Como ya sabéis, ando yo un poco apartado del mundo ordenadoril y con dificultades para escribir posts en los ratos libres. Afortunadamente, todavía nos queda Tiburcio, nuestro elefante de cámara, coposteador de este espaciete. Es él quien ha venido a salvarme con un excelente post recomendando más lecturas. En leyéndolo me ha entrado en gusanillo de añadir dos o tres apostillas, motivo por el cual el texto original lleva, en su final, un anexo debido a mí, con mis recomendaciones.
La cosa va hoy de biografías. Que lo disfrutéis, y que disfrutéis las recomendaciones.
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Leyendo vidas. By Tiburcio Samsa (AKA Inasequible Aldesaliento), con un interesantísimo anexo de JdJ.
Una buena biografía tiene que estar un poco a caballo entre la Historia y la literatura, aunque siempre inclinándose más del lado histórico. Para mí los mejores biógrafos son los anglosajones. No sé cómo, consiguen contar la Historia sin resultar aburridos ni pedantes, y meten anécdotas que humanizan al personaje y distraen al lector, sin caer nunca en el cotilleo. En comparación, los alemanes son plúmbeos y sus biografías parecen hojas de servicios de funcionarios extraídas de algún Boletín Oficial; los franceses son ligeros y se van por las ramas a la mínima de cambio y así relatar los éxitos de Alcibíades en las Olimpiadas puede servir de excusa para informar al lector de que la autora del libro en cierta ocasión ganó el primer premio de latín y el segundo de griego en un concurso (ver Alcibíades, de Jacqueline de Romilly). En cuanto a los españoles, las pocas veces que se deciden a escribir biografías suele ser para denigrar al biografiado (La incompetencia militar de Franco, de Carlos Blanco Escolá) o para hacer prensa del corazón (véase la pésima biografía que sobre Jaime Gil de Biedma escribió Miquel Dalmau, que parece más interesado por la vida sexual del biografiado que por su literatura; tal vez si escribiera la biografía del actor porno Nacho Vidal, haría hincapié en sus poemas de adolescencia).
En fin, algunas recomendaciones para los que quieran mezclar Historia y literatura:
El Conde-Duque de Olivares, de J.H. Elliott. Se centra sobre todo en la acción política del Conde-Duque. Relata con minuciosidad todos los pormenores de los problemas a los que se tuvo que enfrentar el Conde-Duque y cuáles fueron los determinantes de las decisiones que tomó. Al final uno no puede menos que sentir simpatía por ese hombre trabajador, al que si hubiera montado un circo le habrían crecido los enanos.
Ribbentrop, de Michael Bloch. Es la biografía del jerarca nazi más ridículo de todos, mal que le pese a JdJ, que sigue convencido de que ese título le corresponde a Göring. Ribbentrop fue el Ministro de Asuntos Exteriores de Hitler entre 1938 y 1945 y resulta entre patético y grotesco, verlo pasear por una Europa en llamas, preocupado exclusivamente por si Rosenberg le estaba invadiendo sus competencias o si Ciano le había hecho un feo.
Alejandro Magno, de Mary Renault. Me imagino que Mary Renault, después de escribir su trilogía sobre el conquistador macedonio, se dijo que para amortizar el esfuerzo de documentación, bien podía escribir una obra histórica. Es indudable que Mary Renault está enamorada de su personaje y que el libro es más una hagiografía que una biografía, pero aun así es de lo más recomendable.
Freud, darkness in the midst of vision, de Louis Breger, que no solo escribe la vida de Freud, sino que psicoanaliza al mismísimo padre del psicoanálisis. Me confirmó lo que siempre había sospechado: que el complejo de Edipo es una engañifa. Según Breger, Freud lo descubrió para distraer la atención sobre su verdadero complejo de inferioridad, que le venía de ser hijo de un padre judío en una sociedad antisemita, manirroto e incompetente. Como Gil de Biedma diría muchos años después: era imposible descubrir el complejo de Edipo en las condiciones reales de la sociedad austrohúngara de finales del siglo XIX. Un Edipo entonces habría consistido en el deseo de matar a tu madre (que era la dueña de la casa) para poder acostarte con la criada (que era quien hacía las tareas domésticas). Pero me estoy yendo por las ramas. Es mi gran defecto, como me dice mamá Yocasta.
