La lectura electrónica es una cosa que, para mí, tiene luces y tiene sombras. Pero que tiene potencial para cambiar completamente el panorama de la cultura, es algo que no tiene, a mi modo de ver, discusión.
Vaya por delante que mi experiencia como consumidor es bastante negativa. A principios de octubre, por mi cumpleaños, mi costilla me compró un lector de libros electrónicos. El último modelo de El Corte Inglés. Conseguí conectarlo a mi wi-fi pero jamás conseguí darlo de alta en una cosa que se llama Adobe-no-sé-qué, y que era imprescindible para poder bajarme libros sin conectarme a ningún ordenador ni leches. Por alguna razón que no supe explicarme, la máquina no ingresaba la contraseña correcta. El servicio de atención al cliente de El Corte Inglés tampoco fue capaz de averiguar la causa. Ignoro si era un problema de mi aparato o de toda la gama. Lo devolví (ventajas del emporio Areces; con otros eso no puedes ni soñarlo).
Con la tarjeta-regalo que me dieron me compré otro lector. De Samsung. Éste daba un problema aún más estúpido. La ventana para ingresar la contraseda de wi-fi tenía 9 espacios; la contraseña de Movistar tiene 12. Llamé a la atención al cliente. Me dijeron que el producto era muy nuevo y que hablarían con los ingenieros; que al día siguiente me llamarían. Al día siguiente, como no me llamaban, llamé yo. Me dijeron que la persona que me había atendido se había puesto enferma. Debe de ser un tifus jodido, porque ha pasado un mes, y sigo sin saber de ellos. También devolví el lector.
Mi experiencia personal, por lo tanto, es clara: esto de los lectores electrónicos todavía tiene que avanzar mucho. Los que hay son un poco, algunos bastante, caros para lo que hacen. Yo mismo, sin ir más lejos, he renunciado a la lectura electrónica, al menos de momento. Pero, tratándose de tecnología, ¿quién duda de que en cuatro o cinco años valdrán 150 euros y darán saltos mortales?
Como autor, ya la cosa cambia. Aquí sí que me indigno. Los grandes autores, con nombre y campanillas y bla, van por ahí diciendo que los lectores no han hecho otra cosa que multiplicar las descargas y joder el negocio. Pero eso lo hacen, primero que nada, porque se creen que el mundo de los creadores son ellos, los que ganan premios, van a la radio a opinar absolutamente de todo y, de vez en cuando, plagian.
Cuando publiqué La oportunidad de Judas en este blog, coloqué un botón de donación de Paypal para que todo aquel lector que considerase que mi esfuerzo creador valía dinero, y que además podía y quería pagarlo, lo pudiese hacer. Los ingresos derivados de la novela han sido modestos si los comparamos con lo que gana Le Bron James por botar un balón. Pero es que la comparación no es con eso. La comparación ha de hacerse con los cero euros que mi creación, por así decirlo, estaba condenada a recaudar en un mundo de papel.
Con lo que la pandilla de esforzados pagadores han donado (y gracias a todos, en verdad), he podido pujar en subastas por un par de libros que me interesaban; uno me lo pisaron, pero el otro lo pillé. Ahora lo veo en mi estantería y pienso que, si no existiese el fenómeno de la lectura electrónica, simplemente no lo tendría. Mi mejora no ha sido del 100%, ni del 200%. Ha sido infinita. De cero a cien.
Todos esos intelectuales de himplan en los medios sobre la gran catástrofe del libro electrónico podrían parar a pensarse cuántas pildoritas como la mía suma la edición electrónica. Cuántos creadores, condenados al ostracismo total por un mundo editor que no tiene sitio para ellos a menos que se hagan de un partido político o le hagan la pelota a algún osito, han conseguido sacar la cabeza, ser leídos, apreciados en mayor o menor manera y, además, por qué no, han recibido algo a cambio.
