Papá, no quiero ser campesino
Un esclavo, un amigo, un servidor
“¡Es precioso, precioso!”
Jefe militar
La caída de Zhu De
Sólo las mujeres son capaces de amar en el odio
El ensayo pre maoísta de Jiangxi
Japón trae el Estado comunista chino
Ese cabronazo de Chou En Lai
Huida de Ruijin
Los verdaderos motivos de la Larga Marcha
Tucheng y Maotai (dos batallas de las que casi nadie te hablará)
Las mentiras del puente Dadu
La huida mentirosa
El Joven Mariscal
El peor enemigo del mundo
Entente comunista-nacionalista
El general Tres Zetas
Los peores momentos son, en el fondo, los mejores
Peng De Huai, ese cabrón
Xiang Ying, un problema menos
Que ataque tu puta madre, camarada
Tres muertos de mierda
Wang Ming
Poderoso y rico
Guerra civil
El amigo americano
La victoria de los topos
En el poder
Desperately seeking Stalin
De Viet Nam a Corea
El laberinto coreano
La guerra de la sopa de agujas de pino
Quiero La Bomba
A mamar marxismo, Gao Gang
El marxismo es así de duro
A mí la muerte me importa un cojón
La Campaña de los Cien Ñordos
El Gran Salto De Los Huevos
38 millones
La caída de Peng
¿Por qué no llevas la momia de Stalin, si tanto te gusta?
La argucia de Liu Shao Chi
Ni Khruschev, ni Mao
El fracaso internacional
El momento de Lin Biao
La revolución anticultural
El final de Liu Shao, y de Guang Mei
Consolidando un nuevo poder
Enemigos para siempre means you’ll always be my foe
La hora de la debilidad
El líder mundial olvidado
El año que negociamos peligrosamente
O lo paras, o lo paro
A modo de epílogo
Aparentemente, por muy afanoso que se mostrase aquel joven que sólo hablaba su dialecto local (y así permaneció toda su vida; Mao nunca habló otro idioma que el chino y, dentro del chino, ni siquiera aprendió el putonghua o chino común), lo cierto es que no es que no le invitasen a ser uno de los fundadores del PCC; es que ni siquiera Chen o Voitinsky compartieron con él la idea de crear el Partido. El Partido fue fundado en agosto de 1920, cuando Mao ya había abandonado la populosa ciudad china. Por esta razón, las historias oficiales del PCC señalan su fundación en el año 1921, que en realidad es la fecha de su I Congreso, porque ahí sí que estuvo presente Mao.
Chen, sin embargo, contaba con Mao. Le encargó la apertura de una librería en Changsa para la venta de literatura comunista. Mao se otorgó el título de “enlace especial”, en calidad de lo cual comenzó a solicitar donaciones y ayudas para el Partido, además de relacionarse con profesores y profesionales en todo el país. Cuando Moscú decidió crear una denominada Liga de la Juventud Socialista en Hunan, pensó en él para la tarea. Para entonces, Mao tenía 27 años, y comenzó a decirse a sí mismo comunista.
En Changsa, además, Mao Tse Tung desarrolló una nueva relación. Se trataba de Yang Kai Hui, ocho años más joven que él e hija de Yang Chang Chi, que había sido profesor de Mao en la escuela de Magisterio. El padre había viajado extensivamente por el extranjero y trataba a su hija como una igual con sus estudiantes, algo que no era nada común en aquel tiempo. Apreciaba mucho a Mao y le abrió las puertas de las casas de mucha gente influyente. Murió en enero de 1920, y fue en ese tiempo, en los contactos que tuvo con la familia, cuando Mao y Yang Kai Hui se enamoraron.
Bueno, se enamoraron… A Mao siempre, toda su vida, le gustó ser un picaflor de la hostia; y, de hecho, su compromiso no detuvo sus aventuras, sobre todo una muy sonada con una profesora viuda llamada Si Yung. Mao y Si se mostraban muy a menudo como pareja. A pesar de que todo esto Kai Hui lo supo perfectamente, a finales de 1920 ambos se casaron. Poco después, Mao comenzó dos relaciones más, una de ellas con una prima de su mujer. Kai Hui, quien era una mujer de sólidas ideas feministas, decidió, sin embargo, tragar como si fuera una esposa tradicional china. Es por razones como ésta (y otras de mayor peso) por lo que estás tan acostumbrado a oír y leer a las feministas de izquierda rechazar el maoísmo. ¿A que sí?