Espero que disfrutéis con estos libros. Siempre es más fácil leer una biografía que vivir una vida y vistos los resultados puede hasta resultar más aconsejable.
Apéndice de JdJ
Hay algunos libros que me parece pueden ser añadidos a esta lista, y no creo que Tiburcio esté en contra de una sola de estas recomendaciones.
Extraordinaria me parece la biografía de Stalin, Stalin: triumph and tragedy, de Dmitri Volkogonov. Yo la leí en inglés y, honradamente, no sé si existe edición en español. Volkogonov fue uno de los militares de alta graduación que se apuntaron a la era Gorvachov, aquello de la glasnost y la perestroika. Por lo tanto, es uno de los primeros historiadores rusos que tiene acceso a fuentes que han pasado décadas, y en parte siguen, ocultas a los ojos mortales. Es autor también de sendas biografías de Lenin y de Trosky, que no he leído porque son dos personajes que me causan mucha menos curiosidad.
En todo caso, si quien lee esto es capaz de leer en ruso (o en inglés para las traducciones) me parece valioso recomendarle que esté al tanto de las novedades historiográficas rusas. Rusia es un país que hoy está elaborando grandes trabajos a causa, precisamente, del volumen de documentación hasta ahora ignota que se está poniendo a disposición de los scholars. Entre los libros escritos por no rusos, me gustó bastante Beria: Stalin’s first lieutenant, obra de Amy W. Knight, a pesar de que el libro trata de reivindicar la figura de Beria, algo que me parece misión imposible.
Otro libro muy interesante es RFK: his life, escrito por Evan Thomas. De nuevo, debo decir que lo he leído en inglés. La biografía es muy completa y cumple la función para la que fue concebida, esto es, sacar a un personaje histórico de primer nivel, Robert Kennedy, de la sombra de su hermano Juanito, y mostrárnoslo.
Sí que sé que se ha editado en español el libro de Chung Jang y John Halliday, Mao: the unknown story. Otro libro muy recomendable, si bien para disfrutarlo completamente es, tal vez, necesario, conocer dos palabras con anterioridad sobre la historia de China en el siglo XX.
Olvido imperdonable por tu parte, Tibur, es la monumental biografía de Adolf Hitler escrita por Ian Kernshaw, y que en España está ya editada en libro de bolsillo baratito.
Entre los españoles, me gustaría recomendar las últimas tendencias, relativas sobre todo a los tiempos de la República, pero no puedo. Al contrario que Tiburcio, no creo que las biografías se escriban en España para denostar; también hay un importante volumen de hagiografías. Así, el libro de Octavio Cabezas sobre Indalecio Prieto es un inteligente ejercicio boxístico: el autor hace uso de un inigualable juego de piernas y de cintura para esquivar, uno tras otro, los aspectos no demasiado claros, y hay bastantes, de la vida política de Prieto. Por lo que se refiere a la biografía de Negrín escrita por Moradiellos, como ya he escrito aquí es bastante más equilibrada, lo cual no quiere decir, en modo alguno, que sea equilibrada.
Por supuesto, esta división de los historiadores en tirios y troyanos afecta, primero que a todos, a la figura centralmente polémica de todo aquello, que es el general Franco. Nunca recomiendo biografías de él porque pienso que la biografía adecuada (o la que yo considero adecuada) está por escribir. Y me explicaré: mi opinión es que, para acercarse a una figura compleja, importante y de peso históricamente hablando, una figura de poder, no se puede analizar tan sólo al hombre. Como dice Kernshaw en el prólogo de su libro, escribir la historia de Hitler es, en gran parte, escribir la historia del pueblo alemán y de cuándo, cómo y, sobre todo, por qué, decidió unir su destino con el de aquel soldado veterano, bajito y de mala leche, aficionado a la pintura y a Wagner, para colmo austriaco. Ese análisis, apasionado a la par que desapasionado, no ha sido hecho aún en el caso de Franco y el franquismo.
Si me permitís, recomendaré un par.