Yo creo que los escritores tienen miedo, porque miran de reojo al mundo del periodismo. Cuando contar historias era carísimo, porque había que tener rotativas, y repartidores, y la de Dios, aquellos que las contaban podían aspirar a que la gente creyese que eran los que más sabían de su tema en el mundo. Internet, y muy especialmente la blogosfera, cambió eso. En la blogosfera hemos aprendido que hay gentes, desde Wonkapistas a Omalaled, de los Gaussianos a las Historias de la Historia o el mítico CPi, que saben un huevo más de lo que saben que los periodistas. Hoy ha aparecido la figura del blogoculto: ciudadano que toda la cultura que adquiere, poca o mucha, la obtiene de los blogs.
Los escritores temen lo mismo. Tienen nostalgia del mundo en el que publicar era carísimo, porque entonces poca gente publicaba y entonces parecía que lo único que merecía leerse era lo que estaba en las librerías. Tienen miedo de que el mundo comience a poblarse, con el tiempo, de personas que digan: yo sólo leo libros electrónicos que voy pillando por la red. Porque ese día, Dios lo quiera, un agregador bien montado será más opinion maker que el premio Planeta.
¿Tú te haces una idea de la pasta que cuesta apostar por la novela de un escritor?, suelen preguntar estos editores asustados. Cabe responderles a la gallega, con otra pregunta: entonces, ¿por qué apuestas por novelas que son una mierda? ¿Por qué apuestas por gentes que escriben historias de espías ambientadas en la guerra civil española con escenas en las de dos comunistas van en un coche y paran a repostar... en Burgos? Hay una ley inexorable del mercado libre, y es que cuando te dedicas a vender mierda, más tarde o más temprano el personal te cala, y te castiga. No son pocos los casos en los que la mal llamada revolución de los libros electrónicos no es más que una mera aceleración de ese proceso.
El libro electrónico es una realidad inevitable. No sólo es más barato y resuelve el problema del espacio; es que para personas como yo, que solemos buscar libros descatalogados y raros, el día de mañana bastará que una sola alma caritativa, en una sola biblioteca del mundo, la haya escaneado y colocado en su web, para que podamos leerla. Quien no quiera ver esto, es que quiere forzar el mercado editorial para que no sea lo que lleva camino de ser. Imagine el lector un mañana en el que el estudiante de la ESO cargará en su lector la lección del día de su libro de matemáticas; y podrá, con su puntero, hacer los ejercicios en la misma pantalla, mientras el propio lector le va corrigiendo si se equivoca y explicándole el error. Al lado de eso, ¿verdaderamente habrá algun tonto'los'cohone que prefiera seguir estudiando con libros en papel? Pues sí: el que los vende. No sólo defenderá el papel, sino que intentará que el gobierno de turno impida que se pueda leer/estudiar de otra manera.
Cuando la creación es un oligopolio, se llama academicismo. Los historiadores de la cultura han demostrado mil veces que no hay periodos menos creativos en la Historia del hombre que aquéllos en los que el academicismo ha sido el modo dominante de crear. El buen creador no tiene nada que temer del libro electrónico. Eso, claro, si es que tal cosa existe.
¡Coñe! ¡Mira que tio!
ResponderBorrarEn los primeros parrafos parecia un luser, pero se va acelerando y termina como el puto amo del cotarro. :-)
Sepalo ud buen y honorable señor, el Kindle3 cuesta esos 150 euros que vuesa merced profetiza, aunque todavia no da saltos mortales.
Un cordial saludo ¡0iga! :-)
Amén.
ResponderBorrarMenos a lo de que el que vende mierda acaba siendo calado. La cantidad de coprófagos es más numerosa de lo sospechado. Mira Telecinco que audiencias tiene.
Suscribo tu comentario, Juan. Las editoriales se están equivocando de medio a medio. El lector de libros no es un adolescente ávido de música. El perfil es más de alguien que valora lo que lee y está dispuesto a pagar. Evidentemente las editoriales intentan defender sus privilegios y ponen todo tipo de trabas a los compradores: retienen el lanzamiento de la versión electrónica, le ponen el mismo precio que en papel, dificultan la descarga, directamente impiden comprar el libro electrónico fuera del país de origen (curiosamente no el libro en papel)...
