Recuerda que ya te hemos contado los principios (bastante religiosos) de los primeros estados de la Unión, así como su primera fase de expansión. A continuación, te hemos contado los muchos errores cometidos por Inglaterra, que soliviantaron a los coloniales. También hemos explicado el follón del té y otras movidas que colocaron a las colonias en modo guerra.
Evidentemente, hemos seguido con el relato de la guerra y, una vez terminada ésta, con los primeros casos de la nación confederal que, dado que fueron como el culo, terminaron en el diseño de una nueva Constitución. Luego hemos visto los tiempos de la presidencia de Washington, y después las de John Adams y Thomas Jefferson.
Luego ha llegado el momento de contaros la guerra de 1812 y su frágil solución.
En
1817, dos británicos que estaban en Florida, Alexander Arbuthnot y
Robert Ambrister, trabaron amistad con los indios Creek y les
convencieron de que Jackson los había tangado en los acuerdos a que
había llegado con ellos. La represión de Jackson fue brutal,
incluyendo el ahorcamiento de los jefes indios y la ejecución de los
dos británicos. Después marchó sobre Pensacola, donde estaba el
gobernador español que había permitido cierto refugio a los indios,
lo echó de allí, y reclamó Florida para los Estados Unidos. Aunque
la sangre no llegó al río, los hechos convencieron a Madrid de que
era mejor vender Florida mientras los EEUU pagasen por ella que
esperar a que la tomasen por la fuerza. Así, en 1819 se produjo la
operación por un valor de 5 millones de dolares, ratificada por el
Senado en 1821.