ResponderBorrarUno que me estoy leyendo ahora mismo. No es estrictamente una biografia, solo una crónica biográfica parcial de la actuación en la guerra de Von Manstein escrita por el mismo en 1955, cuando salió de prisión. Parece que hace poco se ha vuelto a reeditar en España
Este es:
Victorias Frustradas de von Manstein.
ISBN: 8496364704
Precio: 26-29€
Editado en 2006. 786 páginas, 23 mapas.
El otro es uno que lei hace tiempo, de la biblioteca de una gran lectora...
Yo fui ministro de Stalin, de Jesús Hernández. Editorial América. México, 1953. Escrito por Jesús Hernández, un alto cargo del partido comunista en España durante la Guerra Civil. (Aquí tenéis una breve reseña de su vida http://www.sbhac.net/Republica/Personajes/Biografias/JesusHernandez.htm)
Salu2
cad
Simplemente agradeceros al elefante y a ti los buenos y didácticos ratos que paso en el curro gracias a este blog. Me parece de lo mejor que he leido ( y leo mucho ya que trabajo poco :D)
ResponderBorrarOjala sigáis asi por m ucho tiempo. Ah y cuanto más largos los posts más disfruto :D
Un comentario sobre el libro que anónimo recomienda de Jesús Hernández "Yo fui ministro de Stalin": sólo es una justificación de su actuación durante la guerra, ocultando muchas de las sombras. No en vano él era un aprendiz de asesino, ya que había estado encarcelado por intentar matar a Indalecio Prieto. Ni me imagino el mal rollito que debía de haber en los Consejos de Ministros.
ResponderBorrarEl libro es muy interesante, pero no muy histórico.
Si consideramos las memorias como biografías, me atrevería a sugerir tres sobre la vida de los republicanos que se exiliaron a la Unión Soviética:
- "Mi fe se perdió en Moscú" de Enrique Castro Delgado. Un libro terrorífico sobre la desventura de un comunista violento (durante la guerra hizo auténticas animaladas) al ver con sus ojos la miseria y la falta de libertad que había en el país que él creía el paraíso de los obreros. Para colmo se enfrentó a Pasionaria cayendo en desgracia con el Régimen, con lo que eso suponía en Moscú en 1947. Salió vivo de allí de milagro. Las últimas 50 páginas son como una peli de Hitchcok
- Las memorias de Manuel Tagüeña (no recuerdo el título exacto): parecido al anterior, pero escrito por una persona sin el veneno del odio. La parte de la Guerra Civil es perfectamente evitable, pero a partir de la llegada a Moscú es muy bueno. Tagüeña, al contrario que Castro, no se enfrentó al sistema pero intentó poco a poco desvincularse del partido y trató de vivir su vida sin meterse en política, pero apoyar a Tito cuando éste se enfrentó a Stalin le puso en el punto de mira y también estuvo en un tris de no contarlo.
-"Vida y muerte en la URSS" de Valentín González "El Campesino": fantasioso libro de aventuras de otro que, desencantado de lo que vio en la URSS, se negó a tragar con lo que veía. Acabó en los campos de concentración de donde se escapó en dos ocasiones. El autor es ciertamente fardón y nos da detalles del tipo de "...para poder escaparme de aquel lugar tuve que acostarme con la mujer del capitán del campo..." y cosas así. Pero el libro es divertido aunque es desorganizado en su estructura e increíble en su relato.
El libro de Mao me pareció bastante parcial, y un tanto cojo, como dije aquí
ResponderBorrarSaludos.
De autores españoles y sobre personajes españoles me parecieron bastante buenas las biografías de Hernán Cortés y Simón Bolivar escritas por Salvador de Madariaga y la de Antonio Pérez escrita por Gregorio Marañón.
ResponderBorrarHe leído tu comentario, Jaimemarlow, tanto aquí como en tu blog, y no estoy de acuerdo con él.
ResponderBorrarLe reprochas al libro que no analice el pensamiento de Mao. Sin embargo, yo creo que ese no es el objetivo de sus autores, y el subtítulo del libro lo deja bien claro. El intento del libro, y es aquí donde a mi modo de ver se le deben hacer reproches si es que se encuentran, es desmontar el mito de Mao. Desmontar el mito de que, primero, es un líder que llega al liderazgo por su presión ideológica (lo hace, como Stalin, apartando a los demás, incluso violentamente); desmontar determinadas verdades históricas que en realidad lo son ideológicas (como el protagonismo de Mao en determinadas acciones bélicas y revolucionarias, que no existió); y desmontar, por último, la idea, sobradamente extendida, de que en el maoísmo son más los beneficios que las pérdidas.
