Me mandan el vínculo a un diálogo internetero con la guionista de La República, esta serie de TVE que me tiene fascinado porque desde aquella película de Charlton Heston y Tony Curtis que creo se llamaba El mayor espectáculo del mundo no veía a alguien (en este caso, a un guión), dar tantos saltos en el trapecio.
Dice la citada escribidora en su entrevista que la serie trata los tiempos de los que habla «con rigor histórico» y que está diseñada para llegar a finales del 32. Lo segundo no lo pongo en duda. Lo primero...
Por lo que he podido ver del tráiler del capítulo de ayer lunes, que aún no he visto, por fin se nos desvela la incógnita existente desde el primer capítulo, relativa al momento histórico exacto en el que nos encontramos, porque se celebra el año nuevo de 1932. Pues, vale. Entonces sabemos que todo lo que ha pasado hasta ahora ha ocurrido en 1931.
Según la serie, pues, el general Sanjurjo ya estaba conspirando para realizar un golpe de Estado contra la República en 1931. Esto lo sabemos porque, en la serie, le envía una carta a un teniente coronel (en la que pone su nombre en el remite; vaya, con perdón, conspirador de mierda) instándole a unirse a la rebelión. Caray con el rigor histórico, porque Sanjurjo comenzó a conspirar tras ser puteado por el gobierno por los sucesos de Castilblanco, que ocurrieron el último día del año de 1931.
Pero, con todo, la mejor es que en la serie vemos cómo una personaja es extrañamente contratada para pilotar la reforma agraria. Digo extrañamente porque no se nos dice nada ni sobre sus méritos ni sobre nada para ser ella la encargada de tan noble acción. La mujer se pone rápido a la labor y en varios diálogos habla con otra prota, su secretaria, del asunto, que sí hay que hacer censos de tierras, y bla.
La Ley de Bases de la Reforma Agraria se aprobó en septiembre de 1932. O sea, aproximadamente cuatro meses antes de cuando la propia guionista dice que está previsto terminar la serie.
Menos mal que han guionizado la serie «con rigor histórico». Si lo llegan a hacer de cachondeo, nombran a Torrebruno Presidente de la República y a Don Pimpón secretario general de la UGT.
Quizá la clave está en una frase de la guionista en el citado encuentro digital (las cursivas son mías): «Creo que el marco histórico, el tiempo en el que se desarrolla la historia, el Madrid inmediato a la proclamación de la II República, es apasionante y está muy poco contado».
¿¿¿Poco contado??? ¿Las memorias de Largo, de Gil Robles, de Alcalá Zamora, de Chapaprieta, de Hernández, los diarios de Azaña, el libro de Ramos Oliveira, los artículos de Prieto, las historias de Arrarás, de Tuñón, de Thomas, de Payne, de Preston, de Bolloten, de Santos Juliá, los libros de Romero, de Bravo Morata, de tantos otros, equivalen a contar poco algo? Me parece que ya voy entendiendo por qué la serie es tan torpe con los hechos...
Post Scriptum: Una pregunta para freaks de la cosa militar.
En el último capítulo que he visto (penúltimo emitido) dos militares, uno afecto al gobierno (el Guaperas) y el otro conspirador (el cojo Manteca), charlan en el cuartel de éste. Ambos llevan en sus guerreras la que yo creo es la insignia de infantería (¿dos fusiles y un cornetín?). Como digo, el conspirador deja claro que aquél es su cuartel, dice mi cuartel por aquí, mi cuartel por allá...
Luego, cuando caminan por la fachada del mismo, se ve, si no me equivoco, que se trata de un cuartel de artillería. ¿Es normal que un teniente coronel de infantería sirva en un cuartel de artillería?
(... bueno, ya puestos a comentarlo todo, mientras hablan en el patio, se supone que hay gente que va pasando junto a ellos. En la escena, se ve que ambos interlocutores se turnan para hacer el saludo militar. Una vez saluda uno, otra vez saluda el otro. En fin, ya sé que es una obviedad siendo la guionista una mujer, pero se hace bastante evidente que quienes escriben esa escena y/o la dirigen y/o la interpretan jamás han hecho la mili).
Frivolamente, solo te puedo responder a la cuestion de los saludos militares. Que yo recuerde de la mili, el inferior SIEMPRE tiene que saludar al superior (ay de el si se le olvida). El superior responde en funcion de como tenga el dia: devuelve el saludo o simplemente hace un leve gesto de asentimiento con la cabeza (esto lo mas habitual).