ResponderBorrarConseguirán (ya lo han conseguido) molestar a los consumidores y que obtengan sus libros gratis. Es sorprendente la cantidad de libros electrónicos que se pueden conseguir de esta manera.
Se están equivocando y podían haber aprendido de la industria discográfica o de Wikipedia. Cuando Jimmy Wales solicita a los usuarios que donen lo que puedan, los resultados son impresionantes.
Aún no he encontrado referencias, pero estoy seguro que los fabricantes de carros de caballos pusieron el grito en el cielo cuando aparecieron los automóviles: "Donde haya un buen carro que se quiten esas máquinas. ¿Para qué queremos viajar a 40 Km por hora". Como las editoriales, estos no se habían enterado de que el futuro ya había llegado.
Saludos
Lo que te pasó con el adobe+no+se+que es el famoso DRM de Adobe, que básicamente consiste en que en vez de comprar un libro, te lo alquilan bajo unas condiciones leoninas y jamás de los jamases serás su propietario.
ResponderBorrarCompro libros, revistas de arquitectura como El Croquis que son caras de carallo, y demás parafernalia a juego. Pero el acoso de los editores a Internet hace que, sencillamente, los odie cada vez más. El apropiacionismo que hace que, tropecientos años después no pueda encontrar una puta edición del Buscón de Quevedo sin copyright me enferma hasta la muerte.
En fin. Todo esto es pasajero. Sencillamente están condenados a morir, igual que murieron los que vendían hielo en las neveras del monte Candán cuando se inventó el frigorífico-congelador. Punto pelota.
Revele el escritor de los comunistas de Burgos.
ResponderBorrarPor fa.
Gracias de antemano.
Pongo la nota discrepante.
ResponderBorrarEl problema nos son los libros electrónicos. El problema es que las descargas puedan ser gratis. Eso es algo que debemos a la cultura Internet, donde nos hemos acostumbrado a que todo sea por la patilla. Los culpables fueron unos cuantos avispados que hicieron el agosto antes del crack de las puntocom: todo lo daban gratis, pero el valor de las empresas que montaron subieron hasta el infinito. Hicieron caja y dejaron la merdé para los siguientes. Hoy nadie quiere pagar por nada que pueda salirle gratis. ¡Y no estoy a favor del canon, que conste!
Pero vamos a ver jdj. Te has puesto muy contento por haber sacado unos Euros con tu novela. Me parece bien. No sé en qué trabajas, ni lo que ganas, pero me jugaría un huevo y la yema del otro a que te gustaría poder vivir de lo que escribes. No me refiero a ser millonario, sino a sacar un sueldito todos los meses y poder dedicarte a lo que de verdad te gusta las ocho horas diarias que hoy empleas en otro trabajo como asalariado. Hasta ahora, eso había sido posible para unos cuantos privilegiados. Insisto, no hablo de las Rowling ni de los Brown; hablo de los escritorcillos que sacan para ir tirando y que cada día lo van a tener más difícil. Porque no no engañemos, en la red hay cosas buenas, incluso muy buenas (e incluyo este blog). Pero son oasis en un mar de mierda. Jdj, ¿cuánto dinero has sacado con tu oasis? ¿Qué valor tienen las horas que le has dedicado?
Me parece estupendo que la red sirva para desmontar el monopolio de las editoriales, pero me temo que lo que venga sea aún peor. El dinero que nos sacan las editoriales y discográficas no va a pasar a ser recibido por los "creadores". Se lo llevarán (se lo están llevando)las telecos y los inventores de Facebook y similares.
Tengo un lector de libros electrónicos Sony PRS-505 desde hace un par de años y he disfrutado mucho leyendo con él. Me ha funcionado perfectamente y sin problemas a pesar de que se me ha caído unas cuantas veces (pobrecito! snif!)