A finales de 1920, Moscú estaba intentando incrementar la labor y la influencia del comunismo chino. Técnicos soviéticos entrenaron tropas chinas en Siberia; estaban pensando en una intervención armada en el país, como la que realizaron en Polonia (y donde les dieron de hostias). La KGB ya estaba establecida en Shanghai.
El 3 de junio de 1921, llegaron a la ciudad nuevos interlocutores soviéticos. Se trataba de un oficial de inteligencia militar llamado Vladimir Abramovitch Neiman Nikolsky, y un holandés llamado Maring (seudónimo de Hendricus Josephus Franciscus Marie Sneevliet; un comunista especializado en Asia cuyo principal teatro de acción fueron las Indias Neerlandesas). La escalada de la representación soviética tenía su razón de ser en que Moscú quería que el PCC celebrase su primer congreso y, consecuentemente, consolidase una primera estructura organizativa y de mando. Cada provincia con implantación debía nombrar dos delegados y aportar 200 yuanes (que, según mis cálculos, vienen a ser como aportar unos 60.000 euros hoy en día). Mao, obviamente, se designó delegado y escogió para acompañarlo a un amigo suyo más mayor, Ho Shu Heng.
El 23 de julio se abrió el I Congreso del PCC. Los asistentes eran 13 personas en representación de una militancia global de 57 personas; lo cual, si es una mierda en Liechtenstein, imaginaos en China. Como suele ocurrir siempre con los movimientos comunistas, allí no había nada que oliese a proletario. Aquellos 13 de la fama eran periodistas, maestros y estudiantes. Aquello, pues, más que un congreso político parecía un programa de La Sexta Xplica. Con ese elenco, ¿qué podía salir mal?
Ni Li Ta Shao ni Chen Tu Hsiu, los dos miembros más carismáticos de aquel PCC de microbús, estaban presentes, aunque el segundo de ellos fue elegido secretario general. En realidad, el congreso lo llevaron los soviéticos. Maring pronunció un discurso de varias horas en inglés. La presidencia la ostentaba Chang Kuo Tao; no por nada, sino porque había estado en Moscú. Mao habló poco, y por lo que parece no impresionó a puto nadie.
Al parecer, hubo un intento de introducir a alguien para espiar el congreso. Pero, claro, en una reunión de 13 personas, y aunque ya se sabe que los chinos todos se parece mucho, resulta difícil. Maring se coscó de la movida, así pues ordenó disolver la reunión y continuarla fuera de Shanghai, en Jiaxing. El congreso terminó con un paseo en barca por el río, que se fue a la mierda porque se puso a llover a lo bestia.
El profesor Chen no quería un partido de revolucionarios a tiempo completo; no se sabe muy bien si porque le daba miedo la burocratización, porque no tenía dinero para pagarlos, o por ambas cosas. Por lo demás, Maring consideraba que el PCC no tenía que ser otra cosa que la oficina chinorri de la Komintern, y que Nikolsky lo tenía que dirigir todo; algo que a Chen no le gustaba. Sin embargo, el hecho es que el grupo de Chen no era el único grupo comunista que había en China entonces (había por lo menos otros seis; como dice Luiz Inazio Lula da Silva, toda ideología de izquierdas es siempre divisible por dos); lo que lo diferenciaba era estar financiado por Moscú. Y Lenin no daba hilo sin puntada.
Estos hechos fueron el primer paso de una larga marcha (ésta sí) de Mao hacia el poder. Mao, al contrario que Chen, no le hacía ningún asco a que otros le financiasen. Se diría que esa visión cuadraba con su cosmovisión personal, en la que los esfuerzos los hacía otro, y el dinero también lo ponía otro. Nunca le hizo ascos a los fondos de la Komintern en Hunan; fondos que, accordingly, comenzaron a llegar con generosidad puntual; con los años, como veremos, acabaría viviendo incluso de los ingresos de la droga sin un pestañeo. Mao abandonó su oficio de periodista y su empleo de profesor, y se convirtió en eso que Chen odiaba: en un funcionario de la revolución a tiempo completo.
