocida como Baby Lee, para así no tener que pronunciar el nombre.
48.- Los dos atletas olímpicos más sorprendentes por su rendimiento en una final olímpica son negros. Uno es bastante conocido, y es el estadounidense Bob Beamon. Beamon realizó un fantástico salto de longitud en los JJOO de México (1968), de 8,90 metros, que permanece actualmente como la segunda mejor marca de todos los tiempos y como récord olímpico imbatido. Lo curioso del asunto es que Beamon nunca repitió el registro ni de lejos: en posteriores competiciones, apenas pasó de 8,20 (la marca que batió en México era de 8,35).
El segundo atleta que mostró un rendimiento sorprendente precisamente en la final que le tocó disputar es el ugandés John Akii-Bua. Bua llegó a los JJOO de Múnich (1972) sin haber bajado de los 49 segundos en su prueba, que eran los 400 metros vallas. Pero en la final quedó primero con un récord increíble para entonces de 47,82, lo que le convirtió en el primer atleta de la Historia que bajaba de 48 segundos. Igual que Beamon, aunque Akii-Bua siguió compitiendo, nunca volvió a acercarse a su marca.
49.- El emperador bizantino Justiniano era un comedor compulsivo de higos.
50.- El rey sirio Antíoco IV, conocido como Epífanes, pasó varios años de su juventud retenido en Roma. Allí fue testigo de las prácticas habituales entre los candidatos a alguna magistratura, que se parecían mucho a las campañas electorales actuales: los candidatos se paseaban entre sus conciudadanos, sonriéndoles, apretando manos y dando abrazos para ganar el voto. Tan impresionado quedó por esa práctica que, increíblemente, la asumió cuando fue liberado: a su vuelta a Antioquía, solía pasearse por la ciudad saludando amablemente a la gente y dándole la mano. Sus súbditos, que lo eran de una satrapía de corte oriental, no entendían nada.
50.- El rey sirio Antíoco IV, conocido como Epífanes, pasó varios años de su juventud retenido en Roma. Allí fue testigo de las prácticas habituales entre los candidatos a alguna magistratura, que se parecían mucho a las campañas electorales actuales: los candidatos se paseaban entre sus conciudadanos, sonriéndoles, apretando manos y dando abrazos para ganar el voto. Tan impresionado quedó por esa práctica que, increíblemente, la asumió cuando fue liberado: a su vuelta a Antioquía, solía pasearse por la ciudad saludando amablemente a la gente y dándole la mano. Sus súbditos, que lo eran de una satrapía de corte oriental, no entendían nada.
Alejandro vivió en el siglo IV aC y Augusto tres siglos después... Mucho tiempo para una sola nariz.
ResponderBorrarImagino que se referirá a una nariz de una estatua de Alejandro Magno. No creo que Juan nos lo ponga tan facil jejeje.
BorrarA mi la que me suena más inverosímil es la de Felipe II pero puede ser cierto pues su imagen de fanático religioso es invención de la propaganda anglosajona, como muchas otras cosas.
Saludos del Kaiser.
Pues es cierta. :)
BorrarAugusto le rompió la nariz al cadáver de Alejandro Magno cuando lo sacó de la tumba para rendirle homenaje.
https://es.wikipedia.org/wiki/Tumba_de_Alejandro_Magno
:-DDD ¡Nadie dijo que Alejandro tuviese que estar vivo!
BorrarEsta era bastante fácil, incluso para mí :) Lo de Alejandro Magno y Augusto, salvo una cuádriga DeLorean, imposible
ResponderBorrarLo de Augusto y la nariz,por raro que suene,es cierto.Se suele citar el hecho,cuando se investiga el destino final de los restos del Gran Alejandro.
ResponderBorrarQuien era un gran comedor de higos,era Augusto(y de aceitunas y pan,que le preparaba su esposa).Cabe pensar que lo capcioso este en la "Confusion entre Emperadores".
Respecto a Homero,puede que haya innumerables citas,pero no copias.Puede ser,pero entra en el reino de lo opinable,supongo.
No trato de opinar a la "bartola",si no que digo lo que me parece mas logico.
Salud.
Fino olfato el de Martín. Efectivamente, el emperador que se pirraba por los higos era Augusto, no Justiniano. Ése era el truco. Augusto, en efecto, le rompió la nariz al CADÁVER de Alejandro Magno, que en sus tiempos aun se veneraba, al ir a ponerle una guirnalda.
ResponderBorrarNadie parece haber considerado increíble la historia de Antíoco, lo cual me sorprende. No por cierta deja de ser inconmensurable.
Como deesconozco bastante la vida personal de Justiniano, no he malpensado (es lo que tiene haber estudiado Derecho, que en primero de carrera le llegué a coger un poco de tirria), pero creo que cualquiera que haya visto Yo Claudio tendrá gravado a fuego la imagen de Brian Blessed comiendose un higo envenenado ofrecido por Livia, tambien magnificamente interpretada no recuerdo por quien.
ResponderBorrarYo hubiera apostado por lo de las bibliotecas, mira por donde.
La de los bisontes no me ha extrañado. Entre algunos jerarcas nazis, había cierta admiración por los indios y su modo de vida. Tampoco lo de los atletas, que es de hecho conocido. Hasta de una perturbación local de la gravedad se llegó a hablar, en el caso de Beamon.
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