ResponderBorrarCreo que es una ventaja que no tenga wifi ni nada de eso, porque realmente lo único que quiero hacer con él es leer y además es una cosa menos que se puede estropear.
Sobre la edición de libros electrónicos creo también que las editoriales (sobre todo en España) se equivocan.
No hay forma humana de comprar libros electrónicos en español. Cuando he preguntado en alguna tienda que vendían lectores dónde podía comprar libros en español no sabían qué responderme :S
Me he dedicado a leerlos en inglés. Hay algunas editoriales de donde te puedes descargar gratis libros editados hace tiempo como http://www.baen.com/library/
Después de disfrutar gratis de varios de esos libros y engancharme me he comprado varias novedades que salen a un precio bastante asequible (digamos que como una edición de bolsillo)
Creo que esa sería la política a seguir para las editoriales, porque si te puedes descargar un libro por poco dinero comprarás muchos aunque luego no tengas tiempo de leerlos.
Digo yo que será mejor vender 1000 libros electrónicos ganando 1 euro por cada uno que 10 libros en papel donde ganes 10 euros por cada uno...
Como dice Dubitador, prueba el Kindle3, es barato, hardware de buena calidad (última generación de esa cosa llamada e-ink) y si lo combinas con un conversor de formatos llamado Calibre, sirve para leer cualquier cosa.
ResponderBorrarLas editoriales españolas, acostumbradas a privilegios como la prohibición a vender los libros al precio que le dé la gana al comerciante, se van a encontrar con la horma de su zapato. Conozco bastante gente que hace sus dos o tres pedidos anuales a Amazon, y si a partir de ahora no hay que pagar gastos de envío, todo serán ventajas.
JDJ, has tropezado varias veces en la misma piedra, que se llama ECI. No es sólo que hayas palmado más dinero del necesario, sino que además no son especialistas en el tema y a la fuerza no te podían hacer una recomendación o darte la atención que necesitabas. Me permito recomendarte www.lectoreselectronicos.com, una comunidad pequeña pero muy bien avenida y muy entregada también a todo el mundo de los lectores electrónicos. Si preguntas, alguien te responderá y bien.
ResponderBorrarEn mi blog me dedico también a seguir la evolución de los ereaders, aunque estoy focalizado en su uso como instrumento de trabajo y estudio, aparte de mis explícitas fobias y filias.
Me ha encantado la segunda parte de tu post, pese a no estar completamente de acuerdo con ella. Por una parte, podría abundar en lo que cuentas contando la bonita anécdota de un simpático sinvergüenza que, cuando leí mi tesis, me ofreció publicarla más barato que nadie. De mi bolsillo, claro.
La parte en la que no estoy de acuerdo es la tabla rasa que haces con todos los editores. Hay que separar el trigo de la paja, y no olvidar que un buen editor puede dar la forma definitiva a una buena obra y apoyar al autor en su creación. En esa misma línea, diría que un buen editor es antes un artesano vocacional que un profesional, en tanto que si no se lleva el libro en las venas no eres más que un mercachifle despreciable.
En cualquier caso, me ha encantado la base de la segunda parte de este post. El libro electrónico en particular e Internet en general ofrecen unas posibilidades y un poder a la población completamente inimaginables no sólo antes sino incluso ahora, al menos para algunos. Los editores van a tener que darse cuenta muy poco tiempo que los únicos que somos realmente imprescindible somos los autores y los lectores, y que se van a tener que concentrar rápidamente en ofrecer valor añadido real y no en convertirse en cuellos de botella. Un cuello de botella que puede ser puenteado es un epitafio un poco triste.