El resultado fue el habitual si hablamos de devotos comunistas: Mao prosperó. En octubre de 1921 fue capaz de adquirir una casa para él y su mujer, en el llamado Estanque de Aguas Claras; incluso le llegó el dinero de Moscú para pagar sirvientes (para que este tipo de cosas: un comunista dirigente de 57 personas comprándose una casa y contratando kellys, no te llamen la atención, es por lo que todos los Wisconsin de la vida se pasan el día en las televisiones repitiendo el mantra “ser comunista no significa vivir como un monje eremita”). Siendo técnicamente precisos, en teoría, la casa no era su casa; era la sede del PCC. Pero digamos que el uso que le daba Mao era más en plan Galapagar que otra cosa; aunque sin Guardia Civil.
La misión de Mao era captar militantes. Pero, las cosas como son, no le fue muy bien. Su primer grupo de compañeros en Changsa sólo tuvo tres miembros: el propio Mao, Yi Li Rong, que era quien le llevaba la librería; y un amigo que había hecho durante el congreso de Shanghai. Luego apuntó a su mujer y a sus hermanos. O sea, como una vendedora de Avon, sólo que en plan liberación del proletariado mundial. Tse Min, de hecho, como se había ocupado del negocio familiar, estaba acostumbrado a la gestión, por lo que se convirtió en el responsable de las finanzas del grupo.
En Hunan había muchos jóvenes interesados por el comunismo, entre ellos un hombre que llegaría a ser la mano derecha de Mao, y también su principal víctima: Liu Shao Chi. Sin embargo, estas personas no entraron en el PCC por Mao; lo hicieron por Ho Min Fan, un marxista de unos cincuenta años, cuyo éxito atrayendo jóvenes militantes pronto concitó las suspicacias de Mao.
Min Fan coordinaba un centro público de lectura. Lo que hizo Mao fue hacerse miembro de aquel club junto con otros compañeros como él y, una vez dentro, comenzó a hacerle a Min la vida tan imposible que éste acabó por abandonar el lugar y también el Partido. Ya sabéis: la violencia del escrache, cuando la practica un comunista, es la expresión de la legítima rabia del Pueblo.
En diciembre de 1921, los mineros de Anyuan, en la frontera entre Hunan y Jiangxi, le escribieron a los comunistas pidiéndoles ayuda. La visita que les giró Mao es el primer testimonio de los pocos que existen de contacto directo con trabajadores. Y, de todas maneras, ya se ocupó de llevarse un propio que asumiese el trabajo. De hecho, el comunismo no era ni de lejos la ideología obrera dominante. El Sindicato de Trabajadores de Hunan, fundado por no comunistas, tenía 3.000 adherentes. Era la creación de dos activistas que fueron detenidos y ejecutados en enero de 1922.
El hecho de que Mao no fuese molestado durante la represión de inicios de 1922 es la mejor pista que tenemos de que nadie lo temía. La segunda es que, cuando el Partido abordó su II Congreso, en julio de aquel mismo año, tampoco contó con él. Con los años, Mao trataría de justificar esta ausencia por una confusión estúpida; pero más parece que su posición de mando en Hunan era algo que de alguna manera, o se había modificado, o estaba en cuestión. Fue probablemente esto lo que le aconsejó mejorar su perfil obrero; de esta manera, durante toda la primera mitad del año se estuvo trabajando a los mineros de Anyuan, liderando manifas y todo eso. El 24 de octubre de aquel año, su mujer le dio su primer hijo, al que llamó An Yin; An era el nombre de su generación, y Ying viene a ser algo así como “persona sobresaliente”.
A finales de 1922, el PCC tenía 195 militantes en toda China. Así las cosas, en enero de 1923, para sorpresa de todos, Moscú les ordenó integrarse en la formación nacionalista, es decir el Kuomintang. Muchos de los escasos dirigentes, sobre todo los de Shanghai, se resistieron. En Moscú decidieron que necesitaban encontrar en el Partido a un membrillo que fuese para ellos un amigo, un esclavo, un servidor. Y encontraron a Mao.