En tal sentido, evidentemente, es un libro de parte. De parte de los 70 millones de muertos que cuenta o calcula. Pero la crítica, a mi modo de ver, no debiera estar en la tesis; debiera estar en el contenido. Lo que es discutible de este libro es si es o no verdad que el maoísmo costó 70 millones de muertos.
Terreno éste en el que los defensores del maoísmo, sobre todo los occidentales por razón de las sociedades en que están inscritos, llevan, a mi modo de ver, las de perder. Pongamos que alguien trata de decirme que el pavo coreano ése que se lió a tiros en un colegio hace poco tenía motivos elevados para hacerlo. Cada uno tiene su respuesta y yo tengo la mía: de alguien que mata adolescentes a tiros no quiero escuchar nada, repito, nada, de sus motivos, elevados o hundidos.
Ésa es, a mi modo de ver, la tesis del libro y yo, personalmente, la comparto. Stalin decía que un muerto es un muerto pero mil muertos son una estadística. Una persona que dice eso, piensa eso, y aplica eso, ya puede luego por las tardes preocuparse de la hostia por la educación, la sanidad y la industria confitera. Moralmente, es cien por cien reprobable.
Y es el caso de Mao, y son necesarios libros como éste para construir esa evidencia.
Defensores de Mao yo no veo casi ninguno actualmente, por lo que creo innecesario escribir un libro para desmontar su "mito". El mito de los sistemas comunitas ya lo veo bastante desmontado (y con razón). A lo mejor es que soy demasiado ingenuo...
ResponderBorrarBuenas,
ResponderBorrar¿Qué os parece la otra biografía de Mao que he visto por las tiendas en edición de bolsillo? ¿Recomendais su lectura?
Me refiero a la de Philip Short "Mao: A Life", aquí traducido sólo como "Mao".
Saludos y felicidades por el weblog.
Siempre me ha hecho gracia cómo se despacha a Stalin en cuatro patás, usando una frase aislada (y en la cual refleja probablemente su pensamiento... y el de sus contemporáneos en los gobiernos occidentales o no).
ResponderBorrarSobre biografías, recomiendo la Queen Victoria de Lytton Stratchey.
Hola Diego.
ResponderBorrarRespecto a lo que decias del libro "Yo fui ministro de Stalin"... cuando lo lei (hace años por lo que igual la memoria me falla) me pareció que no se justificaba sino todo lo contrario se culpaba a si mismo por no haber evitado que la URSS utilizara al Partido Comunista Español y por haber seguido sus directrices...
No se... pero parcial o no, suelen ser interesantes esas memorias, si se contrastan con otras por supuesto.
Lo curioso es que hay varios libros de Comunistas que fueron a la URSS y se desencantaron...
Otro libro de memorias que me gustó fueron las memorias del Almirante Canaris...
salu2
cad
Sí, Jesús Hernández se culpa de haber permitido que la URSS utilizase al Partido Comunista Español para sus intereses.
ResponderBorrarPero no de los miles de asesinatos que cometieron a través del SIM, de las checas, etc. De eso no dice nada ni bueno ni malo. Y como no lo menciona, se puede decir que lo oculta. Eso sí, el libro es extremadamente interesante.
También hay otros libros de comunistas que no se desencantaron, como las memorias de Constancia de la Mora, nieta de Maura y esposa de Hidalgo de Cisneros, pero de ese no os puedo decir nada porque no me lo he leido aún.
Si quieren complementar sus versiones sobr la biografía de Jesús Hernández, últimamente se ha publicado un libro que trata sobre él: "Comunistas sin partido. Jesús Hernández, ministro en la guerra civil, disidente en el exilio", de Fernando Hernández Sánchez, en editorial Raíces.
ResponderBorrarhola...yo el marques,solo recomendaria "Los Horrores De La guerra Civil",,,un gran libro.Seguro que os gusta,asi sabremos de una vez...que se hacia en las temibles CHECAS.Un saludo
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