Respecto a esos autores "consagrados" diría que las edades de oro de las literaturas han pasado para bien y para mal. En España nuestra última generación de literatos tuvo el fin abrupto que todos conocemos. Y en todo el mundo la literatura tiene que competir con otras muchas formas pujantes de creación cultural. Estas figuras con nombres y apellidos de hoy cuentan con la ventaja de disponer de voz en los medios, pero me parece que es el arquetípico pan de hoy y hambre de mañana.
Enhorabuena por el post y por el blog
perdona si el comentario ha llegado dos o tres veces. Sale el error de Request URI too large, que también sufría en mi blog
ResponderBorrarInteresante comentario.
ResponderBorrarComo ya comenta Dubitador, hay lectores de 150 euros y menos en la actualidad.
Con respecto a las editoriales, me gustaría hacerles una pregunta: ¿cómo es posible que un libro en papel cueste menos que un libro electrónico?. Como ejemplo http://bit.ly/96bRhw (Fall of Giants y Don't Blink).
Es todo lo que han aprendido de la situación de las discográficas.
Chapeau. Nunca dejará de sorprenderme la inagotable capacidad que tienen algunos de quererle poner puertas al campo...
ResponderBorraryou tengo un kindle y desde el primer dia no hago mas que maravillarme de lo bueno que es.
ResponderBorrarparece ser que hay aparatos peores y aparatos mejores.
Bravo.
ResponderBorrarPero ¿Para que quieres bajarte libros por Wifi? Te los bajas con el pc de internet y los metes en el lector por el usb o la tarjeta miniSD
Yo lo primero que hice fué desconectar el wifi y el 3G de mi lector.
Ya se han dado casos de grandes librerias online que han borrado de forma remota libros de los lectores de sus clientes. Libros pagados legalmente por esos clientes.
También podrían modificarse los libros, tipo Gran Hermano.
Dos matizaciones, Asmodeo, pero son totalmente personales.
ResponderBorrarEn primer lugar, afortunadamente y al menos de momento, yo estoy donde quiero estar, es decir viviendo de trabajar, sin necesidad de tener que concebir mis aficiones (esto es, la lectura y la escritura), como un trabajo.
La segunda cosa que quisiera matizar es que yo habría escrito la novela de cualquier forma. Lo hice para divertirme, igual que me ocurre con los post. Escribir en este blog es como tomarse un café de vez en cuando con los amiguetes.
Anónimo: el escritor es Alan Furst y el libro «Soldados de la noche» Merece un post por sí solo.
Gracia JdJ.
ResponderBorrarParece mejor que Wodehouse ;)
Gracias.
Borja
Yo también espero el post sobre Alan Furst. Tanto para explicar como mete la pata-si es un espía es lógico que ande en territorio enemigo pero seguro que no es eso- y cuantas veces pues he visto que el libro está ambientado en los años treinta y cuarenta. Preguerra y 2GM
ResponderBorrarOído jdj. Te pido disculpas si te entré de una manera demasiado personal.
ResponderBorrarSólo quería remover conciencias y sigo queriéndolo hacer. Entre todos nos hemos cargado el negocio de las discográficas. Y el caso es que se lo merecían. De aquí a nada, nos vamos a cargar el de las editoriales. ¡Y vaya si se lo merecen! Pero me temo que lo que viene no sea mejor. Si la cosa no se reconduce la mediocridad terminará campando por sus respetos. El "creador", el verdadero "creador" y no el que se autoproclama como tal, debe tener la posibilidad de vivir dignamente de su trabajo. Porque SÍ es un trabajo/profesión. De la misma forma que el fútbol es un juego para muchos y una profesión para los que lo hacen bien.
De hecho, una de mis frustraciones es que juego al fútbol como Vargas Llosa y escribo como Messi. ¡Qué se le va a hacer!
Al igual que otros comentaristas, te recomiendo el Kindle de Amazon. Es una auténtica maravilla que te devuelve las ganas de volver a leer (y de no estar obligado a gastarte 30 € cada vez que pasas por una librería). Lástima que Amazon no se dedique al libro en español...
ResponderBorrarSaludos,
Mataclanes