ResponderBorrarHola
ResponderBorrarYo de La República me quité en el segundo capítulo. Casi que prefiero leer un libro de Educación para la Ciudadanía. En cambio, me sorprendió gratamente la película sobre Clara Campoamor. Quizás sea por el hecho de que el personaje no es de ficción, pero lo cierto es que los guionistas se lo han currado bastante más, desde el punto de vista histórico. Más árida, eso si, para los amantes del folletín. No sé por qué lo metieron todo en un solo capítulo. La condensación hace que, para los que no conozcan mínimamente los precedentes, la ubicación y motivación de algunos políticos con nombre y apellidos, resulte un tanto difícil. En fin, diría más cosas, pero no quiero hacer la crónica de la serie, eso se lo dejo a jdj, si ha visto la película y lo tiene a bien.
Hola otra vez.
ResponderBorrarVoy a romper una lanza en favor de la guionista de La República (sí, sí, de verdad). Cuando dice: "el Madrid inmediato a la proclamación de la II República, es apasionante y está muy poco contado", creo sinceramente que se refería a poco contado en obras de ficción. Y ahí tengo que darle la razón. Y si hablamos de memorias u obras de historiadores, comparado con lo que hay sobre la Guerra Civil, no creo que llegue al 10%.
Siempre digo lo mismo: En tan sólo cinco años, la República fue capaz de convertir un sentimiento colectivo próximo a la euforia, en un odio a muerte entre las partes. Lo que ocurrió para que eso fuera así me resulta mucho más interesante de estudiar que la propia Guerra. Pero es una opinión muy particular.
También he pensado yo eso, Asmodeo. Pero es que resulta que si aceptamos esa premisa, la sábana se rompe por otro extremo. Porque no se puede decir, ni de lejos, que esa serie esté «contando» ese proceso tan interesante que tú señalas. Más bien todo lo contrario. Lo que está es haciéndolo aún más difícil de entender de lo que ya es, porque los personajes «políticos» de la serie no se sabe muy bien ni por qué intereses, ideas o premisas se mueven.
ResponderBorrarDicho de otra manera: si lo que quería esta señorita era «contar» lo que pasó en el 31 y en el 32, más vale que se aplique a pedalear con el 32, porque con el 31 se ha lucido...
Un par de conceptos para que nos entendamos.
ResponderBorrar¿Se puede contar 1931 sin explicar que hubo un debate sobre el voto de la mujer? Es obvio que la guionista piensa que no.
¿Se puede contar 1931 sin explicar que las iglesias y conventos ardieron a decenas? Es obvio que la guionista piensa que sí.
Bajo esas premisas, ¿verdaderamente piensas que se está haciendo un esfuerzo por explicar cómo una ilusión mutó en un odio?
Hola JdJ
ResponderBorrarAyer puse dos cometarios. En el primero, ya dejaba claro que la serie me parecía muy mala. En el segundo es donde, en plan gracieta, apoyaba a la guionista.
En respuesta a tu pregunta: Te olvidas de que para la Memoria Histórica no existe el odio durante la República. Franco, al frente de moros e italianos acabo con aquel paraiso.
Ahora en serio, creo que estamos de acuerdo en lo fundamental.
Endiluego, Asmodeo. No pretendía yo contender contigo por diferencia de criterio, sino simplemente explicar más mi manera de ver el asuntillo.
ResponderBorrarHola, soy un lector habitual aunque no comente, y me he acordado al ver hoy en la prensa que el asesor de la serie va a escribir un libro:
ResponderBorrarhttp://www.publico.es/televisionygente/367544/la-gente-no-tiene-ni-punetera-idea-de-nuestra-historia
Lo mejor la frase del protagonista, Félix Gómez.
Pues visto el resultado (de la serie), creo que la semana que salga el libro me gastaré la pasta en la revista Don Miki...
ResponderBorrarCuesta entender que una serie que comete errores de bulto con las fechas; que no sabe cuándo comenzó la reforma agraria; que no sabe cuándo Sanjurjo comenzó a organizar su golpe de Estado; que entiende que las «vivencias de un periodo histórico muy interesante» se pueden contar, por ejemplo del día de Año Viejo del 31, sin contar que en ese día cuatro guardias civiles fueron asesinados, apedreados y mutilados en un pueblo de Extremadura; cuesta creer, digo, que alguien que tiene esas concepciones, encima tenga la jeta de decir que la gente no sabe Historia. Será porque no se la cuentan...