El KMT había nacido en 1912 de la fusión de diversos grupos republicanos. Su líder era Sun Yat Sen, el primer presidente. La pérdida de su poder frente al espadón Yuan Shih Kai le demostró, sin embargo, que la política no es sólo dar discursos. La necesidad de ser fuerte acercó a Sun y a Moscú, que era la lógica fuerza superior presente en la zona geopolítica. La URSS también quería la caída del gobierno imperial, que le negaba el acceso a la Mongolia Exterior. Y tenían claro que con los 195 mataos de su partido no iban a ningún lado. Sun Yat Sen estaba basado en Cantón, donde lo solía visitar el diplomático bolchevique Adolf Abramovitch Joffe o Ioffe.
El Politburo del PCC, que como ya sabéis se parecía bastante al PCC todo entero por aquel entonces, votó la integración en el Koumintang. Stalin quería que sus militantes estuviesen en dicho partido porque los necesitaba para transmitir sus ideas y sugerencias; ya que no quería una relación abierta con el KMT. La aprobación, sin embargo, no estuvo exenta de fuertes resistencias, como ya os he dicho, que tuvo que enfrentar Maring. Éste es el momento temporal en el que Mao accedió al sanedrín comunista; momento que es, también, el de su propio ingreso en el Kuomintang. Lo cual sugiere con fuerza que todo eso pasó porque se avino a defender la estrategia de Moscú en contra del planteamiento de sus compañeros.
Dejó claros estos postulados en junio de 1923, en el III Congreso del PCC. Allí intervino para decir que el sueño de una China comunista era imposible de no mediar una invasión soviética. Que los chinos, por sí mismos, nunca crearían un Estado comunista. Maring orgasmó espontáneamente cuando escuchó eso, y decidió patrocinar a aquel joven en las nacientes estructuras del Partido. Fue nombrado asistente del profesor Chen, lo que le dio el control de todas las comunicaciones de la organización.
Los rusos nombraron a Milhail Markovitch Gruzenberg, normalmente conocido como Milhail Borodin, como asesor de Sun Yat Sen. Borodin reorganizó el KMT con la estructura del Partido Bolchevique, y organizó el I Congreso del partido, en enero de 1924, en el que estuvieron presentes diversos comunistas, entre ellos Mao; y donde Borodin les aseguró un nivel de representatividad totalmente exagerado. Moscú comenzó a financiar el KMT, y fundó una academia militar. Mao ascendió al Comité Ejecutivo Central del partido. Sin embargo, sabemos que en marzo de 1924, otro enviado de la URSS, Sergei Alexeyevitch Dalin, estaba sugiriendo que lo cambiaran, así que no debió de hacerlo muy bien.
Mao, de hecho, fue sustituido en su posición. Recibió críticas de ser un oportunista y un derechista. Fue des-elegido para el Comité Central del PCC y, de hecho, una vez más, fue dejado de lado en un congreso, previsto para enero de 1925. Estas novedades tuvieron que afectarle mucho, puesto que sabemos que su salud se resintió. Adelgazó mucho y comenzó a sufrir de dolencias relacionadas con el estrés; la más común, y persistente, de todas, el estreñimiento. Mao Tse Tung estuvo obsesionado toda su vida por lo mucho que le costaba cagar.
A finales de 1924, un derrotado Mao Tse Tung abandonó Shanghai para regresar, con el rabo entre las piernas, a su aldea natal de Shaoshan. Era el 6 de febrero de 1925. Allí pasó ocho meses, chupando del bote de la familia. Sin embargo, cuando un político tiene un buen manual de resistencia a mano, siempre tiene la capacidad de volver de la nada; como volvió Mao, o Breznev, o Pedro Sánchez.
En marzo de 1925, Sun Yat Sen la roscó. El designado sucesor era una persona que no sólo conocía a Mao, sino que tenía una buena opinión de él. Se trata de Wang Ching Wei, un protegido de Borodin. En cuanto Sun murió, Mao envió a su hermano Tse Min a Cantón, para reconstruir alianzas; luego le siguió Tse Tan, el otro hermano.
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