Off topic estalinista

 

Hola, buenas. 

Esta entrada es un off topic, expresión ésta que creo ya está en desuso en la red pero que yo sigo usando. El caso es que ayer concluí que había una cosa que tenía que consultar con vosotros, los lectores. Y eso es lo que voy a hacer en este momento.

Algunos de vosotros ya sabréis, por algún comentario mío sobre todo en Twitter, que tengo la intención de escribir un libro. El libro se titulará Vodka y putas: una breve Historia de la URSS, y pretende ser un repaso de la Historia de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas desde 1920, aproximadamente, hasta el año 2000. No he querido introducir en el plano la revolución rusa propiamente dicha porque creo que eso supondría introducir dos análisis diferentes. Una cosa es la revolución rusa y otra la URSS. 

Mi idea es que la Historia de la URSS 1920-2000 se puede contar entrelazando cinco vidas: Iosif Visssariovitch Dzugashvili, Lavrentii Pavlovitch Beria, Leónidas Illitch Breznev, Konstantin Ustinovitch Chernenko y Milhail Sergeyevitch Gorvachev; con algunas guindas añadidas, como son, fundamentalmente, los últimos años de Vladimir Illitch Ulianov, la corta secretaría de Yuri Vladimirovitch Andropov y la presidencia de Boris Nikolayevitch Yeltsin en la Federación Rusa.

Todo lo que está descrito en el párrafo anterior posterior a Stalin-Beria está ya escrito y casi publicado (ahora mismo estamos con la vida de Chernenko). Así pues, para terminar el libro que tengo en la cabeza, sólo necesito escribir sobre la URSS de 1920 a 1953, año en que Stalin la roscó (aunque el texto tendrá que tener un apéndice temporal que tendrá que abarcar hasta el momento en que Beria terminó en el paredón).

Llevo preparando este texto, que es la primera parte del libro y sin embargo es la última que he escrito, en los últimos cuatro años. Sin embargo, no comencé a escribirlo hasta hace año y medio. Mi estrategia es escribir la vida de Stalin y, una vez escrita, pespuntear la de Beria allí donde la completa, la matiza o, en algún caso, ofrece una contraversión. La verdad es que todavía me queda algún tiempo. Quiero ampliar algunas partes que ya he escrito. Me gustaría poder ampliar, por ejemplo, la parte del Juicio a los Veintiuno, porque creo que la represión de Nikolai Ivanovitch Bukharin es el mejor ejemplo de cómo el estalinismo se volvió tóxico, y porque está muy bien documentada en algunas fuentes, entre otras su propia mujer, Anna Milhailovna Larina. También quiero introducir el tema de la matanza de Katyn, con el punto de vista de cómo fue gestionada por el régimen durante toda su existencia, es decir, hasta Gorvachev. También me gustaría repasar todo lo que he escrito sobre el asesinato de Sergei Mironovitch Kirov y, si hace falta, reescribirlo de nuevo desde la primera coma. Y, sobre todo, todavía me queda escribir todo el tema relacionado con Beria, lo cual supone realizar una nueva investigación de nombres y patronímicos, entre otras cosas. Si todo va bien, en las vacaciones de verano del 2023 yo creo que podría terminar esta parte. Luego la compartiría con vosotros a través del blog, a la manea usual, mientras en paralelo armo el libro. El libro no será la simple sucesión de posts publicados sino una reedición de los mismos, adaptados a un relato cronológico lo más estricto posible.

El problema que se me plantea es que la serie Stalin-Beria tiene toda la pinta de convertirse en la serie de artículos más larga nunca escrita en este blog. En este momento, en el que estimo que tengo aproximadamente el 60% o 70% del trabajo hecho, tengo escritas unas 210 páginas, lo cual son 70 posts, es decir unas 23 semanas, es decir... 6 meses de blog. No tiene que pasar nada para que la versión que de por finalizada y buena llegue a los ocho meses. 

Aunque ya sé que este blog es mío y quien no quiere leerlo, no lo lee, la perspectiva se me hace un tanto inquietante. Se trata de una serie mucho más larga de lo que yo imaginé. La verdad, yo creía que podría con la vida de Stalin y Beria con cuarenta o cincuenta posts a lo sumo; pero voy camino del doble, y eso eliminando mierdas que me cargan, como la historia bélica de la segunda guerra mundial, o la carrera atómica, u otras movidas que apenas toco o no toco en lo absoluto. Lejos de lo que imaginé, sólo con documentar y contar las purgas me he encontrado una montaña el doble de alta de lo que pensaba. 

En estas circunstancias, creo que me enfrento (nos enfrentamos) a una serie de posibilidades.

1) No publicar la serie de Stalin y Beria en el blog y dejarla para el libro. Esto supondría que la mitad de la Historia de la URSS nunca se tratará en Historias de España. 

2) Publicar en el blog una serie de posts resumidos. Esta posibilidad, si os parece viable, ya os la podéis ir quitando de la cabeza. Yo escribo las cosas que me parece fundamental transmitir. No resumo.

3) Permanecer impasible el alemán, publicar las tomas que salgan y como salgan, y todas seguidas. 

4) Modificar un tanto el alemán, permaneciendo incólumes los posts, pero publicándolos en series cortas, entre las cuales abordaría otras historias. Podría ser, por ejemplo: Stalin hasta consolidar el poder; Stalin y las purgas; Stalin en guerra; el final de Stalin. 

5) Modificar el ritmo de posts, de manera que si ahora tienen unas tres páginas en word por post, el texto se dosificaría en trozos más largos, digamos, de cinco folios, o de seis. Esto va en contra de todas las biblias de la lectura electrónica y es una apuesta arriesgada. Según Google Analytics, no pocos de los lectores de este blog lo leen en el móvil, y cinco páginas en un móvil son muchas páginas. 

No diré que todas estas posibilidades merecen la misma valoración por mi parte, porque no es verdad. A decir verdad, lo que a mí me sale de donde me sale es no preguntarle a nadie y decidirme por una de ellas; una en concreto. Creo que tras cuatro años conviviendo con Stalin varias veces a la semana se me ha pegado algo. No obstante, me gusta pensar que este blog son también quienes lo leen; sobre todo, quienes lo leen con asiduidad. Así pues, he pensado, siempre puedo hacer como en los plenos del Comité Central: os doy la palabra, anoto lo que me digáis, y luego hago lo que me salga de las narices. Evidentemente, no sin acusar a quien disienta conmigo de ser un terrorista saboteador contrarrevolucionario cosmopolita-derechista-trotskista-zinozievita. 

Hasta aquí, yo. Desde aquí, vosotros. ¿Algún comentario?

Os leo.